¡®La habitaci¨®n del p¨¢nico¡¯ | Diario de la primera semana de cuarentena infantil sin paternalismos
Si algo nos sobra ahora es gente explicando su d¨ªa a d¨ªa encerrados en sus casas. Aqu¨ª ten¨¦is otra innecesaria columnita del confinamiento
Si algo nos sobra ahora es gente explicando su d¨ªa a d¨ªa encerrados en sus casas. Pero como casualmente tengo mucho tiempo libre, aqu¨ª ten¨¦is otra innecesaria columnita del confinamiento familiar, espero que con menos paternalismo y euforia desenfrenada que lo que encontramos en las redes.
Escribo esto cuando hace siete d¨ªas que tenemos a la ni?a todo el rato con nosotros, porque en Barcelona los colegios cerraron el viernes hasta nuevo aviso.
Lo primero que me sorprendi¨® de la etapa coronavirus fue la inundaci¨®n de propuestas para hacer con ni?os ya en el primer d¨ªa de confinamiento. Como si los ni?os no se pusieran nunca enfermos y no nos hubi¨¦ramos pasado una semana con ellos en casa jam¨¢s.
Como fan de las pel¨ªculas de zombis, nunca habr¨ªa imaginado que la nuestra la vivir¨ªamos as¨ª, preocup¨¢ndonos por el papel de w¨¢ter, siguiendo las clases de yoga por Instagram y con el agobio como ¨²nico enemigo (adem¨¢s del virus, claro). Hasta hace nada, todos nos lo tom¨¢bamos a broma. Mi preocupaci¨®n pr¨¢ctica era saber si el colegio y el comedor nos lo iban a descontar o no. Y ahora solo tengo en la cabeza que mi familia est¨¦ bien, que aguantemos el confinamiento con salud y alegr¨ªa y que esto no dure meses.
M¨¢s que a The walking dead, nuestro estado de alarma se parece a La habitaci¨®n del p¨¢nico, donde Jodie Foster y Kristen Stewart est¨¢n encerradas mirando monitores esperando angustiadas a que pase el peligro.
De momento, nuestra hija se lo est¨¢ tomando muy bien. Claro que ahora nos tiene a los dos todo el rato para ella, dedicaci¨®n exclusiva. Para bien o para mal, mi mujer y yo somos aut¨®nomos y no tenemos que trabajar, porque de repente se nos ha vaciado la agenda de todo el a?o.
A favor tenemos varias cosas: un perro que nos permite pisar la calle, un balconcito que nos quita la sensaci¨®n de zulo (a cambio tenemos que aplaudir cada d¨ªa), y una hija que va a P4 y no se estresa por la Selectividad ni nos tenemos que estresar nosotros para mantener el ritmo lectivo de un temario complicado.
Con ella, dibujamos, pintamos, jugamos y leemos cada d¨ªa. Unas vacaciones ideales si le quitamos no poder ver a nadie ni salir de casa.
Gracias a las videollamadas, la ni?a mantiene el contacto con la familia y sus amigos. Nada de aislarnos a nivel comunicativo. De hecho, hablamos tanto y con tantos que hay d¨ªas que me agobio. Entre las llamadas, el reenv¨ªo incansable de consejos, ideas y actividades, los conciertos en streaming, las pel¨ªculas online, los fondos de biblioteca, las clases de zumba por Instagram y aplaudir desde la ventana¡ al final necesitaremos que el confinamiento dure medio a?o para ponernos al d¨ªa.
Esto s¨ª que es un encierro y no los sanfermines.
?nimos (y si ahora les dejamos ver la tele m¨¢s rato de lo normal tampoco pasa nada).
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