El ¡®divorcio¡¯ de los hijos de Diana de Gales: Guillermo de Inglaterra ya camina solo
La retirada del pr¨ªncipe Enrique permite al duque de Cambridge afianzarse en su papel con un perfil discreto y cada vez m¨¢s profesional
Mientras el mundo observaba con inusitado inter¨¦s unas im¨¢genes en las que Enrique de Inglaterra, sexto en la l¨ªnea de sucesi¨®n al trono brit¨¢nico, bajaba de un avi¨®n en Canad¨¢ para reunirse con Meghan Markle, las cosas en su tierra natal eran mucho m¨¢s importantes pero mucho menos visibles. A 7.600 kil¨®metros de all¨ª, su hermano, Guillermo, se reun¨ªa en el palacio de Saint James con una delegaci¨®n china y exig¨ªa que se frenara el comercio ilegal de especies animales protegidas. En concreto, el segundo en la l¨ªnea de sucesi¨®n al trono pon¨ªa de relieve el "horrendo crimen" que supone el asesinato de 50.000 pangolines (un mam¨ªfero parecido al armadillo) para traficar con sus escamas.
Dos hombres muy diferentes, dos labores muy distintas. El ejemplo de Guillermo pone de relieve lo que es y lo que quiere ser: probablemente menos visible, menos glamuroso que su hermano y su familia, pero s¨ª mucho m¨¢s ¨²til, pragm¨¢tico y poderoso. Si sus vidas se han distanciado, tambi¨¦n lo han hecho sus carreras. O, precisamente, puede ser al rev¨¦s: el hecho de que tengan papeles tan diferentes les ha llevado a un distanciamiento vital. Algo que, ahora, refuerza el papel de heredero del heredero. Aunque le deja, eso s¨ª, sin su hermano, su amigo y apoyo desde su infancia. El divorcio de los hijos de Diana de Gales se ha consumado.
Con la marcha de Enrique (y Meghan Markle) a Canad¨¢, el camino queda del todo despejado para Guillermo (y Kate Middleton). No es que su hermano menor fuera a disputarle el trono, pero s¨ª es cierto que su figura empa?aba en parte la de Guillermo. Sus apariciones p¨²blicas lo evidenciaban: cada vez que los duques de Sussex realizaban cualquier actividad, all¨ª acud¨ªa una nube de fot¨®grafos detr¨¢s que parec¨ªan m¨¢s interesados en los detalles, las an¨¦cdotas o en sus atuendos que en la intenci¨®n y el mensaje del acto.
Esa distancia entre el papel m¨¢s institucional de Guillermo y el m¨¢s social de Enrique es algo que siempre ha estado ah¨ª, que ten¨ªa que ocurrir. Aunque en un principio parec¨ªa que los dos matrimonios podr¨ªan emprender un camino com¨²n en su apoyo a fundaciones y a asociaciones que acog¨ªan bajo su ala, pronto decidieron tomar veredas distintas. La crisis entre los Sussex y los Cambridge empez¨® a colarse en los tabloides brit¨¢nicos, deseosos de ver sangre entre los hermanos. Ya en febrero del a?o pasado se empez¨® a saber que los dos?trabajaban para dividir la que durante a?os hab¨ªa sido su fundaci¨®n com¨²n.
Esta cuesti¨®n se confirm¨® en marzo, cuando la reina aprob¨® que la oficina de Guillermo y Kate se mantuviera en Kensington y la de Enrique y Meghan empezara una v¨ªa por separado que, al parecer, estar¨ªa centrada en el medio ambiente, la educaci¨®n y la violencia sexual.?Finalmente en junio los Sussex hac¨ªan oficial un secreto a voces: que a finales de ese a?o ¡ªaunque la cuesti¨®n se ha alargado un poco, dados los ¨²ltimos acontecimientos¡ª lanzar¨ªan su propio veh¨ªculo para gestionar sus tareas. Algo que daba a Guillermo y Kate m¨¢s fuerza en sus labores, muy centradas en la conservaci¨®n medioambiental, la infancia y la salud mental.
La salida oficial ¡ªprimero de seis semanas, desde principios de enero ya definitiva¡ª de Enrique y Meghan de la familia real brit¨¢nica despeja a¨²n m¨¢s el camino de Guillermo y Kate. Su largamente planificado viaje a Pakist¨¢n en octubre fue un enorme ¨¦xito, y tambi¨¦n se ha destacado la labor del hijo mayor del pr¨ªncipe Carlos a la hora de apartar a su t¨ªo, el pr¨ªncipe Andr¨¦s, de las labores centrales de los Windsor. Guillermo est¨¢ m¨¢s que preparado para ser pr¨ªncipe de Gales, t¨ªtulo que asumir¨¢ cuando su padre se convierta en rey de Inglaterra.?
Pero en lo personal no todo es tan brillante para Guillermo y Enrique. Los hermanos han sido aut¨¦nticos hermanos, algo poco habitual entre los miembros de la familia real, que suelen mantener relaciones m¨¢s fr¨ªas entre ellos. Han sido m¨¢s que eso: desde la muerte de Diana en 1997 (cuando ten¨ªan 15 y 12 a?os, respectivamente) se convirtieron en u?a y carne. Ambos han recordado c¨®mo fue su madre, c¨®mo vivieron la ¨²ltima llamada de ella, c¨®mo su recuerdo les ha alimentado durante a?os... Nada de eso ha sido ahora suficiente para mantenerlos juntos.
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