Otra dimensi¨®n

Las noticias acerca de diversos incidentes internacionales en la adquisici¨®n de mascarillas sanitarias, en los que se habr¨ªan visto envueltos pa¨ªses como Francia y Estados Unidos y, de manera indirecta, China, Suecia, Italia o Espa?a, ponen de relieve la importancia de los instrumentos de la pol¨ªtica exterior para hacer frente a la pandemia del coronavirus. El protagonismo adquirido por China en esta crisis, no solo por la experiencia acumulada en la contenci¨®n de la enfermedad, sino tambi¨¦n por su capacidad de producir material de protecci¨®n, est¨¢ precipitando una carrera por aprovisionarse en este mercado que deber¨ªa afianzar la cooperaci¨®n, no provocar una desbandada en la que todos los Estados saldr¨ªan perjudicados.

Los pron¨®sticos acerca de la posici¨®n en que quedar¨¢n las grandes potencias una vez controlada la pandemia importan menos que el reforzamiento del orden internacional por el que se han regido sus relaciones hasta ahora. No porque ese orden sea perfecto, sino porque constituye la ¨²nica garant¨ªa de que sean quienes sean los ganadores y los perdedores al t¨¦rmino de este se¨ªsmo humano, econ¨®mico y social, la evoluci¨®n hacia un nuevo equilibrio mundial no se lleve a cabo sacrificando los mejores valores de una realidad que parece estar quedando atr¨¢s. Tampoco las lecciones desde las que se intent¨® gestionar colectivamente. Con muchos fracasos, sin duda. Pero tambi¨¦n con algunos ¨¦xitos.

La capacidad de Espa?a para influir en el nuevo equilibrio internacional que podr¨ªa estar abri¨¦ndose paso es limitada, seg¨²n corresponde a un pa¨ªs de su tama?o y sus recursos. Pero eso no impide tomar conciencia de cu¨¢les son las bazas de las que dispone para trabajar desde este mismo instante en el cumplimiento de sus correspondientes responsabilidades. La principal, a estos efectos, es la misma que antes de que progresara la pandemia y se dejaran notar sus primeras secuelas: enmarcar la defensa del leg¨ªtimo inter¨¦s nacional en el reforzamiento de la estabilidad internacional, particularmente en la regi¨®n de la que Espa?a forma parte y vali¨¦ndose tanto de los instrumentos bilaterales como de los espacios multilaterales en los que est¨¢ presente.

El corredor a¨¦reo con China para abastecerse de material sanitario, establecido gracias a la colaboraci¨®n de diversos ministerios con la iniciativa de algunas empresas privadas, es importante porque permite acceder a suministros cruciales, pero tambi¨¦n porque deber¨ªa marcar el fin de la aton¨ªa en materia exterior que ha caracterizado a Espa?a durante los ¨²ltimos a?os. No es la ¨²nica acci¨®n posible para contener la pandemia ni para intentar minimizar sus efectos. La consolidada pertenencia de Espa?a a Europa ha hecho perder de vista que, adem¨¢s de una pol¨ªtica con la Uni¨®n, el espacio para desarrollar una acci¨®n bilateral con sus miembros sigue existiendo, y podr¨ªa resultar decisiva para contener los rebrotes de nacionalismo a que podr¨ªa dar lugar la eventual falta de respuestas comunes.

Cerrar fronteras para contener sanitariamente la pandemia no puede significar volverse diplom¨¢ticamente la espalda entre socios, vecinos y aliados, si se quiere dejar atr¨¢s la pesadilla. En el caso de Espa?a, esta otra dimensi¨®n exige hoy mirar hacia China y hacia Europa, pero tambi¨¦n hacia el sur, donde los problemas son los mismos, solo que multiplicados.