Clima adverso
Los cambios en los patrones clim¨¢ticos obligan a replantear la estrategia a seguir en adelante
El temporal de viento y lluvia que ha azotado gran parte de Espa?a en los ¨²ltimos d¨ªas tiene algunas caracter¨ªsticas que nos obligan a preguntarnos si estamos suficientemente preparados ante las consecuencias del cambio clim¨¢tico. El fen¨®meno ha sido especialmente inquietante, tanto por su extensi¨®n como por su intensidad. Con un balance de nueve muertos, cuatro desaparecidos y m¨¢s de cuarenta heridos, el temporal ha afectado a gran parte de Espa?a y con especial virulencia a toda la costa este, cuyas playas han desaparecido, literalmente, bajo las aguas. La subida excepcional del mar, que en algunos puntos ha alcanzado los 80 cent¨ªmetros, y la intensidad de las olas, que han llegado a superar los diez metros, han provocado cuantiosos da?os en todo el litoral. Hemos visto rachas de viento de hasta 144 kil¨®metros por hora, nevadas de m¨¢s de 80 cent¨ªmetros, lluvias intensas de 200 litros por metro cuadrado y fen¨®menos ins¨®litos como el mar de espuma que inund¨® el casco antiguo de Tossa de Mar o la pr¨¢ctica desaparici¨®n del Delta del Ebro bajo las aguas. En este caso, el fuerte oleaje rompi¨® la franja de tierra que proteg¨ªa el delta, ya muy debilitada por anteriores temporales, y penetr¨® tres kil¨®metros tierra adentro. La salinizaci¨®n de los acu¨ªferos que va a provocar este episodio puede tener consecuencias devastadoras para los cultivos del delta. Los desperfectos en carreteras, l¨ªneas el¨¦ctricas, v¨ªas ferroviarias y paseos mar¨ªtimos exigir¨¢n ahora intensos trabajos de reparaci¨®n.
En el actual episodio, los servicios de emergencia y protecci¨®n civil han funcionado, en general, razonablemente bien, pero lo que se ha demostrado esencial en estas situaciones es que los mecanismos de informaci¨®n y alerta funcionen adecuadamente. Las alertas previas han permitido a las autoridades adelantarse a los acontecimientos y minimizar los efectos de las inundaciones, las nevadas y las fuertes rachas de viento. Estas alertas tambi¨¦n son esenciales para que los ciudadanos tomen precauciones y eviten exponerse a peligros. El hecho de que entre las nueve v¨ªctimas mortales se encuentren dos personas sin techo debe llevarnos a revisar los programas de ayuda para quienes se encuentran en esa situaci¨®n, especialmente en circunstancias clim¨¢ticas tan adversas.
Es evidente que estamos ante un episodio excepcionalmente intenso que no podemos deslindar de las muchas manifestaciones extremas del clima que se suceden en otros lugares del planeta. Los cambios en los patrones clim¨¢ticos obligan a replantear la estrategia a seguir en adelante. Si, como es previsible, vamos a tener que afrontar un clima m¨¢s adverso, con alteraciones extremas m¨¢s frecuentes, debemos prepararnos mejor.
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