Las cenizas de la Revoluci¨®n Industrial llegaron hasta el Himalaya
Unos de los glaciares m¨¢s altos del mundo contiene metales procedentes de la combusti¨®n de las f¨¢bricas
A 7.200 metros de altura y hasta unos 7.500 kil¨®metros de distancia llegaron los humos de la Revoluci¨®n Industrial. Esa es la distancia que hay entre el glaciar Dasuopu, en la cordillera del Himalaya, y Manchester (Reino Unido), considerada la cuna de la industrializaci¨®n. Un bloque de hielo extra¨ªdo del helero ha registrado las emisiones tanto naturales como humanas de los ¨²ltimos 500 a?os. Su estudio muestra c¨®mo las cenizas de las f¨¢bricas y las m¨¢quinas de vapor atrapadas en la nieve crecen en paralelo al avance de la industria.
En 1997, investigadores de varios pa¨ªses subieron la ladera del Shisha Pangma, de 8.013 metros de altura, hasta llegar a la cabecera del Dasuopu, uno de los glaciares m¨¢s elevados que existen. De all¨ª extrajeron tres n¨²cleos de hielo de alrededor de 150 metros de profundidad que convenientemente troceados acabaron en los congeladores de varias universidades. Dos d¨¦cadas despu¨¦s, el avance de la tecnolog¨ªa le ha sacado toda la informaci¨®n al Dasuopu C3, el m¨¢s largo de ellos. Las sucesivas capas anuales de nieve, como si fueran anillos de los ¨¢rboles, han permitido remontarse hasta 1499.
"Nuestro bloque de hielo del Himalaya cuenta que antes de 1780, en este glaciar solo se depositaban part¨ªculas atmosf¨¦ricas de origen natural, como el polvo e¨®lico procedente de la meseta tibetana y, quiz¨¢, las procedentes de ocasionales erupciones volc¨¢nicas", explica en un correo el investigador de la Universidad Estatal de Ohio (EE UU) y principal autor del estudio Paolo Gabrielli. "Probablemente, las actividades humanas en la regi¨®n por debajo de esta altitud no fueran lo suficientemente intensas para generar una deposici¨®n de metales detectable en cumbres m¨¢s altas del Himalaya", a?ade.
Desde 1780, los niveles de varios metales est¨¢n entre dos y seis veces por encima de la concentraci¨®n natural
Pero todo cambi¨® con el fin del siglo. Mediante una t¨¦cnica de espectrometr¨ªa de masas, los investigadores pudieron rastrear la presencia y concentraci¨®n de 23 metales diferentes casi con una frecuencia cuatrimestral en m¨¢s de 2.500 muestras de hielo. Seg¨²n publican en PNAS, encontraron una gran variabilidad: desde unos 100 nanogramos?(uno es la milmillon¨¦sima parte de un gramo) por cada gramo de agua de los elementos m¨¢s abundantes, como el hierro y el aluminio, hasta unos pocos picogramos (billon¨¦sima parte de un gramo) de los m¨¢s raros, como el cromo, el antimonio o el talio. Por peque?as que sean las cantidades, antes de finales del siglo XVIII apenas se detectaban y, sobre todo, no variaban nada.
"Desde entonces [1780], vemos un enriquecimiento de los metales entre dos y seis veces los niveles naturales esperados si dominara el viento atmosf¨¦rico", sostiene Gabrielli, cient¨ªfico del Centro Byrd de Investigaci¨®n Polar y Clim¨¢tica de la universidad estadounidense. "Se produce un aumento progresivo durante el siglo XIX probablemente paralelo al incremento de las emisiones industriales", detalla.
Las m¨¢quinas de vapor de las f¨¢bricas, las de los ferrocarriles o la calefacci¨®n de los hogares usaban el carb¨®n como materia prima. Su combusti¨®n genera unas cenizas que, una vez en la atm¨®sfera, pueden ser transportadas a grandes distancias de la zona de emisi¨®n por los vientos. Aunque sea en cantidades infinitesimales, estos humos contienen una gran variedad de metales. As¨ª que solo el holl¨ªn de origen industrial parece explicar la concentraci¨®n an¨®mala de metales en el hielo del Himalaya. El hecho de que desde los a?os 50 del siglo pasado estas cenizas disminuyan su presencia en el glaciar y, en cambio, aumente la presencia de plomo, un subproducto de la quema de combustible de los coches, refuerza la conexi¨®n.
El n¨²cleo de hielo tambi¨¦n atestigua la intensa deforestaci¨®n de Europa y Asia desde el siglo XVIII
Pero el trabajo tambi¨¦n detecta un incremento muy acusado en la concentraci¨®n de part¨ªculas de origen no industrial. Seg¨²n los autores del estudio, proceder¨ªan de la deforestaci¨®n intensiva que se produjo desde finales del siglo XVIII en Europa y Asia. Para liberar tierra para la agricultura que acompa?¨® a la universalizaci¨®n de la Revoluci¨®n Industrial y la explosi¨®n demogr¨¢fica, m¨¢s que talar los ¨¢rboles, se les prend¨ªa fuego. La investigaci¨®n cita cifras ajenas: a un ritmo del 0,3% anual, Europa occidental cambi¨® de uso 19 millones de hect¨¢reas, Rusia otros 33 millones y en Asia, sin datos de China, otros 43 millones en unas pocas d¨¦cadas.
"La relevancia de los bloques de hielo para documentar y entender la historia m¨¢s lejana es algo diferente que la que tienen para el pasado m¨¢s reciente, como la Revoluci¨®n industrial", comenta?el director del laboratorio de n¨²cleos helados del Desert Research Institute (Nevada, EE UU),? Joe McConnell. "Hay muy poca informaci¨®n objetiva de aquellos primeros tiempos, por lo que el hielo y registros similares es lo ¨²nico cuantitativo que hay para conocer la historia", a?ade McConnell, que ha indagado en la historia antigua de Europa gracias al plomo atrapado en el hielo.
Para McConnell, que no ha participado en el estudio del Himalaya, los historiadores y economistas ya tienen mucha informaci¨®n sobre la Revoluci¨®n Industrial, pero el hielo cuenta un cap¨ªtulo menos conocido. "Desde mi punto de vista los registros de los n¨²cleos de hielo son m¨¢s adecuados para documentar los impactos humanos en el medio, es decir, c¨®mo, cu¨¢ndo, d¨®nde?y hasta qu¨¦ punto las actividades industriales contaminaron el medio ambiente", concluye.
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