Las 43 momias de perros que descubrieron una especie precolombina
Recientes hallazgos y estudios cient¨ªficos apuntan a la recuperaci¨®n del Pastor Chiribaya, una especie de can de la era precolombina
Siempre se hab¨ªa pensado que las especies precolombinas de perros se divid¨ªan en dos grupos. A saber, los min¨²sculos chihuahue?os y los perros sin pelo ¡ªdesde los xoloitzcuintles mexicanos hasta los viringos peruanos¡ª, todos descendientes de los c¨¢nidos euroasi¨¢ticos que cruzaron el estrecho de Bering hace m¨¢s de 10.000 a?os. Sin embargo, Ra¨²l Valadez Az¨²a, del Laboratorio de Paleozoolog¨ªa de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM), ha identificado dos ancestros mesoamericanos tras analizar el ADN de diversos f¨®siles perrunos: el tlalchichi y el itzcuintli, ambos peque?os, peludos y paticortos.
En los Andes abundaron tantos perros peque?os, peludos y paticortos ¡ªVelia Ver¨®nica Mendoza, del Laboratorio de Zooarqueolog¨ªa de la Universidad Mayor de San Andr¨¦s de Bolivia, los ha dividido en tres variedades: pastu, ?a?u y chusi¡ª que el jesuita Jos¨¦ de Acosta sentenci¨® en su Historia natural y moral de las Indias (1590) que ¡°verdaderos perros no los hab¨ªa en Indias, sino unos semejantes a perrillos que los indios llamaban alco¡±. Semejante persuasi¨®n fue corroborada por el Inca Garcilaso, quien en sus Comentarios reales (1609) a?adi¨®: ¡°De los perros que los indios ten¨ªan, dec¨ªan que no tuvieron las diferencias de perros castizos que hay en Europa, solamente tuvieron de los que ac¨¢ llaman gozques¡±.
?Qu¨¦ era un gozque en la Espa?a del siglo XVII? Seg¨²n el Tesoro de Covarrubias (1611), son ¡°unos perrillos que cr¨ªan gente pobre y baja; son cortos de piernas, largos de cuerpo y de hocico, importunos a los vecinos, molestos a los galanes, odiados de los ladrones¡±. As¨ª se entiende el desprecio de los conquistadores espa?oles hacia los gozques andinos, como se puede apreciar en la siguiente cita de la Historia del Nuevo Mundo del jesuita Bernab¨¦ Cobo (1653): ¡°Son tan de ordinario estos perros de los indios tan mal tallados, que basta ver su mala catadura para aborrecellos; porque com¨²nmente andan magantos, sarnosos, sucios y asquerosos (¡), lo cual echando de ver en Potos¨ª el virrey don Francisco de Toledo, mand¨® hacer matanza general de los infinitos perros que all¨ª hab¨ªa, la cual se ejecut¨® con gran repugnancia y llanto de los indios¡± (las cursivas no son m¨ªas, sino del autor, quien por lo visto ni siquiera los consideraba perros).
No obstante, en 2006 la investigadora Sonia Guill¨¦n, del Museo Nacional de Antropolog¨ªa y Arqueolog¨ªa de Per¨², descubri¨® en un enterramiento preincaico 43 momias de perros que le permitieron definir una nueva especie: el pastor chiribaya, utilizado por los antiguos peruanos para pastorear los reba?os de llamas. Y por si no fuera suficiente, el material gen¨¦tico de las momias ha servido para comparar el ADN mitocondrial del chiribaya con el de varios canes peque?os, peludos y paticortos que todav¨ªa ladran por el sur andino, permitiendo emprender un proceso de selecci¨®n que podr¨ªa concluir con la recuperaci¨®n de una especie que hasta hace poco era del todo desconocida: el pastor chiribaya.
La posibilidad de recuperar al chiribaya no es la ¨²nica buena noticia sobre los c¨¢nidos originarios andinos, porque en 2014 una c¨¢mara film¨® por primera vez un v¨ªdeo del atelocino o perro de oreja corta del Amazonas (Atelocynus microtis), una escurridiza especie canina que un equipo de et¨®logos de Duke University ven¨ªa investigando en la selva peruana desde el a?o 2000. Est¨¢ claro que no se trata de un gozque. Porque aunque tambi¨¦n es peque?o, peludo y paticorto, nadie ha escuchado ladrar al atelocino.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.