Irlandeses e ingleses
El buen resultado del republicano izquierdista Sinn F¨¦in supone la quiebra del sistema bipartidista mantenido cien a?os entre el Fine Gael y el Fianna F¨¢il, ambos m¨¢s o menos centristas
Irlanda fue siempre un polo de atracci¨®n de simpat¨ªas espa?olas. Por ser un pa¨ªs cat¨®lico, por rivalidad com¨²n con el Imperio Brit¨¢nico, por su tradicional humildad e incluso escasa relevancia geoestrat¨¦gica.
Por eso se le han solido perdonar pecados inc¨®modos. Como la rotunda confesionalidad, la competencia fiscal desleal (su impuesto de sociedades est¨¢ en el 12,5%) o un nacionalismo sorprendente, por el que durante a?os los espectadores cantaban, erguidos, el himno nacional al final de las sesiones de cine.
Las elecciones del s¨¢bado conectar¨¢n una vez m¨¢s con ciertas pulsiones de la sociedad espa?ola. El buen resultado del republicano izquierdista Sinn F¨¦in (que fue el brazo pol¨ªtico del IRA) supone la quiebra del sistema bipartidista mantenido cien a?os entre el m¨¢s/menos democristiano Fine Gael y el m¨¢s/menos liberal Fianna F¨¢il, ambos m¨¢s/menos centristas.
Y eso que el Gobierno de Leo Varadkar (Fine Gael) ha sido eficaz: la econom¨ªa ha crecido a buen ritmo; el PIB per capita supera al brit¨¢nico; Dubl¨ªn ha logrado imponer sus intereses en las negociaciones del Brexit, evitando de momento una frontera f¨ªsica que rompa la isla. Y Varadkar se ha revelado como un dirigente singular (de ascendencia asi¨¢tica), moderno (en derechos sociales: ¨¦l mismo, gay en un pa¨ªs muy tradicionalista, logr¨® aprobar el aborto en refer¨¦ndum) y ¨¢gil.
Pero quedaba pendiente y abandonada una agenda social ¡ªsanidad y vivienda¡ª que rescatase a los perjudicados de la Gran Recesi¨®n y a la que se agarr¨® como bandera el Sinn F¨¦in de Mary Lou McDonald, dirigente de la primera generaci¨®n del partido republicano no implicada en las violentas troubles.
Aunque no fue principal tema de campa?a, tambi¨¦n la reunificaci¨®n de la isla que postula ha jugado un papel: propuso realizar un refer¨¦ndum sobre eso a cinco a?os vista, cuando la mayor¨ªa de la poblaci¨®n de Irlanda del Norte seguramente ser¨¢ ya cat¨®lica (crece m¨¢s aprisa que la protestante). Nada de autodeterminaci¨®n gen¨¦rica, sino consulta pactada de antemano en virtud del Acuerdo de Viernes Santo de 1998 con el Reino Unido.
Los primeros pasos de Boris Johnson, amenazando con el recorte de libertades (asfixia a la BBC), una pol¨ªtica de inmigraci¨®n extremista con los europeos y la pretensi¨®n, al menos ret¨®rica, de alejarse a fondo de la UE, han jugado y jugar¨¢n m¨¢s a favor de la escapada del ?lster. Como insuflan aire al secesionismo escoc¨¦s. Es lo que trae el patriotismo fragmentador.
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