Enrique de Luxemburgo critica el linchamiento medi¨¢tico a su esposa
El gran duque defiende el rol de Mar¨ªa Teresa Mestre d¨ªas antes de la publicaci¨®n de un controvertido informe encargardo por el Gobierno
Luxemburgo vive tiempos de zozobra mientras espera la publicaci¨®n de un informe sobre el funcionamiento de la monarqu¨ªa. Su contenido no ha visto la luz de momento, pero las revelaciones del semanario The L?tzebuerger Land?de que la gran duquesa Mar¨ªa Teresa Mestre saldr¨¢ mal parada en el documento han molestado al gran duque, Enrique de Luxemburgo. Y el jefe de Estado ha elegido salir al paso de las informaciones que presentan a su esposa como una mujer autoritaria, culpable, por su fuerte temperamento, de la elevada rotaci¨®n del personal de la Corte, donde hasta un tercio del total de empleados ha renunciado a su puesto. En un comunicado, Enrique ha criticado con dureza lo que considera un linchamiento medi¨¢tico. "?Qu¨¦ sentido tiene atacar a una mujer? ?A una mujer que defiende a las dem¨¢s mujeres? ?A una mujer a quien ni siquiera le est¨¢ permitido defenderse?", ha respondido desde la unidad de cuidados intensivos de un hospital de Ginebra donde se encuentra internado su cu?ado Luis, hermano de la duquesa.
Este verano el primer ministro, Xavier Bettel, encarg¨® a Jeannot Waringo,?exdirector de la Inspecci¨®n General de Finanzas, ahora jubilado,?una completa radiograf¨ªa acerca del modo en que los grandes duques, Enrique y Mar¨ªa Teresa, gastan su asignaci¨®n de 11 millones de euros anuales y se relacionan con el personal a su cargo. Desde el despacho que le han habilitado en Palacio, al que acude a diario, el anta?o alto funcionario lleva m¨¢s de medio a?o redact¨¢ndolo y, aunque todav¨ªa no lo ha entregado, algunos medios luxemburgueses dan por hecho que generar¨¢ una fuerte crisis, con potencial incluso para provocar la abdicaci¨®n del gran duque Enrique.
En el texto ¡ªpublicado en luxemburgu¨¦s, ingl¨¦s, franc¨¦s y espa?ol¡ª Enrique no parece mostrar ning¨²n temor por el eventual terremoto que puede causar el informe Waringo. "Movido por un esp¨ªritu de apertura, transparencia y modernidad, acept¨¦ que pudiera llevarse a cabo la misi¨®n que deseaba realizar el primer ministro", afirma. Y lamenta que se cuestione el papel de Mestre: "Se ha puesto injustamente en entredicho a mi esposa, madre de nuestros cinco hijos y abuela amant¨ªsima. Esto ha afectado a toda mi familia".
Sobre las especulaciones acerca del car¨¢cter "dictatorial" que atribuyen a su esposa, Enrique ha replicado recordando los numerosos proyectos sociales en los que est¨¢ embarcada Mestre, nacida en Cuba y parte de una rica familia exiliada del r¨¦gimen castrista. Entre ellos cita la lucha contra la dislexia y la violencia sexual, la situaci¨®n de los menores encarcelados en ?frica, el desarrollo de la microfinanciaci¨®n y la educaci¨®n de las j¨®venes y las mujeres. "Me llenan de orgullo el compromiso, la inteligencia y el denuedo con que mi esposa lleva a cabo todas sus actividades. Su entrega al servicio de nuestro pa¨ªs, a mi lado, desde hace 39 a?os es ejemplar y me resulta indispensable", insiste.
El gran duque ha eludido comentar los problemas de su esposa con el personal de Palacio, y ha querido acallar los rumores sobre una posible abdicaci¨®n en su hijo Guillermo, de 38 a?os, casado con St¨¦phanie de Lannoy, de 35, que esperan el nacimiento de su primer hijo en mayo. "Continuaremos a vuestro servicio, trabajando por vosotros y por Luxemburgo. Sobre todo en este momento crucial en que nuestros hijos inician una vida familiar, consideramos nuestro deber de padres el permitirles que disfruten de estos a?os tan preciados en su calidad de pr¨ªncipes herederos", se?ala.
Los problemas de salud de su hermano menor han obligado a anular sus compromisos a Mestre ¡ªque ya perdi¨® a su hermano mayor, Jos¨¦ Antonio, fallecido en 2015 a los 62 a?os¡ª, y prolonga un periodo complicado para la familia real luxemburguesa. El pasado abril muri¨® a los 98 a?os el gran duque Juan h¨¦roe de guerra y m¨¢xima autoridad del pa¨ªs durante 36 a?os ¡ªentre 1964 y 2000¡ª. Y tres meses antes falleci¨® Philippe de Lannoy, padre de St¨¦phanie, la princesa heredera.
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