Hasta siempre, Mario
El editor de Mario Bunge en Espa?a recuerda la figura del pensador argentino
No por esperada desde hace semanas, cuando Mario Bunge dej¨® de contestar los emails, su muerte resulta menos dolorosa. Ya no habr¨¢ m¨¢s correos descacharrantes, llenos de inteligencia e iron¨ªa. Ni m¨¢s comidas en el Caf¨¦ de Par¨ªs de Biarritz, donde nos vimos las ¨²ltimas veces, a poco m¨¢s de una hora de Pamplona. Ni m¨¢s d¨ªas felices de verano en Politik¨¢, en la isla griega de Eubea, muy cerca de Calcis, donde muri¨® Arist¨®teles, cenando pescado en la terraza de una taberna.
Lo conoc¨ª hace diez a?os. En Laetoli hab¨ªamos publicado Las pseudociencias vaya timo!, una colecci¨®n de art¨ªculos suyos publicados en diversas revistas, algunos nunca traducidos al espa?ol, recopilada por Alfonso L¨®pez Borgo?oz. Al poco tiempo recib¨ª un correo suyo, su primer correo. Era evidente que la edici¨®n le hab¨ªa gustado: estaba bien pensada, bien traducida, bien cuidada. Fue suficiente para establecer un primer contacto.
Al poco tiempo me propuso reeditar alg¨²n libro suyo agotado, descatalogado (que eran muchos, ya que por esas fechas ten¨ªa 90 a?os y hab¨ªa publicado mucho en dos lenguas y varios pa¨ªses). Cuando ya fueron dos o tres las propuestas (La ciencia. Su m¨¦todo y filosof¨ªa, Materialismo y?ciencia, Pseudociencia e ideolog¨ªa, etc.) le propuse formar una colecci¨®n aparte que, a imitaci¨®n de la Biblioteca Darwin que est¨¢bamos publicando, estar¨ªa dedicada a ¨¦l: la Biblioteca Bunge.
En estos a?os hemos publicado once libros suyos, revisados, corregidos, con nuevos pr¨®logos. El pr¨®ximo ser¨¢ el volumen 5 de su Tratado de filosof¨ªa, traducido por Rafael Gonz¨¢lez del Solar, que ir¨¢ a la imprenta en un par de semanas.
Bunge se fue convirtiendo poco a poco no solo en un autor de la casa, sino en algo as¨ª como un mentor de la editorial. Me recomendaba otros libros (bastantes los publiqu¨¦), prologaba otros, yo le enviaba libros (como Una revoluci¨®n de la mente, de Jonathan Israel) que le gustaban. Ten¨ªamos una afinidad especial por los ilustrados franceses del siglo XVIII: Diderot, Holbach, Helv¨¦tius, etc., a los que public¨¢bamos en la colecci¨®n Los ilustrados. Tambi¨¦n compart¨ªamos bestias negras, y una en especial: Heidegger. La pr¨®xima publicaci¨®n de Naufragio de un profeta.?Heidegger hoy, de Fran?ois Rastier, se debe tambi¨¦n a ¨¦l.
Aunque hay seguidores o admiradores de Bunge en muchos pa¨ªses, no era un fil¨®sofo a la moda. No era un posmoderno al uso, un Derrida, un Vattimo, ni un cantama?anas. Sus libros ten¨ªan demasiadas f¨®rmulas matem¨¢ticas. ?Hab¨ªa demasiada ciencia! Pero tambi¨¦n exist¨ªa un Bunge mucho m¨¢s cercano, el de sus art¨ªculos period¨ªsticos recogidos, por ejemplo, en 100 ideas, un Bunge mucho m¨¢s accesible y comprensible.
Mario Bunge no solo era el fil¨®sofo en lengua castellana m¨¢s importante de la actualidad, y la persona m¨¢s inteligente que he conocido nunca, sino un hombre cabal, sencillo, cordial
Mario Bunge no solo era el fil¨®sofo en lengua castellana m¨¢s importante de la actualidad, y la persona m¨¢s inteligente que he conocido nunca, sino un hombre cabal, sencillo, cordial. Siempre le agradecer¨¦ sus llamadas el a?o pasado, cuando estuve varios meses internado en un hospital al borde de la muerte a causa de un virus emparentado con este coronavirus que tanto nos asusta; siempre recordar¨¦ sus llamadas desde Canad¨¢, mientras estaba, por ejemplo, en una camilla cambiando de un hospital a otro, solo en una desolada y fr¨ªa sala de espera haciendo tiempo para ingresar.
Descansa en paz, Mario Bunge. Nos quedan tus ideas, tus libros, tu ejemplo. Seguiremos publicando la Biblioteca Bunge, aunque no puedas releer tus viejos libros ni ponerles nuevos pr¨®logos. Acabaremos de publicar tu Tratado de filosof¨ªa. Todos los nuevos t¨ªtulos, y hay por lo menos otros quince a la espera, ser¨¢n peque?os homenajes a ti. Y me doy cuenta ahora, mientras escribo estas apresuradas l¨ªneas, que por primera vez, despu¨¦s de diez a?os de emails, te estoy tuteando. Hasta siempre.
Seraf¨ªn Senosi¨¢in dirige Editorial Laetoli, donde se publica la Biblioteca Bunge (www.laetoli.es).
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