?Pueden sufrir?
Afortunadamente, se detectan cambios en las pautas de consumo. Los 'millennials' se involucran m¨¢s en el impacto medioambiental, el origen de los alimentos o el bienestar animal
En una reuni¨®n de amigos, me toc¨® escuchar el discurso de Joaquin Phoenix en la ceremonia de los Oscar. Algunas reacciones fueron inmediatas: ¡°Quer¨ªa ver Joker, pero este t¨ªo me ha quitado las ganas¡±, ¡°Menuda tonter¨ªa, dijo otro, todos los mam¨ªferos se destetan, incluidos los humanos¡±. Me sorprendi¨® la actitud inicial de rechazo ante un hecho cada vez m¨¢s difundido por los medios: el trato infligido a los animales, no solo en fiestas y rituales basados en su muerte, sino tambi¨¦n en las granjas de producci¨®n intensivas donde padecen hasta la extenuaci¨®n antes de ser convertidos en productos de consumo. Am¨¦n de actos de barbarie, como el triturado de pollitos machos vivos o incluso en granjas artesanales, con la ceba del h¨ªgado de ocas y patos para el foie gras.
El comentario del actor oscarizado iba m¨¢s all¨¢ de la mera denuncia informativa. Al describir en detalle la g¨¦nesis de la leche que tomamos con el caf¨¦ y los cereales por las ma?anas ¡ªel ciclo continuo de inseminaci¨®n, parto y separaci¨®n traum¨¢tica de vacas y terneros¡ª, colocaba a la audiencia ante una inc¨®moda cuesti¨®n: el v¨ªnculo entre la satisfacci¨®n de nuestras necesidades, cuando no de simples deseos y placeres, y el sufrimiento animal. Cuesti¨®n se?alada en los a?os setenta por el controvertido fil¨®sofo Peter Singer en Liberaci¨®n animal y de dif¨ªcil encaje en una sociedad que celebra las artes y la belleza, y da hip¨®critamente la espalda a lo que Alain Dani¨¦lou llam¨® el ¡°horror discreto del matadero¡±.
No solo es esto. M¨¢s all¨¢ del impacto sobre el medioambiente, la ¨¦tica en el trato a los animales o los condicionamientos econ¨®micos, existe un factor que no puede ser ignorado: la dimensi¨®n cuantitativa de fen¨®menos como el consumo de carne. Seg¨²n un informe de Foro Econ¨®mico Mundial, 1.500 millones de cerdos son sacrificados anualmente. Con los pollos la cifra asciende a 50.000 millones. Mientras que en los ¨²ltimos 50 a?os el n¨²mero de personas en el planeta se ha duplicado, la cantidad de carne que consumimos se ha multiplicado por tres. El problema se agrava.
Afortunadamente se detectan cambios en las pautas de consumo de los millennials ¡ªes un tema intergeneracional¡ª al ser por lo general m¨¢s receptivos a consideraciones como el impacto medioambiental, el origen de los alimentos o el bienestar animal. Los intereses econ¨®micos actuar¨¢n en contra. Para ellos lo mejor es un mundo animal en extinci¨®n o masacrado como hoy, reducido a protagonistas simp¨¢ticos de pel¨ªculas de animaci¨®n. Urge en este campo una revoluci¨®n cultural. Un cambio de usos alimentarios, en l¨ªnea con las inquietudes del utilitarista Jeremy Bentham, quien hace 200 a?os se preguntaba: ¡°La cuesti¨®n no es ?pueden razonar?, ni ?pueden hablar? sino ?pueden sufrir?¡±.
@evabor3
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