Acostar a los ni?os tarde puede aumentar el riesgo de que desarrollen sobrepeso u obesidad
Una mala higiene del sue?o altera los h¨¢bitos alimentarios del menor y aumenta el sedentarismo, lo que favorece el aumento de peso, seg¨²n un reciente informe
Acostar a los ni?os a una hora tard¨ªa puede aumentar los riesgos de desarrollar sobrepeso u obesidad en la infancia, de acuerdo con los resultados de un estudio reciente llevado a cabo con 107 menores de uno a seis a?os en Suecia. En el informe, que formaba parte de un estudio m¨¢s amplio sobre la obesidad, los investigadores monitorizaron el peso, la altura y el contorno de la cintura de los peque?os gracias a un rastreador en sus mu?ecas, y descubrieron que aquellos que habitualmente se iban a la cama m¨¢s all¨¢ de las nueve de la noche ten¨ªan una cintura m¨¢s amplia y un ¨ªndice de masa corporal (IMC) mayor.?
Para el doctor Claude Marcus, uno de los autores del estudio, acostarse tard¨ªamente podr¨ªa ser indicativo de un estilo de vida que favorece la aparici¨®n de sobrepeso; una relaci¨®n (la de la obesidad y las horas de sue?o) que?ha sido objeto de estudio en numerosos estudios anteriores, publicados por revistas como Jama Pediatrics o la Sleep Research Society,?con resultados similares.
Aunque pueda parecer una asociaci¨®n extra?a, en realidad no lo es. Ambos aspectos est¨¢n ¨ªntimamente relacionados, como explica el doctor Gonzalo Pin, pediatra y coordinador del grupo de Sue?o y Cronobiolog¨ªa de la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa:?"En el cuerpo tenemos dos sustancias, la leptina, que nos da la sensaci¨®n de saciedad, y la grelina, que da la sensaci¨®n de hambre. Cuando se produce un d¨¦ficit cr¨®nico de sue?o, se produce un desequilibrio en la proporci¨®n de estas dos sustancias" que tiene dos consecuencias fundamentales: se altera nuestra forma de comer y aumenta el sedentarismo, es decir, que te mueves menos, un factor que permanece oculto y que en muchas ocasiones no se tiene en cuenta. Adem¨¢s, "si el ni?o duerme poco, al d¨ªa siguiente estar¨¢ m¨¢s cansado y se mover¨¢ menos; y en el recreo, en vez de correr, saltar y dar patadas al bal¨®n, puede que se siente a contar historias con sus amigos", aventura Carlos Casabona, pediatra especializado en nutrici¨®n infantil.
"Tienes una mayor tendencia a comer comida menos saludable, m¨¢s rica en hidratos de carbono y calor¨ªas vac¨ªas que en prote¨ªnas. Ello favorece la prevalencia del sobrepeso y la obesidad, y a largo plazo de la diabetes tipo 2", argumenta Pin, que adem¨¢s se?ala otra consecuencia indeseada, una alteraci¨®n de lo que se conoce como crononutrici¨®n: "No solo es importante lo que comemos y cu¨¢nto comemos, sino cu¨¢ndo lo comemos. Entre dos personas con el mismo ¨ªndice metab¨®lico y la misma actividad f¨ªsica, pero que comen a horarios distintos (la primera almuerza hacia las dos y cena sobre las nueve, mientras que la segunda lo hace alrededor de las 3 y de las 10), la primera tendr¨¢ menor tendencia a la obesidad y el sobrepeso".
Un riesgo que comparten tambi¨¦n con las personas que obvian el desayuno, ya que estas tienden a acumular la ingesta de la mayor parte de sus calor¨ªas en la parte final del d¨ªa, se?ala el experto. Ello est¨¢ relacionado con los relojes biol¨®gicos y los ritmos circadianos: "No somos iguales a todas las horas del d¨ªa; nuestro organismo var¨ªa seg¨²n los factores ambientales, y la efectividad de los alimentos que ingerimos tambi¨¦n cambia seg¨²n el momento del d¨ªa", indica Pin. "La calidad del sue?o y el respeto a los ritmos circadianos son dos de los factores que hay que tener en cuenta al valorar los trastornos metab¨®licos que contribuyen al desarrollo del sobrepeso y la obesidad".
C¨®mo promover una buena higiene de sue?o
Al igual que con los adultos, uno de los h¨¢bitos m¨¢s importantes que nos pueden ayudar a dormir bien es evitar cenar tarde o hacerlo copiosamente.?En Espa?a, los horarios de trabajo de los padres hacen que muchas veces se cene demasiado tarde; si en el resto de Europa padres e hijos cenan juntos en torno a las siete u ocho de la noche, aqu¨ª est¨¢n merendando, para cenar a las nueve o diez. "Y esto no es bueno, porque muchas veces esa merienda ser¨¢ adem¨¢s un bollo, un bocata de embutido o un yogur azucarado, todas opciones poco saludables", sostiene Casabona. Ir a la cama tarde supone adem¨¢s otra oportunidad para comer, "una ingesta suplementaria e innecesaria de comida que muchas veces ser¨¢ a pie de nevera o de armario, picoteando galletas, patatas fritas, un trozo de queso o unas natillas".
La actividad f¨ªsica?(preferiblemente por las ma?anas, pero si no, al menos cuatro horas antes de acostarse) es otro de los factores que inciden en la calidad del sue?o, "ya que adem¨¢s de gastar energ¨ªa, induces a un sue?o m¨¢s reparador", reflexiona Casabona. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud recomienda al menos 180 minutos de ejercicio f¨ªsico diario para los ni?os entre tres y cuatro a?os, de los que al menos 60 deber¨ªan ser de intensidad moderada o alta (y si es m¨¢s, mejor).?
La luz desempe?a un papel fundamental a la hora de conciliar el sue?o, aunque el efecto de la luz natural sea radicalmente distinto del que provoca la que proviene de las pantallas. Cuanta mayor exposici¨®n a la luz natural tengan por las ma?anas, m¨¢s pronto tendr¨¢n sue?o y dormir¨¢n mejor, eso s¨ª, siempre que no lo estropeemos por la noche: "Seg¨²n encuestas recientes, los ni?os est¨¢n durmiendo 1,6 horas menos de lo que se recomienda, y la culpa es de las pantallas", argumenta Casabona, que recomienda rutinas y un ambiente tranquilo para favorecer el sue?o de los m¨¢s peque?os. Y Pin a?ade: "El uso de la tecnolog¨ªa durante las dos horas anteriores a la que nos vayamos a dormir dificulta, adem¨¢s, la secreci¨®n de melatonina, que es la hormona que regula el sue?o... Las habitaciones de los chavales deber¨ªan ser espacios libres de tecnolog¨ªa, porque la mera presencia de ordenadores, cables, etc¨¦tera hace que la calidad del sue?o sea peor".
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