Todos somos vecinos
En las pr¨®ximas semanas y meses vamos a descubrir qui¨¦nes ¡ªtanto personas como pa¨ªses¡ª est¨¢n m¨¢s dispuestos a actuar teniendo a los dem¨¢s en mente y qui¨¦nes solo piensan en s¨ª mismos
Los terremotos generan destrucci¨®n y tambi¨¦n nueva informaci¨®n sobre las capas m¨¢s profundas del planeta. Las pandemias tambi¨¦n generan destrucci¨®n e informaci¨®n, y no solo biol¨®gica, epidemiol¨®gica o m¨¦dica. Tambi¨¦n revelan qui¨¦nes somos como personas y como sociedad. ?Hay entre nosotros m¨¢s altruistas o m¨¢s ego¨ªstas? ?Nos conviene tener un pa¨ªs abierto al mundo o fronteras m¨¢s cerradas? ?Le creemos a los pol¨ªticos o a los expertos? ?Qu¨¦ debe guiar m¨¢s nuestra conducta, las emociones o los datos?
Quienes defienden la integraci¨®n entre pa¨ªses chocan con los partidarios del nacionalismo y el proteccionismo. ¡°Rechazamos el globalismo y abrazamos la doctrina del patriotismo¡±, dijo el presidente Trump en la ONU en 2018. Tambi¨¦n dej¨® clara su antipat¨ªa por el multilateralismo, es decir, las iniciativas basadas en acuerdos entre un gran n¨²mero de pa¨ªses. El multilateralismo condujo a la creaci¨®n de organismos como las Naciones Unidas y el Banco Mundial, por ejemplo. Tambi¨¦n anima los acuerdos en los cuales los pa¨ªses participantes se comprometen a hacer esfuerzos conjuntos para lidiar con problemas que ning¨²n pa¨ªs puede enfrentar solo, independientemente de cu¨¢n grande, rico o poderoso sea. El cambio clim¨¢tico, la inmigraci¨®n o el terrorismo son ejemplos de esto. Al presidente Trump estos acuerdos multilaterales no le gustan. ¡°Estados Unidos siempre escoger¨¢ la independencia y la cooperaci¨®n en vez del control y la dominaci¨®n de la gobernanza global¡±, dijo el presidente. Como sabemos, Trump no es el ¨²nico cr¨ªtico de la globalizaci¨®n. Un sinn¨²mero de l¨ªderes pol¨ªticos, as¨ª como intelectuales de fama mundial, rechazan la globalizaci¨®n.
Es en este contexto que hace su revolucionaria aparici¨®n el coronavirus. Si la globalizaci¨®n se basa en el movimiento internacional de productos, ideas, gente o tecnolog¨ªa, pues este virus es un poderoso ejemplo de la globalizaci¨®n de flujos biol¨®gicos. Tambi¨¦n confirma lo miope que es pensar en la globalizaci¨®n solo como un fen¨®meno comercial, financiero o medi¨¢tico.
Resulta que algunos flujos biol¨®gicos, por ejemplo, viajan m¨¢s r¨¢pido, a mayor distancia, tienen efectos m¨¢s inmediatos y de mayor impacto que los dem¨¢s flujos que caracterizan a la globalizaci¨®n. Pero la reacci¨®n al coronavirus tambi¨¦n revela lo tentador que es el aislacionismo. Un creciente n¨²mero de Gobiernos est¨¢ tratando de sellar las fronteras y aislar las ciudades y regiones m¨¢s afectadas, bloqueando el libre tr¨¢nsito de personas y las comunicaciones a¨¦reas. Estamos viviendo en tiempo real el choque entre el globalismo y el aislacionismo. Pero al mismo tiempo que est¨¢n cerrando sus fronteras, estos Gobiernos est¨¢n descubriendo cu¨¢nto necesitan el apoyo de otros pa¨ªses, y de entes multilaterales como la Organizaci¨®n Mundial de la Salud.
El coronavirus tambi¨¦n est¨¢ sirviendo para traer de nuevo a la palestra y darle un rol protag¨®nico a expertos y cient¨ªficos. Una de las sorpresas de este temprano siglo XXI fue la p¨¦rdida de credibilidad de los expertos y el auge de charlatanes y demagogos. Esta tendencia tuvo un momento ic¨®nico cuando en 2016 Michael Gove, entonces ministro de Justicia del Reino Unido, reaccion¨® a un estudio en el cual renombrados expertos criticaban al Brexit, proyecto que ¨¦l promov¨ªa. El ministro afirm¨® sin desparpajo: ¡°La gente de este pa¨ªs ya ha tenido suficiente con los expertos¡±. Otro que rutinariamente desprecia a los expertos es Donald Trump. Ha dicho que el cambio clim¨¢tico es una farsa montada por China, que ¨¦l sabe m¨¢s de guerra que sus generales, o que ¨¦l entiende mejor esto del virus que los cient¨ªficos.
Pues no. Resulta que en ¡°esto del virus¡± los cient¨ªficos deben ser ¡ªy afortunadamente est¨¢n siendo¡ª los principales protagonistas. Muchos de ellos, adem¨¢s, son funcionarios p¨²blicos, otra categor¨ªa de profesionales que suele ser desde?ada por los l¨ªderes populistas que han logrado ganar poder avivando las frustraciones y ansiedades del ¡°pueblo¡± que ellos dicen representar. Los populistas conviven mal con los expertos y con los datos que contradicen sus intereses. Detestan a los organismos p¨²blicos que albergan expertos y producen datos incuestionables. Pero la crisis del coronavirus ha demostrado que estas burocracias p¨²blicas, cuyos presupuestos y capacidades suelen ser erosionados por l¨ªderes que las desprecian, son nuestra principal l¨ªnea de defensa contra una in¨¦dita y amenazante pandemia.
La pandemia no solo hace que los expertos y sus organismos jueguen un crecido rol, sino que tambi¨¦n hace que adquiera renovada urgencia el viejo debate entre altruismo e individualismo. El altruista est¨¢ dispuesto a beneficiar a otros ¡ªincluyendo a desconocidos¡ª aun a costa de sus propios intereses. En cambio, el individualista tiende a actuar independientemente de los efectos que sus decisiones tengan sobre el bienestar de los dem¨¢s.
En las pr¨®ximas semanas y meses vamos a descubrir qui¨¦nes ¡ªtanto personas como pa¨ªses¡ª est¨¢n m¨¢s dispuestos a actuar teniendo a los dem¨¢s en mente y qui¨¦nes solo piensan en s¨ª mismos. Esto se va a hacer m¨¢s f¨¢cil de descubrir, ya que el coronavirus ha hecho patente que todos somos vecinos. Aun de pa¨ªses y personas que est¨¢n en nuestras ant¨ªpodas.
En twitter @moisesnaim
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