Localismo frente a polarizaci¨®n
Que los ciudadanos tengan preocupaciones no f¨¢cilmente traducibles al conflicto entre izquierda y derecha abre nuevos espacios para acuerdos
Uno de los hallazgos m¨¢s interesantes de la literatura politol¨®gica sobre las causas del aumento de la polarizaci¨®n partidista en Estados Unidos es el del papel de la pol¨ªtica local como freno de este proceso. En 2010, James Snyder y David Str?mberg mostraron c¨®mo los representantes elegidos en distritos que cuentan con un ecosistema medi¨¢tico local se comportan en el Congreso de manera menos polarizada. Una explicaci¨®n posible es que la existencia de medios preocupados por temas esencialmente locales hace que estos congresistas sean especialmente sensibles hacia estas cuestiones, lo que les permite mantener posiciones moderadas en un contexto nacional en que sus partidos empujan a sus miembros hacia posiciones cada vez m¨¢s extremas. En otro trabajo, Amalie Jensen y sus coautores encuentran que la pol¨ªtica local polariza menos que la nacional: en el ¨¢mbito municipal, los partidos son ideol¨®gicamente m¨¢s plurales, y las diferencias ideol¨®gicas entre dem¨®cratas y republicanos son menores. Hace unos a?os, V¨ªctor Lapuente y yo compar¨¢bamos la capacidad reformista de las presidencias de Brasil y de M¨¦xico en las ¨²ltimas d¨¦cadas, y defend¨ªamos la tesis de que las m¨¢s exitosas presidencias brasile?as hab¨ªan tenido mucho que ver con un congreso dominado por intereses, a diferencia del Poder Legislativo mexicano, absorbido por paralizantes conflictos de naturaleza nacional.
La pol¨ªtica reciente tambi¨¦n proporciona ejemplos virtuosos de localismo: entre las m¨²ltiples interpretaciones que hemos visto sobre de la derrota del extremismo xen¨®fobo en Emilia Roma?a el pasado domingo ha pasado casi inadvertida una que creo fundamental: muchos votantes han renunciado a nacionalizar la votaci¨®n como pretend¨ªa Salvini, y han optado por votar pensando en la buena gesti¨®n del Gobierno regional saliente.
Quiz¨¢ deber¨ªamos dejar de criticar la presencia de cuestiones que despectivamente llamamos ¡°localistas¡± en los debates pol¨ªticos. En nuestras democracias complejas, pueden jugar un importante papel moderador. Que los ciudadanos tengan preocupaciones no f¨¢cilmente traducibles al conflicto entre izquierda y derecha abre nuevos espacios para acuerdos y permite que la pol¨ªtica no se reduzca a la competici¨®n entre bloques irreconciliables. Cuidado pues con querer eliminar lo local del debate pol¨ªtico nacional, porque igual nos cargamos uno de los diques m¨¢s efectivos que tenemos para contener la polarizaci¨®n.
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