Nostradamus en pantuflas
Cada nota contiene una se?al distinta del apocalipsis que se avecina
Leer los peri¨®dicos matinales es un placer. O sol¨ªa serlo. Porque, a estas alturas, asomarse a los diarios y portales de medios da escalofr¨ªos. Es como sumergirse en el reporte de una aseguradora que tuviera que reembolsar los da?os de las Siete Plagas de Egipto. Cada nota contiene una se?al distinta del Apocalipsis que se avecina y cada lector es un Nostradamus, en bata y pantuflas, que ve desplegados ante s¨ª los ominosos signos de nuestra ca¨ªda como especie y se pasa el d¨ªa en la oficina, escuela o taller desentra?ando, junto a quienes lo rodean, el modo exacto en que nos llevar¨¢ la fregada (o, por citar el encabezado de un diario en tiempos del paso del cometa Halley en 1910, y que ilustr¨® Jos¨¦ Guadalupe Posada, la manera en que ¡°Nos convertiremos en puritito chicharr¨®n¡±).
Veamos: se notifica que la epidemia del coronavirus avanza, que las v¨ªctimas se cuentan por miles y se nutre el contexto de las notas con referencias a la Gran Peste Negra (con profusi¨®n de im¨¢genes de la siniestra m¨¢scara ¡°de pico de grulla¡± de los m¨¦dicos de la ¨¦poca), a la influenza espa?ola y a los males que diezmaron a los aztecas; o se comunica la extinci¨®n de una nueva especie animal, sin que nadie haya movido un dedo para impedirlo, y se recuerda a algunas que han desaparecido en el pasado siglo y cacho con fotos luidas de sus ¨²ltimos y melanc¨®licos ejemplares; o se informa que en dos meses pasar¨¢ cerca de la Tierra un asteroide que hace parecer una piedrita p¨®mez al que extingui¨® a los dinosaurios y se establece que si la atracci¨®n gravitacional nos juega una mala pasada, pues se acab¨® el partido (se incluye un gr¨¢fico de lo que suceder¨ªa si un meteorito golpea nuestro planeta y se a?ade la recomendaci¨®n de irse a vivir a la Isla de Pascua, junto con diez cabras j¨®venes, y poner all¨ª un huerto org¨¢nico); o se aventura que las tensiones pol¨ªticas y militares en Oriente Medio amenazan con provocar la Tercera Guerra Mundial (y se rememoran las profec¨ªas de la Virgen de F¨¢tima, las de la Baba Yaga y las de Monhi Vidente, quien adem¨¢s agreg¨® que el Cruz Azul podr¨ªa tener otro mal a?o); o bueno, claro, se reconoce que las cifras de homicidios (y feminicidios) nacionales aumentan como la espuma y, dado que algunos de ellos se producen de modos espeluznantes, pues los medios, faltaba m¨¢s, los rese?an con excitaci¨®n malsana y las redes sociales los replican con toda docilidad¡
A la vez, estos medios con enfoques sacados de una pel¨ªcula de desastres arropan sus gotitas de Apocalipsis con toneladas de informaciones dignas de un mundo de encefalogramas planos. Por ejemplo, las ¡°noticias¡± sobre las vidas de celebridades (sus bautizos, vacaciones, dietas y cenas); o las ¡°traiciones de vestuario¡± de otras celebridades (es decir, lo que sucede cuando alguna actriz o cantante es retratada por un paparazzo en un ¨¢ngulo en el que se le ve la ropa interior)¡ Y, claro, la colecci¨®n de absurdos que causa el pensamiento m¨¢gico: los ¡°fantasmas¡± que ¡°habitan¡± un viejo almac¨¦n, las caras ¡°inquietantes¡± detectadas en las sombras de un v¨ªdeo brumoso o la persecuci¨®n de las huellas que habr¨ªan dejado aliens ancestrales en la piedra de Stonehenge o en los ba?os para empleados de la l¨ªnea 2 del metro¡
Total: el subtexto que resulta de la lectura de los medios hoy es que, s¨ª, el mundo se est¨¢ acabando y nos extinguiremos igual que el rinoceronte de Sumatra y el pez espada chino, pero bueno, tampoco es que importe demasiado... Porque Kim Kardashian estren¨® zapatos nuevos y porque el futbolista Mbapp¨¦ le dio like a una foto de la actriz Ester Exp¨®sito ?y las redes ardieron!
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