Conferencias de paz
Tenemos que aprovechar que Gonz¨¢lez y Aznar salgan juntos de gira para rebajar la crispaci¨®n y entender que el paso del tiempo transforma lo incompatible a la categor¨ªa de cordial si no c¨®mplice
Vaya por delante mi admiraci¨®n por Felipe Gonz¨¢lez y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Estoy convencido de que ambos tienen mucho que contar. Y el hecho de que sean expresidentes no inhabilita en absoluto sus opiniones sobre la pol¨ªtica actual; es m¨¢s, me parece interesant¨ªsimo que escruten a sus sucesores y los reconduzcan con la autoridad que concede la experiencia vivida. Lo que resulta m¨¢s chocante es que de manera reiterativa se conviertan en pareja de conferenciantes. Sinceramente, no s¨¦ si a las personas que ahora tienen 20 a?os les resultar¨¢ confortable sospechar que dentro de un par de d¨¦cadas tendr¨¢n que asistir con naturalidad a charlas conjuntas entre Irene Montero y Roc¨ªo Monasterio, por poner un ejemplo. Ojal¨¢ suceda, porque eso querr¨¢ decir que la vida sigue igual y no ha ido a peor, que era la tendencia m¨¢s probable. Pero esa especie de programa doble, que se ejecuta en foros de elevad¨ªsima reputaci¨®n, no deja de provocar algo de extra?eza e incomodidad.
Por salirnos del mundo ¨¢spero de la pol¨ªtica, el efecto es algo as¨ª como si en su pr¨®xima y anunciada gira de actuaciones de despedida decidieran compartir escenario Jos¨¦ Luis Perales y Extremoduro. Cada uno de ellos interpretar¨ªa una canci¨®n alternativamente y en el paroxismo final incluso podr¨ªan versionear su favorita del otro y entonar juntos la ¨²ltima como cierre de concierto. Estoy seguro de que musicalmente ser¨ªa un acto de enorme proyecci¨®n, pero quiz¨¢ los espectadores asistentes permanecer¨ªan escindidos, segados en dos mitades, perplejos. Est¨¢ de moda la transversalidad, pero a la gente le gusta pisar suelo firme. Cada vez que Aznar y Gonz¨¢lez dan una conferencia juntos sus seguidores lo que querr¨ªan es presenciar una discusi¨®n esencial, pero a menudo lo que se encuentran es la rectificaci¨®n gozosa de que no existe eso que se ha dado en llamar las dos Espa?as. Esa es la buena noticia para los optimistas. Nada es irreparable, y los que vivieron enfadados la mayor parte de los a?os noventa por razones pol¨ªticas deber¨ªan pedir que les devolvieran la energ¨ªa negativa y con ella fabricarse motorcitos para las bicis de ciudad.
Aznar y Gonz¨¢lez coinciden con Puigdemont en calificar de parip¨¦ la mesa negociadora del Gobierno con los representantes del Govern catal¨¢n. L¨¢stima de tr¨ªo conferenciante que nos estamos perdiendo. La mesa en s¨ª es un partido de pimp¨®n flotante cuyo sentido final es la pacificaci¨®n por hipnotismo. Gonz¨¢lez y Aznar fueron mucho m¨¢s habilidosos cuando gobernaban. Resolv¨ªan estos asuntos de Estado de manera discreta, imaginativa y con una enorme capacidad de persuasi¨®n. Tambi¨¦n es verdad que no les precedi¨® un periodo de dos legislaturas de incomunicaci¨®n, desacato, represi¨®n y ficci¨®n emocional. Pero bueno, GAL, G¨¹rtel, Rold¨¢n, Rato, Yak-42 y otras experiencias en el lado oscuro les permiten evocar un repertorio conjunto que no hay mel¨®mano que se quiera perder. En un momento en el que incluso dentro de los partidos no se tolera el m¨ªnimo reparo a la l¨ªnea que dicta el l¨ªder y su guardia pretoriana, en un tiempo en el que se incita a los espa?oles a levantar una barricada entre los vecinos de escalera en funci¨®n de su voto, tenemos que aprovechar que Gonz¨¢lez y Aznar salgan juntos de gira para rebajar la crispaci¨®n y entender que el paso del tiempo transforma lo incompatible a la categor¨ªa de cordial si no c¨®mplice.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.