De un lado a otro del pasillo

Lo que Philip Roth recoge en muchas de sus novelas es toda esa gama de conflictos y tensiones que se producen entre los individuos y la comunidad en la que viven. Lo hace, por ejemplo, en La conjura contra Am¨¦rica, donde la llegada a la presidencia de Estados Unidos de un simpatizante de Hitler desencadena reacciones muy distintas entre los vecinos jud¨ªos de Newark, en New Jersey. A trav¨¦s de una ficci¨®n hist¨®rica ¡ªqu¨¦ hubiera pasado si¡­¡ª, Roth consigue mostrar c¨®mo incluso en situaciones donde las reacciones podr¨ªan resultar previsibles se producen respuestas radicalmente diferentes. Ya se conoc¨ªa la brutal persecuci¨®n contra los jud¨ªos que los nazis emprendieron en Europa y los noticiarios hablaban de la brutalidad de sus pol¨ªticas antisemitas, pero, aun as¨ª, en la novela, un relevante rabino se implica a fondo para que un aviador reci¨¦n llegado a la pol¨ªtica, que acababa de ser agasajado por el Tercer Reich, conquiste en 1940 la Casa Blanca.

Philip Roth convierte este asunto pol¨ªtico en pura dinamita y la hace estallar en el interior de una familia. Ah¨ª, cada cual comprende a su manera lo que sucede, cada cual est¨¢ tocado por afectos concretos y por una historia particular, hay muchachos y adultos, hay mujeres y hombres, y maneras de interpretar c¨®mo son y c¨®mo deber¨ªan ser las cosas. Roth reconstruye el pantanoso terreno donde entran en contacto? la vida de los individuos y la suerte que corre el mundo, y sabe atrapar la intensidad con que las ideas y los valores chocan con los hechos, o se amoldan a sus aristas, o terminan desgarr¨¢ndose. ?De qu¨¦ manera participo en lo que est¨¢ pasando, c¨®mo construyo mi futuro, qu¨¦ hay de s¨®lido en lo que percibo,?hasta d¨®nde puedo llegar? David Simon, el creador de The Wire,ha sido uno de los responsables de convertir esta novela de Roth en una miniserie, que es de lo m¨¢s interesante que se puede ver en estos tiempos de confinamiento.

Pero si?Roth es un maestro en desmenuzar cuanto de contradictorio e inquietante hay en el mero hecho de formar parte de una polis, tambi¨¦n tiene un o¨ªdo fin¨ªsimo para recoger las corrientes que abaten a los hombres y que proceden de fuerzas que los superan. Es lo que hace en N¨¦mesis, en la que aborda la epidemia de polio que lleg¨® a Newark en el verano de 1944. El virus que causa esa enfermedad nada tiene que ver con el que ha producido la pandemia actual, de la misma manera que este es m¨¢s duro con los ancianos y aquel lo era con los ni?os. ¡°?C¨®mo pod¨ªa haber perd¨®n ¡ªy no digamos aleluyas¡ª ante una crueldad tan demencial?¡±, se pregunta el narrador. ?C¨®mo seguir sosteniendo ¡°la mentira oficial de que Dios es bueno¡± ante la tr¨¢gica e incomprensible muerte de tantas criaturas inocentes?

En el perfil que?Zadie Smith public¨® de Philip Roth?cuando este muri¨®, recordaba que una vez, hablando de nataci¨®n, le explic¨® de qu¨¦ se ocupaba mientras hac¨ªa sus largos en la piscina. ¡°Elijo un a?o. 1953, por ejemplo. Entonces pienso en lo que pas¨® en mi vida o en mi peque?o c¨ªrculo ese a?o. Luego me pongo a pensar en lo que pas¨® en Newark, o en Nueva York. Luego en Estados Unidos. Y entonces, si sigo nadando, tal vez empiezo a pensar en Europa, tambi¨¦n. Y as¨ª sucesivamente¡±. No es una mala recomendaci¨®n para estos d¨ªas en que son muchos los que, para moverse un poco, van de un lado a otro del pasillo. ?Qu¨¦ ocurri¨®, qu¨¦ nos ocurri¨®, qu¨¦ les pas¨® a los dem¨¢s? Prueben: igual salta la chispa.