Algo pasa en la sastrer¨ªa
De dise?os conceptuales a talleres y t¨¦cnicas de confecci¨®n en peligro de extinci¨®n. Tres firmas espa?olas reivindican la elaboraci¨®n artesanal de trajes.
Hubo un tiempo en que vestir traje pantal¨®n era motivo de revuelta si era una mujer quien lo llevaba. Hasta los a?os cincuenta, aquellas que se atrevieron a lucirlo se arriesgaban a ser arrestadas por suplantar a un hombre o a ser expulsadas de los restaurantes. Personalidades del mundo de la moda ¡ªcomo Yves Saint Laurent con Le Smoking¡ª, del cine ¡ªcomo las actrices Greta Garbo y Katharine Hepburn¡ª y de la pol¨ªtica ¡ªcomo la senadora dem¨®crata Carol Moseley-Braun¡ª contribuyeron a darle un nuevo significado como s¨ªmbolo de empoderamiento femenino hasta alcanzar la aceptaci¨®n total de la que goza en la actualidad el traje para mujer.
Una vez superada la barrera social, el capitalismo se encarg¨® de producirlo y distribuirlo en masa a un precio asumible para todos los bolsillos. La conocida como democratizaci¨®n de la moda, algo que a priori era positivo, provoc¨® la r¨¢pida desaparici¨®n de numerosos talleres de sastrer¨ªa, independientemente de si confeccionaban para hombre o mujer. En un momento en que muchos est¨¢n acostumbrados a las prendas de usar y tirar y al ritmo fren¨¦tico de las tendencias, tener ropa hecha a medida ha pasado a ser un lujo reservado para ceremonias y ocasiones especiales: chaqu¨¦, frac o esmoquin en el caso del hombre y vestido de fiesta para la mujer.
Pero hay esperanza. Las firmas de moda han tomado buena nota de este hueco de mercado por explotar, ya sea incluyendo trajes en sus colecciones o especializ¨¢ndose en la materia, como es el caso de las espa?olas Otrura, Garc¨ªa Madrid y Gabriela Coll Garments. Detectaron una demanda y responden a ella con dise?os que reivindican la calidad y el antiguo oficio de la sastrer¨ªa.
Otrura. Recuperar un oficio cl¨¢sico.
Reflexionar, probar, borrar lo que sobra para ver qu¨¦ falta. Tomarse el tiempo necesario para alcanzar la calidad deseada. La filosof¨ªa de Otrura, la firma de Sergio de L¨¢zaro y Ver¨®nica Abi¨¢n, pasa por renovar la sastrer¨ªa y respetar los procesos en medio de la efervescencia de la moda actual y el fast fashion imperante. Ambos abandonaron sus puestos de trabajo ¡ª¨¦l en Herm¨¨s y ella en marketing estrat¨¦gico y branding¡ª hace cinco a?os en busca de talleres para lanzar su marca. Ahora cuentan con cuatro en total: sastrer¨ªa en Valencia, costura femenina en Ciudad Real, una camiser¨ªa en Toledo y calzado masculino, que se realiza en la regi¨®n italiana de Umbr¨ªa. Dirigen a su equipo desde su espacio comercial en el n¨²mero 108 de la calle de Hortaleza, en Madrid. Ella se ocupa de la comunicaci¨®n, y ¨¦l, de la direcci¨®n creativa de la firma.
Necesitaban artesanos que se adaptaran a la producci¨®n bajo demanda y que conservaran t¨¦cnicas que con el paso del tiempo se han ido perdiendo, como el uso de entretelas libres. Una t¨¦cnica que permite ¡°que la clienta pueda ajustar las prendas en el futuro tanto si necesita una talla m¨¢s como una menos¡±, explica el dise?ador. Por ello incluyen una ficha con el nombre de la persona que dio la ¨²ltima puntada. Descoser y darles una nueva vida a los trajes para que perduren en el armario. ¡°Eso te lo permite el hecho a medida; la moda r¨¢pida no¡±, aseguran.
Detectaron una demanda de sastrer¨ªa femenina a¨²n por explotar. La mujer gana terreno en un espacio antes ocupado casi en exclusiva por el hombre. Buscan trajes con los que sentirse c¨®modas, y la suya ¡°es una sastrer¨ªa muy relajada, fluida, que puede servir tanto para hombre como para mujer¡±, aclaran. Sin embargo, huyen del estilo masculino y de la est¨¦tica de la mujer trabajadora de los a?os ochenta. Tampoco creen poder empoderar a quienes visten sus creaciones, pero s¨ª lanzan un mensaje al p¨²blico y la industria: ¡°Aunque es fant¨¢stico invertir en un vestido de fiesta para un momento, es mucho mejor invertir en un traje, una americana o un pantal¨®n para cientos¡±, opina De L¨¢zaro.
¡°Busc¨¢bamos hacer un proyecto de colecciones limitadas. No para generar deseo en el p¨²blico, sino porque no queremos saturar a los trabajadores¡±, admite el dise?ador. Dedicaron un a?o respectivamente al desarrollo de sus dos colecciones, Courage y Potencia; esta ¨²ltima acaba de presentarse en el marco de Mercedes-Benz Fashion Week de Madrid. Rompen con el sistema de colecciones habitual (oto?o-invierno, primavera-verano, crucero y prefall) y prev¨¦n soluciones para adaptar las prendas. ¡°Creamos varias colecciones paralelas para jugar con las telas seg¨²n lo que necesite la clienta¡±, aclara el creativo. As¨ª, la misma prenda puede realizarse en materiales distintos seg¨²n las necesidades de la consumidora.
Artesan¨ªa y dise?o van de la mano en esta apuesta por la calidad ante la cantidad. ¡°Recuperar el tener ropa hecha para ti y no para 3.000 personas m¨¢s es fundamental¡±, afirman. Menos, si dura toda una vida, es mucho m¨¢s.
Garc¨ªa Madrid. El sastre reinventado.
Empe?ado en combinar el traje con zapatillas, Manuel Garc¨ªa (Villacarrillo, Ja¨¦n, 1970) inici¨® hace ya 14 a?os el proyecto Garc¨ªa Madrid, donde ejerce de director creativo. No fue el ¨²nico cambio con el que se atrevi¨® en el r¨ªgido mundo de la sastrer¨ªa para hombre; ha apostado desde sus comienzos por no limitarse a colores como el negro y el gris empleando una amplia gama crom¨¢tica. Referente en el sector en Espa?a, en 2016 obtuvo el Premio Nacional de Moda. El equilibrio entre el dise?o cl¨¢sico y el urbano es su f¨®rmula de ¨¦xito. Por su estudio han pasado habituales de la alfombra roja del cine espa?ol, desde Hugo Silva hasta Asier Etxeandia y Javier Rey. Ahora se lanza a conquistar el guardarropa femenino.
¡°Estamos locos¡±, asegura entre risas el dise?ador. A fuerza de pedirlo, las mujeres que acompa?aban a sus parejas a hacerse trajes a medida han conseguido que la firma se atreva tambi¨¦n a dise?ar para ellas. El conocimiento y el equipo ya lo ten¨ªan. ¡°El traje no deja de ser un pantal¨®n y una chaqueta, y creo que est¨¢ muy introducido en el armario de la mujer¡±, opina Manuel. La dificultad estaba, por tanto, en alejarse de la est¨¦tica masculina. ¡°Nunca hemos pretendido disfrazar a las mujeres de hombres. Creo que ellas deben tener su propio c¨®digo¡±, afirma el creativo.
La colecci¨®n n¨²mero 27 de Garc¨ªa Madrid, Asertividad, es, adem¨¢s de mixta, la primera que recibe nombre en la historia de la firma. ¡°Esto es lo que hacemos y es lo que nos gusta. No hemos venido a competir¡±, aclara. Presentada como una instalaci¨®n art¨ªstica en su nuevo local comercial llamado Azul (en la calle del Molino de Viento, n¨²mero 9, de Madrid), est¨¢ formada por esm¨®quines, chaquetas cruzadas y trajes sastre en una amplia gama de colores ¡ªdesde azul turquesa y rosa hasta dorados y beis¡ª, camisas con volantes y transparencias en tonos fl¨²or e incluso un vestido de plumeti.
Para la firma, el traje femenino es ¡°una opci¨®n m¨¢s que cada uno ha de adaptar a su forma de ser y de vestir¡±, explica el creativo. ¡°No es un uniforme ni obligatorio, ni una declaraci¨®n de intenciones en nuestro caso¡±. Por ello, aunque afirma que existen diferencias entre g¨¦neros a la hora de vestir, estas no han influido en la visi¨®n creativa del modisto, que ha mantenido la esencia de la marca. ¡°Estoy creando una l¨ªnea bastante sensata y acorde con lo que ya hacemos para hombre¡±, opina.
La clienta de la l¨ªnea femenina de Garc¨ªa Madrid es un reflejo de la de hombre. Comparten una serie de caracter¨ªsticas: ¡°La cultura, las inquietudes y las ganas de buscar cosas distintas¡±, declara el jienense. ¡°Lo que nosotros ofrecemos es calidad, servicio y cercan¨ªa. Sin eso, el cliente se convierte en un n¨²mero en una hoja de c¨¢lculo¡±. Para la firma contin¨²a siendo muy importante el trato humano y la tienda f¨ªsica ¡ªcuentan con cuatro puntos de venta en total repartidos por Madrid¡ª por encima de la compra online. Sin embargo, al igual que ocurre con las colecciones masculinas, su nueva l¨ªnea puede comprarse tambi¨¦n a trav¨¦s de su p¨¢gina web oficial.
Gabriela Coll. Artesan¨ªa conceptual.
Sencillos pero sofisticados, los dise?os de Gabriela Coll Garments reflejan la personalidad de su autora. No se rige por tendencias o colecciones, sino que trabaja por series a las que dota de continuidad entre s¨ª. Piezas independientes ¡ªprendas, accesorios y calzado para hombre y mujer de exquisita factura¡ª que perduran en el tiempo. Como un armario que se construye poco a poco y donde la sastrer¨ªa act¨²a como columna vertebral.
La uni¨®n de moda y arte que se aprecia en su proyecto no es casual. Gabriela Coll (Madrid, 1986) estudi¨® Arquitectura en Berl¨ªn y Arte y Dise?o en la Escuela Massana de Barcelona, y combin¨® su formaci¨®n con distintos cursos de confecci¨®n, patronaje, calzado y sombrerer¨ªa. Estaba encaminada a ser cr¨ªtica de arte, pero la moda se cruz¨® en su camino. ¡°Al final, para hacer un proyecto global y que ambas inquietudes se encontraran, crear una marca me parec¨ªa lo m¨¢s natural. Surgi¨® de forma muy org¨¢nica¡±, explica la dise?adora, que cumple cuatro a?os al frente de la direcci¨®n creativa de la empresa.
¡°El mundo de la sastrer¨ªa me atrae mucho y la moda de mujer tambi¨¦n. Por ello, empleamos tejidos muy cl¨¢sicos de la sastrer¨ªa de hombre para crear prendas de mujer. En ning¨²n momento me he planteado no hacerlo¡±, aclara la madrile?a sobre la l¨ªnea femenina de su firma. Interesada por la calidad de los materiales y el uso atemporal y vers¨¢til del traje, se ha propuesto trasladar estos conceptos tambi¨¦n a otras prendas, como ¡°un vestido al bies realizado con una lana de 150 hilos que en un principio est¨¢ pensada para una chaqueta cl¨¢sica de hombre. Es interesante ver c¨®mo una chaqueta o un vestido pueden funcionar como traje¡±, considera la creativa.
La capital catalana acoge el taller de la firma, ubicado en el n¨²mero 85 de la calle de Pallars. Sin embargo, ha encontrado en Jap¨®n ¡ªque actualmente representa el 75% de sus ventas¡ª y Estados Unidos sus mercados principales gracias a la distribuci¨®n en tiendas multimarca. No realiza desfiles, Coll cree firmemente que sus prendas ¡°necesitan que la clienta se las pruebe y las toque. Hemos quitado incluso la web¡±. ?nicamente realizan presentaciones a clientes en Madrid, Barcelona, Par¨ªs y Nueva York. ¡°No hacemos mucha prensa y estamos muy enfocados en los productos. Por eso tenemos clientas de edades muy distintas que compran por afinidad con la marca. Me hace mucha ilusi¨®n ver que las prendas pueden funcionar en personas muy diferentes¡±, asegura.
El uso de materiales de gran calidad, el trabajo artesanal y su particular concepto de la sastrer¨ªa definen el proyecto global de Gabriela Coll Garments. Dise?os contempor¨¢neos con vocaci¨®n atemporal.
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