Cirug¨ªa pl¨¢stica y olvido: c¨®mo Jennifer Grey se convirti¨® en la f¨¢bula m¨¢s triste de Hollywood
La protagonista de 'Dirty dancing', que hoy cumple 60 a?os, se enfrent¨® a un caso ¨²nico dentro de la industria del entretenimiento: al cambiar su nariz, su rasgo m¨¢s distintivo y querido por los espectadores, estos dejaron de reconocerla
¡°Entr¨¦ en el quir¨®fano como una celebridad y sal¨ª como una an¨®nima¡±. As¨ª resume Jennifer Grey (Nueva York, 1960) la, seg¨²n sus propias palabras, peor decisi¨®n de su vida. La protagonista de Dirty Dancing es una de las pocas actrices que se ha atrevido a romper el tab¨² en torno a la cirug¨ªa est¨¦tica (todo el mundo la usa, nadie habla sobre ella) y ha descrito los estragos de aquella ¡°rinoplastia del infierno¡± que hizo que ni sus allegados la reconociesen al cruzarse con ella y que Hollywood dejase de contratarla porque ni siquiera pod¨ªan utilizar el reclamo de ¡°la chica de Dirty Dancing¡±: esa chica ya no exist¨ªa.
Grey lleg¨® incluso a plantearse cambiarse de nombre art¨ªstico para reiniciar su carrera desde cero. Hoy cumple 60 a?os convertida en una advertencia viviente de que esa frase tan manida de ¡°la nariz te cambia toda la cara¡± no es una forma de hablar. A ella le cambi¨® tambi¨¦n la vida.
"Me he pasado d¨ªas, noches, meses y a?os pregunt¨¢ndome por qu¨¦ mi carrera se ha hundido antes de darme cuenta de que quiz¨¢ '?por qu¨¦?' no era la pregunta adecuada¡±
En 1987 Jennifer Grey evolucion¨®, seg¨²n admiraba The New York Times, ¡°de patito feo a cisne¡±. El ¨¦xito sorpresa de Dirty Dancing hizo que ¡°la actriz se vengue de una industria que durante siete a?os ha sido incapaz de ver m¨¢s all¨¢ de su nariz¡±. El Times se refer¨ªa a todos los castings en los que la hija de Joel Grey, ganador del Oscar por interpretar al maestro de ceremonias de Cabaret, hab¨ªa sido rechazada por ¡°ser demasiado jud¨ªa¡± (Flashdance, en 1983, para la que contrataron a Jennifer Beals) o porque ¡°lo siento, pero buscamos a una chica guapa¡± (Amor sin fin, de 1981, protagonizada por Brooke Shields).
Cuando se present¨® a la prueba para hacer de novia de Kevin Costner en American Flyers (La carrera de la vida) le acabaron dando el papel de la chica que aparece en una cita a ciegas, para decepci¨®n del protagonista, y que acaba teniendo un ataque de histeria en el restaurante. ¡°Pero el rechazo que me mat¨® fue el de Un loco suelto en Hollywood¡± admit¨ªa entonces la actriz, ¡°Si no me cog¨ªan ni para hacer de hija de Bette Midler y Richard Dreyfuss, ?qu¨¦ estaba haciendo en este negocio?¡±.
Por eso era perfecta para Baby. La hero¨ªna de Dirty Dancing entraba en la madurez descubriendo en un solo verano la injusticia del sistema de clases y su propia sexualidad. ¡°?Has dado el salto?¡± le preguntaba su hermana. ¡°No, pero me qued¨¦ cerca¡±, respond¨ªa Baby en la met¨¢fora sexual menos sutil de la d¨¦cada. Baby subvert¨ªa un rol tradicionalmente masculino, el del pardillo que se liga a una chica explosiva, tomando la iniciativa en todos los sentidos con Johnny Castle (Patrick Swayze) gracias a una combinaci¨®n de torpeza e inteligencia.
Una de las innovaciones m¨¢s impactantes del viaje de Baby era que no hab¨ªa transformaci¨®n est¨¦tica alguna al final (como sol¨ªa ocurrir en pel¨ªculas rom¨¢nticas como Pretty Woman o Grease): Baby se ligaba a Johnny sin dejar de ser ella misma ni por dentro ni por fuera. Esa innovaci¨®n conect¨® con toda una generaci¨®n de espectadoras, que vieron en Jennifer Grey una hero¨ªna para las pavisosas, para las t¨ªmidas y para las chicas normales y corrientes (pero normales y corrientes de verdad, no normales y corrientes de Hollywood). Grey era tan importante para la pel¨ªcula que, d¨ªas despu¨¦s de empezar a rodar con Billy Zane como Johnny, Zane fue reemplazado por Swayze porque este ten¨ªa mejor qu¨ªmica con ella. Por primera vez, Jennifer Grey era la estrella.
La actriz no lo vivi¨® as¨ª. Cinco d¨ªas antes del estreno de Dirty Dancing sufri¨® un accidente de tr¨¢fico durante unas vacaciones en Irlanda con Matthew Broderick ¨Cquien hab¨ªa interpretado a su hermano en Todo en un d¨ªa y con quien sal¨ªa en secreto¨C que se sald¨® con dos muertes y un trauma que impidi¨® a Grey disfrutar del mayor triunfo profesional de su vida. Broderick confesar¨ªa despu¨¦s que no recordaba nada de aquel d¨ªa, ni siquiera haber salido de la cama, probablemente por el estr¨¦s postraum¨¢tico. La conclusi¨®n de las autoridades fue que el actor se equivoc¨® de carril al no estar acostumbrado a conducir por la izquierda y por eso colision¨® de frente con el coche de una madre y una hija (de 63 y 28 a?os) que murieron en el acto.
¡°El ego nunca consigue satisfacerse del todo: cuando miro fotos de m¨ª misma de joven me doy cuenta de que era hermosa pero no me daba cuenta porque me ve¨ªa fea o gorda. As¨ª que dentro de unos a?os mirar¨¦ fotos actuales y sentir¨¦ lo mismo¡±
Fue condenado a pagar una multa de 150 euros, para estupor de la familia de las v¨ªctimas, y Grey tuvo que regresar a Los ?ngeles para promocionar Dirty Dancing. ¡°Un minuto vamos por la carretera escuchando m¨²sica y el minuto siguiente... todo es diferente¡± recordar¨ªa la actriz en People, ¡°No pude vivir sin miedo despu¨¦s de aquello, me convert¨ª en la novia de Am¨¦rica cinco d¨ªas despu¨¦s del accidente y la yuxtaposici¨®n de aquella profunda tristeza, de aquella culpabilidad del superviviente, y de ser celebrada como la nueva estrella de Hollywood no ten¨ªa ninguna gracia. No me sent¨ªa bien siendo la chica de moda. Mi ambici¨®n jam¨¢s volver¨ªa a ser la misma¡±. En su vuelo de vuelta a Estados Unidos, mientras Broderick segu¨ªa ingresado, la actriz ley¨® un gui¨®n que le hab¨ªan ofrecido. Por primera vez era para hacer de la chica guapa de la pel¨ªcula.
Tras romper con Broderick, Grey se prometi¨® con Johnny Depp, porque seg¨²n ella misma confesaba en su nueva escala de prioridades tras el accidente casarse y tener hijos estaban muy por encima de ser una estrella de cine. Ya no quer¨ªa ser famosa. Y lo consigui¨®.
Jennifer Grey ten¨ªa 29 a?os cuando, a comienzos de los noventa, se someti¨® a su primera operaci¨®n de cirug¨ªa est¨¦tica para intentar reanimar una carrera que hab¨ªa ca¨ªdo de Dirty Dancing a secundarios en televisi¨®n en cuesti¨®n de meses. El resultado de esta intervenci¨®n quir¨²rgica puede observarse en Si el zapato ajusta, una comedia rom¨¢ntica que modernizaba el cuento de Cenicienta con Rob Lowe, o en Wind, la fuerza del viento. En la segunda operaci¨®n, en 1991, le pulieron la punta de la nariz y fue ah¨ª cuando su cara qued¨® transformada por completo.
¡°Era como estar en un programa de protecci¨®n de testigos, o ser invisible¡± explicar¨ªa Grey. Curiosamente su nuevo aspecto le hac¨ªa parecerse mucho m¨¢s a su padre, pero mucho menos a la Baby de Dirty Dancing. Tras tres a?os recluida reapareci¨® en 1995 en Friends interpretando a Mindy, la mejor amiga de Rachel que se casaba con el exnovio que ella hab¨ªa dejado plantado en el altar en el primer episodio, y los ¨²nicos espectadores que percataron de que Mindy era la estrella de Dirty Dancing fueron los que se quedaron hasta los t¨ªtulos de cr¨¦dito del final del episodio.
La escritora Curtis Sittenfeld resumi¨® las connotaciones sentimentales que esta transformaci¨®n tienen en el p¨²blico, que siempre tiene cierto sentido de propiedad sobre sus pel¨ªculas favoritas (y eso incluye las caras de sus ¨ªdolos): ¡°La rinoplastia de Jennifer Grey se siente como una traici¨®n personal. Suger¨ªa que, al final, quiz¨¢ Johnny no amaba a Baby de forma tan incondicional¡±. Pero a efectos pr¨¢cticos, Grey entr¨® en un ostracismo profesional al no poder ser contratada ni siquiera como pasto para la nostalgia.
Fue entonces cuando la actriz se plante¨® empezar de cero con el nombre art¨ªstico de Wanda West. ¡°Mira, yo creo que habr¨ªa funcionado¡± aseguraba en Newsweek. ¡°Esta ciudad est¨¢ construida en base a nuevas caras y nadie se habr¨ªa dado cuenta de que era yo. Cada entrevista que concedo se convierte en la anatom¨ªa de una nariz¡±. En una jugada para tratar de controlar su propio relato, Grey decidi¨® interpretarse a s¨ª misma (o a una versi¨®n sat¨ªrica de s¨ª misma) en la telecomedia It's Like, You Know, ("Es como, ?sabes?") una propuesta de poscelebridad que despu¨¦s explotar¨ªan con m¨¢s ¨¦xito, m¨¢s repercusi¨®n y m¨¢s prestigio Matt Leblanc (Episodes), Larry David (Curb Your Enthusiasm) o Jorge Sanz (?Qu¨¦ fue de Jorge Sanz?).
El plan era que, si la serie triunfaba, el p¨²blico se acostumbrar¨ªa al nuevo aspecto de Grey y lo asociar¨ªa directamente a su identidad, no a un personaje. "Me he pasado d¨ªas, noches, meses y a?os pregunt¨¢ndome por qu¨¦ mi carrera se ha hundido antes de darme cuenta de que quiz¨¢ '?por qu¨¦?' no era la pregunta adecuada¡± explicaba. La actriz se pase¨® por los plat¨®s de televisi¨®n bromeando sobre la rinoplastia del infierno (Jon Stewart lleg¨® a comparar sus nuevas habilidades olfativas en las citas con las de un perro labrador que huele el trasero de otros perros) pero It's Like, You Know desapareci¨® tras la segunda temporada sin dejar ninguna huella en el p¨²blico. ¡°Supongo que ya he perdido la oportunidad de ser Wanda West¡±, se lamentaba entonces. ¡°Me tendr¨¦ que conformar con ser yo misma¡±.
Y tras una d¨¦cada de silencio, en 2010, Jennifer Grey reapareci¨® de nuevo como ella misma para alcanzar el segundo mayor hito de su carrera: ganar Dancing With The Stars (el Mira qui¨¦n baila americano). Entre 2000 y 2010 la actriz se hab¨ªa dedicado a criar a su hija y a disfrutar de su vida de casada con Clark Gregg (el agente Coulson en el Universo cinematogr¨¢fico Marvel), donde reconoc¨ªa que encontraba m¨¢s satisfacci¨®n que en el trabajo. La actriz confes¨® que inicialmente rechaz¨® la propuesta porque su ego no quer¨ªa ¡°rebajarse a participar en un reality show¡± y porque tras haberse hecho famosa en una pel¨ªcula de baile llevaba dos d¨¦cadas sin bailar.
¡°Ten¨ªa tanto miedo de lo que la gente pudiese pensar que ni siquiera bailaba en las bodas con mi marido. En el programa me ped¨ªan una y otra vez que hiciese el salto de Dirty Dancing, pero no he vuelto a hacerlo desde la pel¨ªcula y ya estoy demasiado mayor. Tengo una familia y quiero vivir m¨¢s tiempo¡±, bromeaba. Grey se convirti¨® enseguida en la favorita de la audiencia porque conservaba ese talento para transmitir alegr¨ªa mediante el baile y por su relato de superaci¨®n, tras dos operaciones en las v¨¦rtebras y la extracci¨®n de un tumor en la garganta. Aquel accidente en Irlanda la hab¨ªa condenado a dolores cr¨®nicos que ella se limit¨® a incorporar a su vida porque ¡°en contra de la creencia popular, no me gustan los quir¨®fanos¡± y porque, al haberse sentido atra¨ªda por las drogas en la noche durante los ochenta, se opon¨ªa a tomar medicamentos para el dolor.
En 2015 Joel Grey sali¨® del armario a los 82 a?os y su hija se mostr¨® orgullosa de verlo ¡°m¨¢s feliz y m¨¢s gay que nunca¡±. En los ¨²ltimos a?os la actriz ha seguido trabajando con cierta regularidad y en la comedia de Amazon Red Oaks regres¨® a la d¨¦cada en la que vol¨® m¨¢s alto interpretando a la madre de un chaval que crece en los ochenta.
¡°Cuando le¨ª el gui¨®n mi personaje ten¨ªa unas diez l¨ªneas en los dos primeros cap¨ªtulos. Mi ego gimoteaba por no tener nada que hacer, pero el resto de m¨ª pens¨® que esas diez l¨ªneas ten¨ªan brillantes posibilidades¡± confesaba en Glamour. ¡°El ego nunca consigue satisfacerse del todo: cuando miro fotos de m¨ª misma de joven me doy cuenta de que era hermosa pero no me daba cuenta porque me ve¨ªa fea o gorda. As¨ª que dentro de unos a?os mirar¨¦ fotos actuales y sentir¨¦ lo mismo¡±.
Muchos actores son recordados por un solo papel y se pasan la vida frustrados porque siempre le pregunten por la misma pel¨ªcula, pero Jennifer Grey ostenta un nivel in¨¦dito de fama: el p¨²blico solo la recuerda por Dirty Dancing, pero recuerdan una cara que ya no existe. En la final de Dancing with the Stars, Grey apareci¨® en el escenario vestida con una rebeca rosa y sujetando una sand¨ªa enorme para a continuaci¨®n bailar Do You Love Me, la primera canci¨®n que Baby y Johnny bailaban en Dirty Dancing. El p¨²blico enloqueci¨®, claro, y Grey gan¨® el concurso por goleada. Siempre ser¨¢ mejor explotar la nostalgia que pasar a la posteridad, tal y como ella misma reconoce temer, como ¡°aquella actriz que un d¨ªa fue famosa pero que ya nadie reconoce por culpa de una rinoplastia¡±.
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