El experimento art¨ªstico de Royal Bliss en ArtMadrid: una gran obra que nace de la mezcla
La marca de 'mixers' propuso a cinco artistas que reinterpretaran en su estilo personal, y con total libertad, un fragmento de 'El perro rojo' de Gauguin. El resultado es un c¨®ctel de color y formas que da lugar a una obra de arte ¨²nica
En febrero de 1891, Paul Gauguin estaba decidido a convertir Tahit¨ª en su pr¨®ximo destino art¨ªstico. Su prop¨®sito inicial era viajar a la isla de la Polinesia francesa para pintar unas ilustraciones para The Marriage of Loti, la exitosa novela autobiogr¨¢fica del escritor franc¨¦s Pierre Loti, en la que narra su rom¨¢ntica uni¨®n con una ex¨®tica tahitiana llamada Rarahu. Gauguin vendi¨® buena parte de su obra en una subasta que organiz¨® en el H?tel Drouot, gracias al impulso que recibi¨® por parte del cr¨ªtico Octave Mirbeau, a quien el artista lleg¨® por la intervenci¨®n de Camille Pissarro. Adem¨¢s, organiz¨® un concierto ben¨¦fico y una cena con la cr¨¨me de la intelectualidad para recaudar fondos.
As¨ª, Gauguin se instal¨® en una caba?a t¨ªpica de los nativos en la isla de Tahit¨ª, un lugar con una comunidad internacional mucho m¨¢s occidentalizada y mucho menos ex¨®tica de lo que puede leerse en los lienzos que pint¨® en aquella etapa. All¨ª cre¨® una ficci¨®n de colores vivos, lista para consumir en la sociedad francesa de la ¨¦poca postnapole¨®nica. Entre sus cuadros de un ed¨¦n lleno de manzanas prohibidas, uno de los m¨¢s conocidos es posiblemente Arearea (pasatiempo, en tahitiano), popularmente El perro rojo.
Si nada de lo anterior hubiera sucedido. Si en lugar de Marriage of Loti, o Voyage aux ?les du Grand Oc¨¦an (Jacques-Antoine Moerenhout, 1837), Gauguin hubiera le¨ªdo Aziyad¨¦, la primera novela de Loti que naci¨® tras su servicio como oficial de la marina en Grecia y Estambul, o Le nomm¨¦ Perreux (Paul Bonnetain, 1888), ambientada en a Guyana francesa, quiz¨¢ el artista hubiera recreado su imaginaci¨®n en Turqu¨ªa o en Sudam¨¦rica. O quiz¨¢ hubiera viajado a Marruecos. La mezcla de la cultura local con las costumbres y fantas¨ªas francesas habr¨ªa dado lugar, en cualquier caso, a una obra igualmente destacada por la Historia del Arte.
Royal Bliss quiso recrear el mundo de las posibilidades infinitas en la ¨²ltima edici¨®n de Art Madrid (que reuni¨® la obra de artistas representados por cerca de 50 galer¨ªas nacionales e internacionales, del 26 de febrero al 1 de marzo, en el Pabell¨®n de Cristal del Palacio de Cibeles en Madrid). Siguiendo su filosof¨ªa Freedom to mix ¨Cesa libertad de mezclar que ofrece Royal Bliss, gracias a la versatilidad de sus mixers que hacen posibles todas tus creaciones¨C, propuso a cinco artistas que reinterpretaran con su propio estilo un fragmento del lienzo de Gauguin para luego, al combinarlo con el de los otros cuatro artistas, formar una pieza ¨²nica. En ella, queda patente que las obras de arte nacen siempre de la libertad expresiva y que la mezcla las enriquece.
?lex de Marcos, Mar¨ªa Herreros, Elena Gual, Sr. Garc¨ªa y Toni Ferrer ¨Cen ese orden, colocados de derecha a izquierda¨C trabajaron su propia visi¨®n de El perro rojo de Gauguin, en una experiencia que los artistas coinciden en calificar de enriquecedora. De Marcos fue el primero en colgar su fragmento de Arearea: "Estoy deseando ver el resultado final, que no estar¨¢ listo hasta el ¨²ltimo d¨ªa. Ser¨¢, seguro, algo muy chulo", adelantaba en la primera jornada de la feria de arte contempor¨¢neo el pintor e ilustrador m¨¢s conocido como Mundopiruuu, cuya obra se caracteriza por enterrar el viejo concepto de musas y celebrar a las protagonistas, en escenarios de Hockney y con aire surrealista.
La intriga no era exclusiva de los visitantes a la feria: "Un d¨ªa vi el boceto de una compa?era en sus stories de Instagram y enseguida trat¨¦ de imaginar c¨®mo quedar¨ªan juntos", reconoce De Marcos. En su caso, el ejercicio de reinterpretar El perro rojo ha sido m¨¢s bien el de dejarse inspirar: "Me he intentado fijar en su paleta de color, de esos tonos vivos, y en sus poses, y lo he llevado a mi terreno. Ha sido muy interesante: como mezclar a un tipo de Madrid de 2020 con aquel hombre que viaj¨® a Tahit¨ª a finales del siglo XIX a ver qu¨¦ se encontraba". Su parte del lienzo incluye un nuevo personaje al cuadro, o quiz¨¢ una versi¨®n extra del personaje de la derecha.
Finalmente, durante el fin de semana, los visitantes pudieron comprobar el resultado. Tras el fragmento de De Marcos lleg¨® el de Mar¨ªa Herreros, artista pl¨¢stica conocida por la desconstrucci¨®n f¨ªsica de sus personajes, que caminan entre lo bello y lo grotesco. En su pieza de El perro rojo, el personaje del vestido blanco recuerda en cierto modo al estilo de Picasso, de hecho un gran admirador de Gauguin y de su libro Noa Noa, en el que narr¨® sus experiencias tahitianas. Elena Gual, con sus caracter¨ªsticas pinceladas gruesas, aport¨® a su fragmento esa textura arenosa reconocible en sus retratos abstractos de mujeres poderosas. De hecho, sin cambiar la pose de su personaje, este adquiere m¨¢s firmeza, m¨¢s soberan¨ªa, que en la versi¨®n original de Gauguin.
Quiz¨¢ las dos interpretaciones formalmente m¨¢s libres fueron las de Sr. Garc¨ªa y Toni Ferrer. El primero, es uno de los nombres esenciales en el collage en Espa?a. Su lectura de El perro rojo habla de colonialismo y anatom¨ªa vegetal y animal. Unos recortes como de borla de libro o de papel de pared representan al fondo la flora y recuerdan al logotipo de Royal Bliss, que de hecho recupera Toni Ferrer para montar una escultura en el fragmento final del lienzo, un t¨®tem al que adoran los personajes del fondo del cuadro en el Arearea de Gauguin. Color y forma son los dos elementos con los que crea Ferrer, cuyo trabajo se inspir¨® en un comienzo en el constructivismo holand¨¦s, iniciado por Piet Mondrian. As¨ª, el perro rojo se reduce a un elemento geom¨¦trico del mismo color. Como describe el propio Ferrer, su obra trata de hacer "lo m¨¢s sutil posible la apreciaci¨®n de la pintura con acabados casi industriales, artificiales y mec¨¢nicos".
El conjunto es un mural ecl¨¦ctico, un c¨®ctel de colores y formas, que sin embargo es consistente en s¨ª mismo y tambi¨¦n con la obra original. Una obra de arte ¨²nica que solo puede nacer de la mezcla.
Royal Bliss extendi¨® la experiencia a una barra montada para la ocasi¨®n en el Pabell¨®n de Cristal del Palacio de Correos, en la que se pudo comprobar c¨®mo la copa puede funcionar como un lienzo cuando se vuelca sobre ella la creatividad. Sobre todo, cuando se cuenta con un mundo de posibilidades tan vasto como la paleta de un pintor. Los 10 mixers de Royal Bliss componen una gama de hasta 40 matices diferentes que, mezclados con alcoholes potentes o suaves, arom¨¢ticos, especiados o neutros, y los posibles twist que puedes a?adir a tu copa (manzana ¨¢cida, lima, naranja...), abarcan un abanico inagotable de posibilidades que invita a la experimentaci¨®n. Los cocteleros de Royal Bliss iniciaron a todo el que se acerc¨® en la filosof¨ªa Freedom to mix, abriendo tan solo una peque?a ventana al mundo de los mixers con una exquisita gama de c¨®cteles preparados en el momento.
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