Un pir¨®mano en la India
Modi pone en peligro el futuro democr¨¢tico y econ¨®mico su pa¨ªs con su discurso xen¨®fobo contra los musulmanes
El primer ministro de la India, el ultranacionalista hind¨² Narendra Modi, lleva comport¨¢ndose como un pir¨®mano desde que fue reelegido hace casi un a?o, agitando el sectarismo con leyes discriminatorias hacia la poblaci¨®n musulmana o con medidas de dudoso fundamento jur¨ªdico, como la retirada de la autonom¨ªa a Cachemira. Esta deriva nacionalista ya ha degenerado en una tragedia con el estallido a finales de febrero de los peores disturbios en tres d¨¦cadas en la capital, Nueva Delhi, durante los que m¨¢s de 50 personas fueron asesinadas, 250 resultaron heridas y cuatro mezquitas fueron incendiadas, adem¨¢s de numerosas viviendas y comercios arrasados. Las evidencias de pasividad policial durante las agresiones contra musulmanes, principales v¨ªctimas de los disturbios, son enormes.
Modi, del nacionalista Bharatiya Janata Party (BJP), fue reelegido para un segundo mandato con mayor¨ªa absoluta el pasado mes de abril, impulsado por una campa?a de fuerte tinte xen¨®fobo. Una de sus primeras medidas fue retirar la autonom¨ªa de Cachemira en medio de una oleada de represi¨®n contra los musulmanes de este Estado en el que son mayor¨ªa y por el que la India y Pakist¨¢n, ambas potencias nucleares, se han enfrentado en tres guerras. Su siguiente paso fue promulgar una nueva legislaci¨®n discriminatoria, que concede la ciudadan¨ªa a cualquier inmigrante indocumentado de varios pa¨ªses de la regi¨®n, siempre y cuando no pertenezca a la comunidad musulmana. Esta medida provoc¨® una serie de protestas y contraprotestas, que degeneraron en los disturbios de Nueva Delhi.
Los enfrentamientos intercomunitarios, que han salpicado la historia india desde su independencia, se produjeron adem¨¢s durante una visita del presidente estadounidense Donald Trump, que se deshizo en elogios hacia el primer ministro indio, un dirigente que pertenece a la peligrosa oleada de dirigentes nacionalistas agresivos, como el brasile?o Jair Bolsonaro o el filipino Rodrigo Duterte.
El camino emprendido por Modi solo puede llevar al desastre. La India es un pa¨ªs muy complejo, cuyos 1.200 millones de habitantes son de mayor¨ªa hind¨² (un 80%), aunque existen amplias minor¨ªas que profesan otros credos, entre ellos 200 millones de musulmanes. Convertirlos en ciudadanos de segunda representa una violaci¨®n de los principios democr¨¢ticos sobre los que se fund¨®, y condena a este gigantesco pa¨ªs, la sexta econom¨ªa del mundo, a la inestabilidad cr¨®nica y a la violencia. Modi no solo gobierna contra los musulmanes, sino contra los intereses de la India, que pretende consolidar como una potencia econ¨®mica, mientras toma medidas que ponen en duda su futuro democr¨¢tico y econ¨®mico.
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