Bernie Madoff, las tragedias vitales del mayor estafador de Wall Street

Bernard Madoff, el estafador de la mayor trama piramidal en la historia de Wall Street, pide clemencia. El prisionero de 81 a?os, sentenciado a 150 a?os de c¨¢rcel en 2009, ha solicitado la liberaci¨®n compasiva apelando a sus problemas de salud. ¡°Despu¨¦s de m¨¢s de diez a?os de encarcelamiento y con menos de 18 meses de vida, Madoff le pide humildemente a este tribunal un m¨ªnimo de compasi¨®n", escribi¨® su abogado Brandon Samples el pasado 5 de febrero en una petici¨®n remitida al Distrito Sur de Nueva York. Desde que el gestor de fondos le confes¨® a su familia los fraudes financieros que hab¨ªa cometido durante 45 a?os, no solo su imperio se destruy¨®, tambi¨¦n el personal: su hijo mayor se suicid¨® y el segundo y menor, muri¨® de c¨¢ncer. Su esposa ya no lo va a ver a prisi¨®n y sus nueras y sus nietos se cambiaron el apellido. Todos intentan rehacer sus vidas lo m¨¢s lejos de la contaminada marca Madoff.

Dos semanas despu¨¦s de la confesi¨®n del estafador, ¨¦l y su esposa, Ruth Madoff, intentaron suicidarse en su ¨¢tico de Manhattan, seg¨²n relat¨® ella en una entrevista a The New York Times. Durante los dos primeros a?os de prisi¨®n por el fraude que se cifr¨® en 64.800 millones de d¨®lares, Ruth visit¨® a quien ha sido su marido durante sesenta a?os en un centro penitenciario en Carolina del Norte. Sin embargo, eso cambi¨® el 10 de diciembre de 2010, en el segundo aniversario del arresto del estafador. Mark Madoff, el hijo mayor del matrimonio, fue encontrado ahorcado en su residencia en el Soho. En una habitaci¨®n aleda?a estaba su hijo de 22 meses. Cerca de las cuatro de la ma?ana Mark le envi¨® dos correos electr¨®nicos a su esposa Stephanie Madoff, quien se encontraba en Disney World con su hija de cuatro a?os. En uno le dec¨ªa que la amaba, y en el otro que enviara a alguien para que cuidara del beb¨¦. El abogado del difunto sostuvo que "sucumbi¨® a la presi¨®n". Ese d¨ªa se acabaron las visitas de Ruth a la c¨¢rcel.

La viuda de Mark, hoy llamada Stephanie Mack, public¨® en 2011 un libro titulado El fin de la normalidad, en el que narraba c¨®mo cambi¨® su vida y respaldaba la versi¨®n de su difunto esposo de que no ten¨ªa idea de la trama fraudulenta de su padre. Tanto Ruth Madoff como sus dos hijos, que trabajaron en el firma financiera que llevaba el nombre de su padre desde que se graduaron de la universidad, siempre negaron haber tenido cualquier implicaci¨®n o conocimiento de la estafa, que sali¨® a la luz con el colapso financiero de Lehman Brothers. La investigaci¨®n penal nunca dio con evidencias que los relacionaran con el multimillonario fraude. Stephanie trabaja actualmente como estilista en Tribecca. "No quiero que Bernie Madoff y sus cr¨ªmenes me definan. No quiero ser definida por el hecho de que mi esposo se suicid¨®¡±, dijo hace dos a?os al Times.

Cuando Bernard recibi¨® la pena m¨¢xima contemplada para los 11 delitos que cometi¨®, la vida de Ruth cambi¨® dr¨¢sticamente. Pas¨® de ser un personaje de la alta sociedad neoyorquina al exilio. Lleg¨® a un acuerdo con los fiscales para recibir 2,5 millones de d¨®lares a cambio de renunciar a todos los lujosos bienes que hab¨ªa cosechado con su marido hasta entonces: propiedades, joyas, obras de arte e, incluso, ropa. Y desde entonces, cada vez que hace una transacci¨®n mayor a 100 d¨®lares debe notificarla en una declaraci¨®n mensual a las autoridades del caso.

Durante meses, Ruth vivi¨® en la casa de su hijo Andrew, en Connecticut, para cuidarlo durante el tratamiento contra el c¨¢ncer. En 2014 el hijo menor de los Madoff muri¨® producto de un linfoma, a los 48 a?os de edad. Dos meses despu¨¦s del fallecimiento Ruth se mud¨® sola a un complejo de casas en la misma zona para estar cerca de sus nietos (queda a 45 minutos en coche de Manhattan). A esa casa de Old Greenwich la visit¨® Michelle Pfeiffer para preparar su papel en la pel¨ªcula The Wizard Of Lies, donde la actriz encarna a Ruth, y Robert de Niro a su convicto esposo. Algunos dicen que su vida inspir¨® el papel de Cate Blanchett en Blue Jasmine. Cuando la prensa toca su puerta ella solo se limita a responder que no tiene nada que decir.