Cuando el aula est¨¢ en un hospital
Estas clases reciben alumnos que no pueden seguir un proceso normalizado de escolarizaci¨®n por razones de hospitalizaci¨®n o convalecencia prolongada
Desciendo del ascensor en la planta sexta del madrile?o Hospital Materno-infantil 12 de Octubre. Transito por un largo pasillo, dejando habitaciones a derecha e izquierda. Algunas mantienen sus puertas abiertas. Miro de reojo en su interior. Veo ni?os y ni?as y adolescentes de diferentes edades, venidos de distintos lugares del territorio nacional, de distintas culturas y procedencias sociales. La mayor¨ªa de ellos suelen compartir el espacio y el tiempo con su padre o su madre. Estoy a pocos metros de mi destino. Me paro ante una puerta que se mantiene cerrada. Una de las enfermeras me sugiere que utilice el dosificador que se encuentra junto al marco de entrada a la habitaci¨®n para higienizar mis manos. Las humedezco y agito para facilitar que el l¨ªquido desinfectante se evapore lo antes posible. Cojo una mascarilla con la que cubro la mitad del rostro. Ya estoy preparada. Empujo el pomo de la puerta. En su interior me espera Joan, un ni?o de ocho a?os, al que diagnosticaron c¨¢ncer coincidiendo con el inicio del curso escolar. ¡°Joan es vergonzoso¡±, comenta su madre, que se encuentra junto a ¨¦l. Con unos grandes ojos me dice que hoy es un gran d¨ªa porque le dan el alta; sus defensas ¡°est¨¢n bien¡±.
Durante los meses que Joan ha estado entrando y saliendo del hospital, ha podido seguir avanzando en las materias correspondientes a 3? de Primaria, curso en el que est¨¢ matriculado en su cole, a trav¨¦s del aula hospitalaria situada en una de las plantas de este hospital materno-infantil. Me dice Joan que la asignatura que m¨¢s le gusta es Matem¨¢ticas y que no le gusta mucho leer. Durante su estancia en el hospital, Joan ha subido al aula hospitalaria junto a otros ni?os y ni?as que tambi¨¦n est¨¢n ingresados. Pero, en su caso, la mayor¨ªa de las veces son los maestros los que bajan a la habitaci¨®n para darle clase. Ahora, es la hora de la comida. En breve pondr¨¢ rumbo a su casa.
Joan es uno de los ni?os y ni?as que ha utilizado el aula hospitalaria durante su estancia en el hospital para no desengancharse de los estudios y mantener sus aprendizajes a un ritmo similar al que tendr¨ªa junto a sus compa?eros de aula si acudiera a su centro escolar de manera ordinaria. Subo hasta la octava planta para visitar el aula hospitalaria, una habitaci¨®n donde me re¨²no con algunos ni?os que realizan actividades junto a sus maestros.
Las aulas hospitalarias reciben alumnos que no pueden seguir un proceso normalizado de escolarizaci¨®n en su centro educativo, por razones de hospitalizaci¨®n o convalecencia prolongada, y necesitan de una respuesta educativa adecuada a sus necesidades. Este tipo de Unidades de Apoyo funcionan en aquellos hospitales que tienen camas pedi¨¢tricas de media y larga hospitalizaci¨®n.
Me recibe Francisco de Pedro, coordinador de las aulas hospitalarias del Hospital Universitario La Paz, Hospital Universitario Ram¨®n y Cajal y Hospital Universitario 12 de Octubre, situados todos ellos en Madrid. De Pedro se?ala que ¡°las aulas hospitalarias son colegios p¨²blicos con un perfil muy particular, porque un pap¨¢ que viva junto al hospital no puede matricular a su hijo. La Consejer¨ªa de Sanidad pone el local, las instalaciones, y la Consejer¨ªa de Educaci¨®n lo que hace es poner a su profesorado, funcionarios; es decir, nosotros no somos ni una ONG, ni colaboradores, ni voluntarios. Somos profesores, con oposiciones aprobadas o interinos¡±.
Los destinatarios de este servicio son los ni?os y ni?as que est¨¢n ingresados en edad de escolaridad obligatoria y, a veces, dependiendo de la disponibilidad de los recursos, de etapas no obligatorias. Los profesores que ejercen en estas clases desarrollan su actividad educativa teniendo en cuenta la movilidad del alumnado, ya sea en las aulas o en las habitaciones; ofrecen una atenci¨®n personalizada, teniendo en cuenta su edad y su nivel escolar, as¨ª como sus condiciones de salud; y mantienen flexibilidad y adaptaci¨®n a las necesidades de los ni?os y ni?as que se encuentran hospitalizados. De Pedro mantiene que, en el caso del Hospital Universitario 12 de Octubre, ¡°contamos con profesores de aula en las etapas de Infantil, Primaria y Secundaria; en esta ¨²ltima hay profesorado de ¨¢mbito cient¨ªfico-matem¨¢tico y ¨¢mbito socioling¨¹¨ªstico. Hay tambi¨¦n profesores que pertenecen a esta plantilla pero que su misi¨®n es atender a los ni?os que una vez que est¨¢n dados de alta tienen que pasar uno, dos, tres o m¨¢s meses en sus domicilios. Son los profesores del SAED (Servicio de Atenci¨®n Educativa Domiciliaria), y cuando los ni?os tienen que venir a hacerse pruebas, con ingresos de corta estancia, se incorporan al aula y ayudan a los ni?os que tenemos aqu¨ª ingresados¡±.
La forma de atenci¨®n a los ni?os hospitalizados se realiza de diferentes formas. Existe el aula hospitalaria, un espacio al que los ni?os se desplazan desde sus habitaciones en el hospital. Recuerda, un poco a las aulas unitarias de los pueblos, donde hay ni?os desde la etapa Infantil hasta ni?os de la ESO. De Pedro dice que, ¡°generalmente, a los ni?os de Bachillerato se les atiende en las habitaciones. Tambi¨¦n a aquellos que no se pueden desplazar al aula¡±.
Los ni?os que se encuentran hospitalizados siguen oficialmente escolarizados en sus centros de origen. Francisco de Pedro declara que ¡°cuando el ni?o ingresa contactamos con los centros para pedirles programaciones. Los centros nos avisan de los temas que los ni?os tienen que cubrir en relaci¨®n con su evaluaci¨®n e incluso los centros env¨ªan sus propios ex¨¢menes. Los ni?os siguen teniendo los boletines de sus coles y aparecen en las actas de sus propios centros. Da igual que los ni?os sean de Canarias que de Madrid¡±. En su labor como coordinador, se encarga de hacer el registro de la documentaci¨®n. ¡°Somos una unidad administrativa, somos centro p¨²blico, tenemos nuestros sellos de registro. Toda esa documentaci¨®n est¨¢ registrada en el propio hospital, pero el expediente espec¨ªfico sigue abierto en sus centros. Aunque podamos evaluar, siempre es a instancias del colegio. La diferencia sustancial de estos centros con los centros ordinarios es que ellos hacen actas, emiten notas y determinan si promocionan o no, y nosotros no¡±, explica Francisco de Pedro.
El n¨²mero de profesores destinado al aula var¨ªa dependiendo del n¨²mero de ni?os que hacen uso de ella. En el Hospital Universitario 12 de Octubre hay fijos dos maestros de Primaria y el profesorado de Secundaria es compartido. Cuando el profesor del ¨¢mbito socio-ling¨¹¨ªstico est¨¢ aqu¨ª, en otro hospital est¨¢ el del ¨¢mbito cient¨ªfico-matem¨¢tico. Adem¨¢s, este hospital tiene adscritos dos maestros del SAED. Se procura que ning¨²n ni?o en edad de escolarizaci¨®n obligatoria, con una convalecencia en su domicilio de m¨¢s de un mes, no est¨¦ atendido por un profesional
Cada ma?ana, el hospital env¨ªa una relaci¨®n de ni?os que son susceptibles de ser atendidos en el aula hospitalaria. Es el propio profesorado el que contacta con las familias y les informa. De Pedro cuenta que ¡°se trabaja teniendo en cuenta el principio de normalizaci¨®n; es decir, un ni?o que tenga que pasar una temporada m¨¢s o menos larga hospitalizado, si en su vida ordinaria a las 11 de la ma?ana estar¨ªa en la escuela, aqu¨ª tambi¨¦n. Los ni?os lo aceptan fenomenal y las familias, mejor. El trabajo en el aula est¨¢ supeditado a que el ni?o tenga que bajar a hacerse una prueba m¨¦dica o que tenga que pasar por el quir¨®fano o por cualquier otro tipo de prueba. Siempre es prioritario todo lo sanitario, evidentemente. Una vez finalizada la prueba los ni?os vuelven a su horario escolar¡±.
Laura G¨®mez-Pardo, profesora de Infantil y Primaria, ejerci¨® anteriormente dos a?os como profesora de SAED. Actualmente lleva tres a?os en el aula hospitalaria. Esta maestra asegura que el dar clase en este tipo de instalaciones fue una decisi¨®n personal, ¡°ejercer en un aula hospitalaria es voluntario. A un profesor no le traen aqu¨ª de manera ordinaria¡±. Laura G¨®mez-Pardo declara que el trabajo que se lleva a cabo en un aula ordinaria no tiene nada que ver con el que se realiza en un aula hospitalaria. ¡°Soy tutora de 4? de Primaria, pero en el aula existe una gran diversidad, puede haber un ni?o de la ESO con uno de 5? Primaria, uno est¨¢ haciendo matem¨¢ticas y el otro, lengua. Vamos a lo b¨¢sico, a aquellos contenidos que sabemos que va a necesitar para el curso siguiente¡±. Junto a ella, se encuentra Agust¨ªn Panella. Este profesor ejerci¨® antes ocho a?os como SAED. Actualmente lleva tres cursos en aula hospitalaria. Panella sostiene que ¡°en este hospital siempre se ha intentado que las personas que entraran en el aula anteriormente hubieran trabajado en SAED¡±. La estructura del aula recuerda a la de un aula rural, pero tienes tambi¨¦n unos condicionantes que la rural no tiene. ¡°Aqu¨ª tienes que facilitarle los aprendizajes que necesita en el momento preciso que se incorpora con nosotros. Trabajamos con una mayor improvisaci¨®n. No se avanza en el curr¨ªculum de igual manera que en un centro ordinario. Intentamos siempre cubrir ese curr¨ªculum a m¨ªnimos¡±, dice Panella. En estos espacios, concluye el coordinador de esta aula, ¡°la pedagog¨ªa no es una pedagog¨ªa ordinaria; es decir, hay un alto componente emocional en el trabajo que se desarrolla. Posiblemente, sea una de las caracter¨ªsticas distintivas de esta clase respecto a un aula ordinaria¡±.
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