?Otra vez Netanyahu?
La mayor parte de los votantes jud¨ªos no vieron en el primer ministro un pol¨ªtico acusado de delitos, sino un l¨ªder fuerte con ideas claras. Si forma Gobierno podr¨¢ seguir convirtiendo a Israel en una autocracia
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El tercer duelo electoral del a?o en Israel no trat¨® bien al primer ministro Benjamin Netanyahu. Aun cuando su bloque derechista de partidos ultraortodoxos y nacionalistas obtuvo m¨¢s esca?os en el Parlamento que el bloque de centroizquierda encabezado por el excomandante del ej¨¦rcito Benny Gantz, todav¨ªa no tiene la mayor¨ªa parlamentaria necesaria para formar Gobierno. Este resultado no es buen presagio para la democracia israel¨ª.
Es muy posible que Israel quede atrapado en el limbo durante varios meses. El bloque con 58 esca?os de Netanyahu es una alianza cohesionada y coherente, a diferencia del bloque opositor de 55 esca?os (formado por la coalici¨®n Azul y Blanco de Gantz, el alineamiento Laborismo Meretz y la Lista Unida de partidos pol¨ªticos de mayor¨ªa ¨¢rabe), que mal podr¨ªa servir de base para un nuevo Gobierno, aun si lograra una mayor¨ªa de los 120 esca?os de la Kn¨¦set.
El bloque liderado por Gantz todav¨ªa puede impedir que Netanyahu forme Gobierno, especialmente si Avigdor Lieberman (l¨ªder de Israel Nuestro Hogar, que obtuvo siete esca?os) cumple su promesa de jam¨¢s unirse a la coalici¨®n liderada por el Likud. Pero ?podr¨¢ un autoproclamado enemigo de la ¡°quinta columna¡± ¨¢rabe israel¨ª, que defendi¨® la transferencia de ciudadanos ¨¢rabes de Israel a un Estado palestino, alinearse con una oposici¨®n que incluye a la Lista ?rabe Unida?
Pase lo que pase, el resultado electoral obliga a pensar seriamente en el estado de la democracia israel¨ª. El hecho de que Netanyahu, que enfrenta acusaciones de soborno, fraude e incumplimiento de los deberes de funcionario p¨²blico, haya estado cerca de obtener un hist¨®rico quinto mandato es profundamente preocupante. Y sin embargo, es hasta cierto punto el resultado natural de los casi 15 a?os que lleva subvirtiendo sistem¨¢ticamente la democracia de Israel.
La pol¨ªtica israel¨ª es notoriamente conflictiva; sin embargo, es posible que la ¨²ltima campa?a electoral de Netanyahu haya sido una de las m¨¢s sucias de la historia. Calumni¨® sin el menor empacho a Gantz y a los medios liberales, propagando descaradamente noticias falsas, filtraciones maliciosas y rumores infundados; promovi¨® abiertamente la confrontaci¨®n entre jud¨ªos y ¨¢rabes; y critic¨® duramente a funcionarios judiciales a los que ¨¦l mismo design¨®, calificando sus esfuerzos para obligarlo a rendir cuentas de sus delitos como ¡°intento de golpe de Estado¡±.
Siempre se engorgulleci¨® de la oposici¨®n implacable a Ir¨¢n y la destrucci¨®n del movimiento nacional palestino
Es probable que ahora Netanyahu use la ¨ªnfima ventaja que obtuvo en el Parlamento para argumentar que si el poder judicial intenta impedirle formar Gobierno, eso ser¨ªa contrario a la ¡°voluntad del pueblo¡±. ?Y cu¨¢l es ese pueblo? No las ¡°¨¦lites liberales¡± mayoritariamente responsables del espectacular crecimiento econ¨®mico israel¨ª basado en la innovaci¨®n. El ¡°pueblo¡± de Netanyahu son los que se sienten no representados y olvidados.
Para un l¨ªder que lleva m¨¢s de una d¨¦cada en el poder, es un logro importante. Al fin y al cabo, bajo Netanyahu hubo un deterioro de los sistemas israel¨ªes de transporte, educaci¨®n y salud; la falta de espacio en los hospitales, por ejemplo, lleva a que Israel tenga, con diferencia, la peor tasa de mortandad por infecciones entre los pa¨ªses econ¨®micamente avanzados (38 muertes cada 100.000 pacientes).
Pero Netanyahu demostr¨® ser un maestro de la explotaci¨®n del nacionalismo ¨¦tnico. M¨¢s interesados en los ¡°valores jud¨ªos¡± que en sutilezas democr¨¢ticas, los votantes ¡°olvidados¡± de Israel (entre ellos, dos de cada tres votantes jud¨ªos) hicieron propia su ret¨®rica anti¨¢rabe y sus acusaciones contra el laicismo de las ¨¦lites liberales. Vieron con benepl¨¢cito su estrategia clara y descarada de sometimiento de los palestinos, cuyas tierras planea anexar mediante la implementaci¨®n unilateral del plan de paz profundamente inequitativo que hace poco present¨® el Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump.
De hecho, Netanyahu siempre se enorgulleci¨® de los dos pilares de su plataforma: la oposici¨®n implacable a Ir¨¢n y la destrucci¨®n del movimiento nacional palestino, dos objetivos que cuentan con el apoyo de la mayor¨ªa de los israel¨ªes.
En tanto, el ideol¨®gicamente amorfo bloque opositor provey¨® poca claridad en su abordaje de estos temas. Si bien Gantz se opuso a la anexi¨®n unilateral de territorios palestinos, se comprometi¨® con la anexi¨®n de la regi¨®n del valle del Jord¨¢n en la Cisjordania ocupada. Adem¨¢s, su partido Azul y Blanco expres¨® que el plan de Trump es ¡°totalmente compatible con los principios estatales y de seguridad¡± que defiende el partido.
La Lista Unida es la ¨²nica fuerza pol¨ªtica que todav¨ªa intenta defender la causa de la paz y la justicia
La debilidad del bloque de centroizquierda (m¨¢s aun que la c¨ªnica manipulaci¨®n pol¨ªtica de Netanyahu) configur¨® el resultado de la ¨²ltima elecci¨®n. En vez de ofrecer una alternativa cre¨ªble a las ambiciones de Netanyahu, el bloque bas¨® toda la campa?a en denunciar los ataques del investigado primer ministro al Estado de derecho, un tema que a los electores de Netanyahu no interesa en lo m¨¢s m¨ªnimo.
La mayor parte de los votantes jud¨ªos no vieron en Netanyahu un pol¨ªtico acusado de delitos, sino un l¨ªder fuerte con ideas claras. Incluso los municipios que rodean a Gaza (blanco de peri¨®dicos ataques con misiles de Ham¨¢s que el primer ministro no supo evitar) prefirieron a Netanyahu antes que a la coalici¨®n Azul y Blanco, liderada por tres excomandantes del ej¨¦rcito.
Si Netanyahu consigue formar Gobierno, probablemente creer¨¢ que tiene v¨ªa libre para seguir convirtiendo a Israel en una autocracia. Es probable que sus primeras medidas incluyan lograr la sumisi¨®n del sistema judicial, siguiendo el modelo dado en a?os recientes por el presidente turco Recep Tayyip Erdogan y por el Gobierno populista de derecha en Polonia.
Queda en Israel una ¨²nica fuerza pol¨ªtica que todav¨ªa intenta defender la causa de la paz y la justicia: la Lista Unida. Los ¨¢rabes israel¨ªes (movilizados contra la propuesta de Trump de transferir la ciudadan¨ªa de 300.000 de ellos al Estado palestino) acudieron en masa a las urnas; por eso la Lista Unida fue el ¨²nico partido de izquierda que se anot¨® un avance electoral (sum¨® dos esca?os en la Kn¨¦set a los 13 que ya ten¨ªa).
Azul y Blanco no tuvo coraje pol¨ªtico para desafiar la prohibici¨®n de cooperar con la Lista Unida de los partidos sionistas. Pero la izquierda sionista tampoco tiene un mensaje convincente, lo que la est¨¢ hundiendo en la irrelevancia. En esta elecci¨®n solo obtuvo siete esca?os (perdi¨® cuatro). Esto deja a la Lista Unida como la ¨²nica oposici¨®n verdadera al programa de Netanyahu de anexi¨®n, discriminaci¨®n racista y uso liso y llano de la pol¨ªtica del poder.
Ese es el verdadero mensaje hist¨®rico de esta elecci¨®n. Si hay en marcha una batalla por el alma de Israel, se libra entre la coalici¨®n ultraderechista de Netanyahu y la Lista ?rabe Unida (no la izquierda jud¨ªa o la coalici¨®n centrista Azul y Blanco). El ¨²nico modo para el sionismo liberal de detener el avance del nacionalismo desenfrenado es ali¨¢ndose sin culpas con los ¨¢rabes israel¨ªes.
Shlomo Ben-Ami, exministro israel¨ª de Asuntos Exteriores, es vicepresidente del Centro Internacional de Toledo para la Paz y autor del libro Cicatrices de guerra, heridas de paz: la tragedia ¨¢rabe-israel¨ª.
Traducci¨®n de Esteban Flamini.
? Project Syndicate, 2020.
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