Ser pobre es una actitud
La idea de que cada individuo tiene en sus manos las riendas de su vida ha ido calando hasta empapar una parte de las sociedades occidentales
Par¨¢sitos ha puesto de moda estos d¨ªas preguntarse a qu¨¦ huele ser pobre. La pregunta inquietante, sin embargo, no es c¨®mo huele la pobreza, sino por qu¨¦ no se ve.
La pol¨¦mica que en diversos sectores ha provocado el reciente informe del relator de la ONU sobre la pobreza en Espa?a solo se explica por la incomodidad que suscita el tema. Pero ese informe no es el ¨²nico. Organizaciones como Oxfam y C¨¢ritas llevan tiempo alertando sobre los profundos efectos de la desigualdad y sobre el papel de determinadas ideas y pol¨ªticas p¨²blicas.
En Estados Unidos, por ejemplo, hay una marcada diferencia en la actitud de republicanos y dem¨®cratas frente a la pobreza. Como explicaba la analista Alana Moceri en Esglobal, a partir de la l¨®gica puritana sobre el esfuerzo, los primeros opinan que los pobres lo son por pereza o porque no trabajan lo suficiente y, por lo tanto, no apoyan pol¨ªticas que aspiren a una mayor redistribuci¨®n de la riqueza. Ah¨ª surge la famosa cuesti¨®n de las ayudas a la sanidad (Obamacare y sus secuelas).
A este lado del Atl¨¢ntico, la deriva comenz¨® cuando la democracia cristiana, asentada en unos valores s¨®lidos, transmut¨® en un liberalismo que deja todo destino en las manos autorreguladoras del mercado. Arranc¨® as¨ª en muchos pa¨ªses el desmantelamiento de un Estado de bienestar que incluso en sus peores versiones ofrece coberturas infinitamente mayores que las que puedan so?ar los estadounidenses.
Las cifras en cualquier caso siguen siendo tozudamente preocupantes. Seg¨²n la ¨²ltima edici¨®n del ?ndice de Justicia Social que elabora cada a?o la Fundaci¨®n Bertelsmann, la recuperaci¨®n de las tasas de empleo en los pa¨ªses de la OCDE y la Uni¨®n Europea no se ha visto acompa?ada por una reducci¨®n en las tasas de pobreza; es m¨¢s, ha aumentado en pa¨ªses como Estados Unidos o Israel. Se observa asimismo un estancamiento general en la igualdad intergeneracional: ni?os y j¨®venes tienen m¨¢s riesgo de caer en la pobreza que los mayores de 65. En Espa?a esto se refleja en el acceso de los j¨®venes al mercado laboral. Y tender¨¢ a agravarse en el futuro, entre otras cosas, por la falta de inversi¨®n en investigaci¨®n y desarrollo en la sostenibilidad del pa¨ªs.
La idea de que ser pobre es una actitud y de que cada individuo tiene en sus manos las riendas de su vida ha ido calando hasta empapar una parte de las sociedades occidentales. ¡°Culpabilizar a la persona es el mejor camino para excluir a la sociedad de la responsabilidad conjunta de solucionar un problema¡±, afirma Borja Monreal en su maravilloso Ser pobre. ?l se refiere a la pobreza en lugares en los que el Estado es pr¨¢cticamente inexistente. Por eso, donde lo tenemos, merece la pena explorar v¨ªas para recuperar un alto grado de justicia social.
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