Cuidar a nuestros mayores: la nobleza obliga
La palabra debe ser justa y con informaci¨®n certera cuando hablemos con las personas mayores. ?Hagamos hincapi¨¦ en su fortaleza y resiliencia!
La covid-19 circula por un mundo que ya la declaro pandemia, por lo viral y por el p¨¢nico que ha provocado, mucho de ello debido a la falta de conciencia (y formaci¨®n) comunicacional. De la evidencia y lecciones aprendidas en este corto tiempo hay un elemento que est¨¢ muy claro: el coronavirus, como la mayor¨ªa de los virus respiratorios, se ensa?an con mayor gravedad con las personas mayores. Hoy sabemos que su tasa de letalidad en edades avanzadas oscila entre el 10% y el 20% y que afecta de forma muy importante a los que tienen m¨¢s de 80 a?os y presentan problemas de salud cr¨®nicos, como son la enfermedad pulmonar obstructiva cr¨®nica, enfermedad coronaria, diabetes y otros. Las cifras en Estados Unidos, Espa?a e Italia son espeluznantes. Los dramas personales y familiares tras los n¨²meros, dram¨¢ticos.
En tiempos de crisis sanitaria, siempre es bueno ver qu¨¦ han hecho o est¨¢n haciendo otros pa¨ªses y c¨®mo estamos respondiendo en nuestra propia comunidad o en nuestra propia familia. De lo primero hay dos elementos fundamentales: la necesidad de una comunicaci¨®n responsable y la necesidad de un compromiso social. Los profesionales de la salud debemos saber que nuestra palabra es muy escuchada, por eso debemos actuar con cautela y honestidad. Sobre lo segundo, son tiempos para la solidaridad y el altruismo. Es un tiempo de oportunidad.
Si tenemos un familiar mayor en casa o como vecino es importante que lo hagamos sentir cuidado. El edadismo ¡ªestereotipificaci¨®n y discriminaci¨®n contra personas o colectivos por motivo de edad¨C tiene muchas formas y en esta pandemia se presenta desalmadamente bajo la frase ¡°los mayores son quienes se mueren¡±. Una brutalidad.
Cuidar es una palabra noble y como el edadismo adquiere diversas formas. La palabra debe ser justa y con informaci¨®n certera cuando hablemos con las personas mayores, sean nuestros familiares, vecinos o amigos. Pero ante todo debe ser c¨¢lida, positiva, transmitir no solo empat¨ªa, sino optimismo y respeto. Es importante que esta llegue de todas las formas posibles, por eso mantener una comunicaci¨®n adecuada es fundamental. Puede ser por tel¨¦fono o por redes sociales; y si no maneja redes sociales o un m¨®vil este puede ser un buen momento para ense?arles su manejo sin ponerlos en riesgo. Debemos saber, y ellos a¨²n m¨¢s, que esto es una situaci¨®n moment¨¢nea y que si hacen memoria, seguramente ellos ya hayan pasado situaciones complejas o dif¨ªciles como esta. ?Y las han superado! ?Hagamos hincapi¨¦ en su fortaleza y resiliencia!
Poder garantizarles un suministro adecuado de alimentos y medicamentos es fundamental. Qu¨¦ mejor para ello que la colaboraci¨®n intergeneracional. Hagamos redes de vecinos, amigos o j¨®venes que puedan colaborar en este aspecto. Animemos a mantenerlos activos, sabemos que una rutina de movimientos en el hogar es una forma muy adecuada. Equilibrio y fuerza son fundamentales para garantizar la autonom¨ªa.
Las personas mayores son quienes con su esfuerzo hoy nos permiten disfrutar de una sociedad, seguramente no la que so?aron ellos ni quiz¨¢s nosotros, pero son los que la construyeron con su esfuerzo. Seamos agradecidos. No olvidemos que seguramente el d¨ªa de ma?ana seamos nosotros los mayores que podamos necesitar de esta ayuda. El altruismo es algo que no se paga, pero nos hace descansar mejor por las noches y mantiene nuestra alma iluminada. Hoy es tiempo de ello.
*Diego Bernardini es profesor titular de Medicina en la Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina
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