Cuando la abuela se masturba en la ba?era escuchando a Pearl Jam

Lo primero, disculpen porque, a pesar de no haber cumplido 50 a?os, sea la que va a intentar escribir sobre sexualidad en los mayores de 60. Mi vida sexual mejor¨® una barbaridad el d¨ªa que me dej¨¦ de investigar sobre asuntos mucho m¨¢s acad¨¦micos, pero menos placenteros. No s¨¦ el sexo que se me viene a los 70, pero por si acaso, quiero.

Mariana fue la reina del mambo durante los setenta, los ochenta y los noventa. Su lista de amantes se solapaba con las relaciones m¨¢s o menos duraderas, fruto de una tiene hija a la que cr¨ªo sin ayuda. A partir del a?o 2000, reci¨¦n entrada en los 50, empezaron las vacas flacas. De multitud de amantes pas¨® a espor¨¢dicos manteni¨¦ndose a ese ritmo unos a?os. En 2010, viv¨ªa sola en el centro de Madrid, sin m¨¢s compa?¨ªa que su gata Kaka (por Kaka de Luxe). Ahora, ya jubilada, Mariana envejece lo suficientemente cerca de su hija como para disfrutar de sus nietos, pero tambi¨¦n lo suficientemente lejos como para no estar obligada a verse todos los fines de semana.

Su vida sentimental y sexual con otras personas es pr¨¢cticamente nula. Y admite asumir su vejez no fue f¨¢cil: "Me convert¨ª en una mujer invisible", reconoce. "Al principio me doli¨® mucho. Yo, que hab¨ªa vivido la Movida madrile?a con todas sus camas, que hab¨ªa enlazado largas relaciones una detr¨¢s de otra, que hab¨ªa tenido multitud de amantes espor¨¢dicos, dej¨¦ de llamar la atenci¨®n. Ya no me miraban al cruzarse conmigo, algo que hab¨ªa ocurrido desde ni?a. Nunca me cas¨¦, mis relaciones largas se extinguieron y hace a?os que no tengo amantes. Un d¨ªa fui consciente de que no le interesaba a nadie y casi me dio miedo dejar de interesarme a m¨ª misma".

Esta es la piedra filosofal del asunto. La autoestima es el arma a la que debemos aferrarnos, protegi¨¦ndola de cualquier deterioro. No deber¨ªamos mantener relaciones que no nos sumen. Ojal¨¢ no esper¨¢ramos hasta cumplir a?os para tenerlo claro pero, puesto que hemos llegado hasta aqu¨ª y lo sabemos, aceptemos que no todas las soledades implican una parte negativa. Consideramos lo viejo feo, cuando no deber¨ªa ser as¨ª, puesto que con las obras de arte no nos ocurre. Y todos nosotros somos una singular obra de arte. El d¨ªa que nos veamos as¨ª, estaremos protegiendo, de verdad, nuestra autoestima. Amanda se preocupa de proteger su autoestima participando en todas las actividades que le apetecen, pero tambi¨¦n cuidando su sexualidad aunque ya no ligue. A los setenta y... se masturba y se monta sus propias pel¨ªculas: "Me encanta prepararme una tarde diferente con un ba?o de agua caliente, rodeada de velas y con barritas de incienso. Me sumerjo en el agua y me masturbo escuchando mis discos de Pearl Jam. Seguro que no soy una abuela t¨ªpica, pero s¨ª soy una abuela feliz".

"Con la edad, deber¨ªamos mantener cierta sexualidad en nuestras vidas, en la proporci¨®n que consider¨¢ramos. Evidentemente, nuestra sexualidad no es igual de impetuosa que a los 20, pero eso no significa que deba ser nula", mantiene Luc¨ªa Pardo, psic¨®loga especializada en la tercera edad. "Lo de evitar las relaciones sexuales en las residencias de la tercera edad es un error, pero que nos neguemos nosotros esa sexualidad por ser viejos a¨²n m¨¢s. El deseo sexual existe toda nuestra vida. Es una expresi¨®n emocional m¨¢s".

Con cada orgasmo se tiene una descarga de endorfinas, la hormona de la felicidad, prescindir de ellos puede no ser una buena idea, m¨¢s cuando andamos escasos de emociones. ?Es necesario que esos orgasmos me los provoque alguien? Los hombres pueden entrenar sus erecciones con masturbadores espec¨ªficos y la respuesta orgasm¨¢tica de los vibradores vulvares, hace que las se?oras entrenen el suelo p¨¦lvico para, por lo menos, no tener perdidas de orina. Empe?¨¦monos en no ver la vejez como algo negativo. Desde que algunas autoras me hablan de la menopausia sin tanto drama, casi le tengo ganas. May Serrano, ha puesto patas arriba el concepto con su Climaterio: "Todo lo que sabes sobre la menopausia es mentira", reza su an¨¢lisis al respecto. Tambi¨¦n provoca preguntas inc¨®modas respecto a nuestra sexualidad con el paso de la edad, no vaya a ser que no es que hayamos perdido el deseo, sino que no deseamos a quien, cada noche, nos espera en la cama. SI a los cincuenta llego a estas reflexiones, los setenta resultan mucho m¨¢s apetecibles.

Hagamos de la sexualidad en los mayores la mejor excusa para que nuestras ganas, sean las que sean, queden m¨ªnimamente cubiertas.

A cierta edad, es absurdo negarse ciertos caprichos.