Tejer y destejer
La coalici¨®n de Gobierno tiene que observar con rigor los procedimientos
El presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, convoc¨® ayer de urgencia la mesa de coordinaci¨®n prevista por el Partido Socialista y Unidas Podemos en el momento de firmar el acuerdo de coalici¨®n despu¨¦s de una sucesi¨®n de desencuentros entre miembros del Ejecutivo de una y otra formaci¨®n, especialmente significativos durante los ¨²ltimos d¨ªas. La reuni¨®n de ayer no anula la fijada para la pr¨®xima semana. Las razones detr¨¢s de cada episodio son sin duda diferentes, pero se ajustan a un ¨²nico patr¨®n: la b¨²squeda de un protagonismo pol¨ªtico incompatible con una acci¨®n coordinada de Gobierno. Unidas Podemos ha buscado capitalizar en solitario las medidas del Ejecutivo en ciertas ¨¢reas como trabajo o igualdad, desbordando para ello las competencias de los ministerios bajo su responsabilidad. Por otra parte, y en lo que respecta a asuntos como agricultura o inmigraci¨®n, ha querido marcar p¨²blicamente diferencias con el socio mayoritario de Gobierno.
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Los desacuerdos entre miembros de una coalici¨®n no son infrecuentes, y, desde esta perspectiva, la que forman el Partido Socialista y Unidas Podemos no constituye una excepci¨®n. S¨ª lo es, en cambio, la interpretaci¨®n que podr¨ªa acabar imponi¨¦ndose en ambos partidos acerca de en qu¨¦ consiste un acuerdo de Gobierno, en unos casos por acci¨®n deliberada y en otros por reacci¨®n defensiva. A juzgar por las declaraciones del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, m¨¢s que un compromiso formal para alcanzar ciertos objetivos durante la legislatura, Unidas Podemos y el Partido Socialista habr¨ªan suscrito una suerte de tregua pol¨ªtica parcial, al margen de la cual cada partido gozar¨ªa de libertad para ejercer su propio papel parlamentario. M¨¢s que un simple error que debilita a la coalici¨®n frente a sus adversarios y tambi¨¦n frente a sus posibles aliados, se trata de una deficiente comprensi¨®n de los deberes institucionales que derivan del principio de actuaci¨®n solidaria por el que se rige el Ejecutivo.
El ejercicio del poder est¨¢ sometido a reglas que deben ser exhaustivamente conocidas y escrupulosamente respetadas, como la exigencia de preparar los textos legales que un Gobierno remitir¨¢ al Parlamento en la comisi¨®n semanal de subsecretarios y de secretarios de Estado. Las objeciones que cada departamento decida interponer en este punto del proceso a las iniciativas de los restantes no pueden ser en ning¨²n caso calificadas de excusas t¨¦cnicas. Antes por el contrario, forman parte de los equilibrios internos que necesita alcanzar cualquier Ejecutivo para que su actuaci¨®n sea, precisamente, solidaria, y obedezca a una direcci¨®n pol¨ªtica unificada. De igual manera, el ejercicio de las diferentes competencias ministeriales no puede realizarse con criterios expansivos, sino desde una obligada coordinaci¨®n en los casos en los que la delimitaci¨®n no puede ser exacta.
La convocatoria realizada por el presidente S¨¢nchez era necesaria para evitar que los desencuentros pol¨ªticos entre los ministros del Partido Socialista y los de Unidas Podemos fueran a m¨¢s, deteriorando la cohesi¨®n exigible a cualquier Gobierno, sea o no de coalici¨®n. Pero la coordinaci¨®n que pueda alcanzarse entre ambos partidos podr¨ªa limitarse a tejer antes de volver a destejer si, al contrario de lo que habr¨ªa sucedido en algunos de los recientes episodios de tensi¨®n, no se apoya en un compromiso que es m¨¢s institucional que pol¨ªtico: conocer los procedimientos y observarlos con rigor.
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