Busquemos un hecho pol¨ªtico real en Venezuela
Ante la amenaza y la violencia, hay m¨¢s gente dispuesta a votar que a salir a protestar. El dilema real no deriva entre votar o no, sino en cu¨¢l ser¨¢ nuestra capacidad para unir el voto y la protesta
No tendr¨ªa sentido utilizar estas l¨ªneas para hacer un diagn¨®stico que exhiba, una vez m¨¢s, las consecuencias de 20 a?os de un r¨¦gimen que ha desangrado a nuestra Venezuela. Todo el mundo tiene el escenario bastante claro. Incluso quienes todav¨ªa insisten en hacer la vista a un lado, mediante solidaridades autom¨¢ticas y parapetos ideol¨®gicos.Tal como ha sucedido en importantes sectores de la izquierda, en cierto peronismo argentino, el Frente Amplio uruguayo, o en Espa?a, en las filas del PSOE y hasta en algunos de Podemos saben que la crueldad y el fracaso de Maduro son indefendibles.
Venezuela sufre la inflaci¨®n m¨¢s alta del mundo, la clase obrera percibe el peor salario del planeta (apenas cinco d¨®lares al mes) y somos uno de los pa¨ªses m¨¢s pobres del mundo, a pesar de esas reservas petroleras que tanto le sirvieron a Hugo Ch¨¢vez cuando iba por ah¨ª, vendiendo lo que hoy es un Estado fallido y criminal.?Una dictadura que pretende mantenerse en el poder como sea.?Por eso prefiero que las preguntas sean otras. Por ejemplo: ?C¨®mo liberarnos de la dictadura de Nicol¨¢s Maduro?
Habr¨¢ que empezar por un acto de contrici¨®n. Asumir que, a pesar de importantes apoyos, nuestro plan de 2019 fracas¨®. No se logr¨® el cese de la usurpaci¨®n ni el gobierno de transici¨®n. Tampoco hubo elecciones libres. M¨¢s all¨¢ del apoyo de casi sesenta pa¨ªses. M¨¢s all¨¢ de lo que mostr¨® el Informe Bachelet. M¨¢s all¨¢ de forzarlos a reconocer una crisis humanitaria que negaban. M¨¢s all¨¢ de los desplazados. M¨¢s all¨¢ de todo eso, Venezuela perdi¨® y el usurpador sigue en Miraflores, con la crueldad como una amenaza inminente.
Desde mi experiencia y an¨¢lisis, creo que hay tres alternativas que podr¨ªan conducir a un cambio en Venezuela. No consideremos solo las descripciones. Seamos realistas y juzguemos actualmente su viabilidad:
1. Maduro negociando salir del poder. Todos los intentos en esta direcci¨®n han sido burlados por el r¨¦gimen. Nunca han tenido una intenci¨®n seria de negociar. Y menos ahora, cuando pol¨ªticamente se sienten c¨®modos a lo interno y han empezado a resolver c¨®mo aguantar las sanciones, pues siempre habr¨¢ quienes deseen quedarse con las riquezas del pa¨ªs, as¨ª est¨¦n manchadas de sangre.
2. Reacci¨®n de los militares. Si la Fuerza Armada retirara el apoyo a Maduro, al d¨ªa siguiente saldr¨ªa del poder. Pero el r¨¦gimen mantiene el apoyo militar, a pesar del descontento en la tropa. La fractura que se conjur¨® durante 2019 no se logr¨®. Y no hay se?al de un quiebre en el Alto Mando, a menos que un evento pol¨ªtico transforme el contexto. Maduro es un usurpador que lleva a?os sentado sobre bayonetas¡ y ah¨ª sigue.
3. Movilizaci¨®n popular. Volver a las calles. Urge una movilizaci¨®n y una reacci¨®n masiva del pueblo que vive en los sectores populares. En los cuarteles solo reaccionan cuando la indignaci¨®n del pueblo colma las calles. Hablo de protestas masivas capaces de darle la certidumbre suficiente a los sectores populares para vencer el miedo que los mantiene secuestrados por la necesidad, con subsidios in¨²tiles que, adem¨¢s, la dictadura ha transformado en amenazas. All¨ª est¨¢ el CLAP, los bonos, que pesan mucho en una familia que pr¨¢cticamente no tiene nada para sobrevivir.
Es evidente que no contamos con ninguna de las alternativas en este momento.??Qu¨¦ hacemos? ?Nos rendimos? No, no nos rendimos. Ese es el ¨²nico escenario que no estamos dispuestos a considerar, pero tambi¨¦n hay que negarse a que en 2020 sigamos haciendo lo mismo que en 2019.?No podemos pretender que pasen cosas distintas si seguimos haciendo lo mismo.
Hoy seguimos vivos como oposici¨®n pol¨ªtica porque en 2015 derrotamos a un r¨¦gimen que desde ese d¨ªa tuvo que asumirse como una minor¨ªa. Eso es tan innegable como que en una dictadura nunca habr¨¢ condiciones ideales para la lucha democr¨¢tica.?No las hubo en Checoslovaquia. No las hubo en Sud¨¢frica. Nos las hubo en Chile.?No las hubo en 2015 y ganamos, pero tambi¨¦n nos negamos a asumir las que pretendieron imponer en la payasada del 20 de mayo de 2018 que nadie reconoce.?No habr¨¢ condiciones ideales, pero podemos hacer cuanto est¨¦ a nuestro alcance para conseguir las condiciones m¨ªnimas que muevan el tablero interno.
Nuestro reto es generar esas condiciones para que tenga lugar un hecho pol¨ªtico real que rompa la inercia perversa en que estamos. En dos platos: tenemos que generar nuestro escenario ideal y dar con alguna alternativa, obligando a la dictadura a jugar en nuestro tablero. ?Y cu¨¢l es ese hecho? Du¨¦lale a quien le duela, unas elecciones o, al menos, la b¨²squeda de condiciones m¨ªnimas para decidir si participamos o no en ese proceso.
Ante la amenaza y la violencia, hay m¨¢s gente dispuesta a votar que a salir a protestar. Aqu¨ª el dilema real no deriva entre votar o no, sino en cu¨¢l ser¨¢ nuestra capacidad para unir al voto y a la protesta, que no son excluyentes, en una acci¨®n que permita alcanzar el cambio pol¨ªtico.?Si vamos a unas elecciones, esa ruta debe estar marcada por rotundas protestas contra el r¨¦gimen para que sean libres y democr¨¢ticas, ?pero c¨®mo convertir este momento pol¨ªtico en una lucha por condiciones m¨ªnimas, para no perder la legitimidad de nuestra Asamblea Nacional?
Analicemos las tres alternativas una vez m¨¢s y consideremos este nuevo escenario.?Tras una derrota popular, Maduro quedar¨ªa en una posici¨®n que lo obligar¨ªa a considerar la negociaci¨®n e incluso la huida. Y si superamos el ventajismo (porque lo habr¨¢), la Fuerza Armada tendr¨ªa un incentivo para defender los resultados y canalizar una transici¨®n que los afecte lo menos posible. Todo con nuestros aliados en alerta ante cualquier agresi¨®n que exija una respuesta de otro tipo.
?No fue eso lo que vivi¨® Chile ante Pinochet??Oigamos al pueblo en los barrios, donde somos mayor¨ªa.?Consideremos el contexto sin fantas¨ªas.?Seamos realistas.?Ampliar el debate nos llevar¨¢ a resultados y a una estrategia verdadera.?Toca hacer lo que hay que hacer, pero junto a los venezolanos. No en la demag¨®gica trinchera digital, porque quienes est¨¢n secuestrados por la pobreza no tienen acceso a discursos virtuales.
?Cambiar¨ªa el escenario que la Fuerza Armada apoye unas elecciones? Creo que s¨ª, pero no c¨¢ndidamente: habr¨¢ que hablar con los cuarteles y ofrecerles incentivos.??Estamos preparados para asumir que nunca habr¨¢ condiciones ideales? Quiz¨¢s no todas las fuerzas pol¨ªticas. Y por eso debemos acordar unas condiciones m¨ªnimas.
?Hasta d¨®nde estar¨ªan dispuestos a llegar quienes se niegan a apoyar la unidad? No lo s¨¦. Sin embargo, estar¨ªa dispuesto a trabajar con ellos, a pesar de tantas diferencias, pero sin demagogia: vayamos a escenarios reales y quien decida quedarse por fuera, que pague el costo pol¨ªtico de su estupidez.
Una mala decisi¨®n puede demorar durante m¨¢s a?os el cambio en Venezuela.?Y ya van muchos a?os de extrav¨ªo. Aciertos y desaciertos. La experiencia ha de servirnos para las decisiones.
Henrique Capriles Radonski, pol¨ªtico venezolano inhabilitado 15 a?os por Maduro, fue dos veces candidato presidencial.
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