El precio de tus principios
En un mundo lleno de fan¨¢ticos es tan peligroso que un grupo de ellos se tome el poder y desarrolle su proyecto sin l¨ªmite alguno, como que ninguno lo logre y la sociedad se bloquee
Dec¨ªa Isaiah Berlin en una conversaci¨®n con el te¨®rico Steven Lukes que, para identificar a un fan¨¢tico, debemos antes que nada admitir que hay valores que son plenamente incompatibles con otros, como la libertad absoluta y la igualdad absoluta. Si eso es cierto, tambi¨¦n lo ser¨¢ que es necesario escoger. En la elecci¨®n habr¨¢ un sacrificio del otro: m¨¢s igualdad por menos libertad, o viceversa. Con ello, Berlin defin¨ªa como fan¨¢tico a aquel que no fuese consciente de dicho sacrificio.
Si yo estoy contra el pin parental que el Gobierno de Murcia ha implementado para que los padres tengan poder de veto sobre ciertas clases a las que atienden los alumnos, deber¨ªa comprender que no aplicarlo significa menos libertad de decisi¨®n sobre la educaci¨®n de los hijos. O si considero que es necesaria una reforma constitucional y estatutaria para resolver el problema catal¨¢n, tengo que asumir un desgaste entre quienes se sienten m¨¢s protegidos por la Constituci¨®n en su formato actual: los no independentistas en Catalu?a.
Lo interesante de esta aproximaci¨®n es que me ofrece tres nuevas herramientas. Primero, me da empat¨ªa. Al incorporar el coste asociado con mis principios, entiendo mejor por qu¨¦ otras personas defienden los opuestos. Con la empat¨ªa viene la modestia: ahora soy consciente de que ni siquiera mis mejores propuestas salen gratis, as¨ª que las modular¨¦. Puedo dar preferencia al inter¨¦s de los menores de recibir una educaci¨®n p¨²blica homog¨¦nea, pero evitar¨¦ coartar por completo la libertad de c¨¢tedra dentro del hogar. Igualmente, incorporar¨¦ en mis c¨¢lculos de nuevo modelo territorial mecanismos de redistribuci¨®n del poder para los no independentistas en Catalu?a. Por ¨²ltimo, si pongo los costes sobre la mesa me resultar¨¢ m¨¢s sencillo identificar incoherencias: en este caso, una Espa?a m¨¢s descentralizada tambi¨¦n significa que gobiernos de una ideolog¨ªa distinta a la central (como Murcia hoy) tendr¨¢n m¨¢s poder para desarrollar sus propias iniciativas. Y algunas no me van a gustar.
Este aparato argumentativo desactiva mi fanatismo sin da?ar mis objetivos. Al contrario: hace viable su consecuci¨®n. Porque en un mundo lleno de fan¨¢ticos es tan peligroso que un grupo de ellos se tome el poder y desarrolle su proyecto sin l¨ªmite alguno, como que ninguno lo logre y la sociedad se bloquee porque nadie es capaz de admitir que sus ideas tienen un precio. @jorgegalindo
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