El campo es un pa¨ªs extranjero
Quiz¨¢ quienes viven en la Espa?a rural preferir¨ªan que se les tratara como adultos
El campo es un pa¨ªs extranjero, escribi¨® Georges Perec. Es una sensaci¨®n com¨²n. La desconexi¨®n es sorprendente, porque muchos espa?oles tienen v¨ªnculos recientes con el mundo rural. En los ¨²ltimos tiempos, en parte por la fragmentaci¨®n electoral, se ha convertido en un tema de debate. A la preocupaci¨®n por la despoblaci¨®n ¡ªque tiene una larga tradici¨®n y revitaliz¨® La Espa?a vac¨ªa de Sergio del Molino¡ª se le ha unido la inquietud por una fractura que vemos en otros pa¨ªses: la divisoria de la densidad de poblaci¨®n, en la formulaci¨®n de Will Wilkinson. Fernando Collantes y Vicente Pinilla, autores de ?Lugares que no importan? La despoblaci¨®n de la Espa?a rural desde 1900 hasta el presente (PUZ), han explicado claves del asunto: el periodo de gran p¨¦rdida demogr¨¢fica qued¨® atr¨¢s; a veces pensamos solo en problemas del sector agr¨ªcola cuando el desaf¨ªo es crear una econom¨ªa m¨¢s diversificada; la despoblaci¨®n no es un problema exclusivamente espa?ol; el fallo no ha sido que no hubiera pol¨ªticas sino que estaban mal dise?adas y ejecutadas.
Hay un temor, o un desgarro, por la extinci¨®n: muchos pueblos est¨¢n condenados a desaparecer, y sus habitantes lo saben. Pero la inquietud afecta tambi¨¦n a ciudades peque?as y medianas. A menudo es un electorado relativamente conservador, cuyo voto vale m¨¢s y que se siente medi¨¢ticamente marginado. Hay algo de cierto, y a veces un victimismo exagerado, pero en la pol¨ªtica actual no puedes ganar nada si no te presentas como v¨ªctima. En No Society (Taurus) Christophe Guilluy hablaba de una Francia perif¨¦rica frente a ciudades que son casi fortalezas medievales. Las clases trabajadoras no pueden vivir donde se genera el empleo, surgen una burgues¨ªa cool que se protege ¡°tras un muro de dinero y prestigio cultural¡± y una ret¨®rica progresista que sirve para desacreditar sus reivindicaciones.
A veces las preocupaciones de los progresistas urbanos chocan con sus intereses. Cuando eso ocurre, se les acusa de formas m¨¢s o menos matizadas de ser reaccionarios. Otros recurren a la vieja combinaci¨®n de paternalismo y chivo expiatorio: se puede decir que la Espa?a vac¨ªa es culpa de Madrid o, como ha hecho el presidente del Gobierno, culpar de los problemas de los agricultores a los supermercados. No tiene importancia: como un holograma, ma?ana emitir¨¢ una cosa distinta. Pero quiz¨¢ quienes viven en la Espa?a rural preferir¨ªan que se les tratara como adultos. @gascondaniel
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