Prostituci¨®n 2.0
Nos encontramos ante una mutaci¨®n de la prostituci¨®n de este siglo, en la red se difuminan los espacios f¨ªsicos y eso nos obliga a caminar hacia las fronteras digitales para poder ayudar y rescatar a muchas mujeres y ni?as
En este momento es altamente desaconsejable y peligroso el contacto cercano, donde incluimos, como no pod¨ªa ser de otra manera, el sexo con personas fuera de nuestro hogar. Esto, que a priori ser¨ªa suficiente para frenar la testosterona de muchos demandantes de sexo de pago, parece ser que no es motivo suficiente y que algunos ¡°clientes¡± buscan las mil y una triqui?uelas para saltarse, primero, los controles dentro de su propia casa y, despu¨¦s, los policiales en la calle.
Ni el miedo al virus ni a las multas han terminado con el furor prost¨¢tico de algunos hombres. Ciertamente, la demanda ha descendido notablemente, pero en ning¨²n caso ha impedido que los audaces se echaran a la calle con las bolsas del Mercadona para acabar en un piso comprando a una mujer y, desde luego, exigiendo, como siempre, sexo sin preservativo. Porque todav¨ªa algunos pisos regentados por proxenetas siguen abiertos y ofertando a las mujeres. Ahora, incluso, todos los servicios est¨¢n rebajados, y a las mujeres se les obliga a algunas practicas sexuales que quiz¨¢ en otro momento podr¨ªan negarse, pero ahora no tienen elecci¨®n, m¨¢s, teniendo al proxeneta las 24 horas del d¨ªa a su lado.
En cambio, en los pisos que no est¨¢n tutelados por delincuentes, donde son las propias mujeres en situaci¨®n de prostituci¨®n quienes lo gestionan, ellas mismas est¨¢n rechazando por miedo a los hombres que las siguen llamando. Para cuidarse y para que no les trasmitan el virus; incluso para cuidarles a ellos. Esta decisi¨®n tan sensata y generosa en su caso ¨Cimaginen la cantidad de contagios m¨¢s¨C supone una situaci¨®n de aut¨¦ntica precariedad para ellas.
Sin ingresos, sin ahorros, sin ayudas, solas, aisladas... Son m¨¢s que nunca uno de los colectivos m¨¢s vulnerables
La mayor¨ªa de las mujeres en prostituci¨®n viven al d¨ªa, pagan la habitaci¨®n o el piso donde se ¡°ocupan¡± y viven, y con la recaudaci¨®n de la jornada, con suerte, les sobra un poco para ayudar a sus familias, en muchos casos fuera de nuestras fronteras. Ahora sin ingresos, sin ahorros, sin ayudas, solas, aisladas... Son m¨¢s que nunca uno de los colectivos m¨¢s vulnerables.
Migraci¨®n
Algunas de ellas, las m¨¢s j¨®venes, en ese af¨¢n de supervivencia que tenemos todos los seres humanos, est¨¢n migrando a las fronteras digitales, est¨¢n ¡°recibiendo¡± a trav¨¦s del medio digital.
Las mujeres se anuncian a trav¨¦s de plataformas de contactos espec¨ªficas, que adem¨¢s son gratuitas, para despu¨¦s tener sexo virtual con los demandantes utilizando aplicaciones tan sencillas como las videoconferencias de WhatsApp, pero tambi¨¦n otras redes sociales como OnlyFans, una web para adultos que tambi¨¦n ofrece material audiovisual.
En esta red tienes que subir contenido completamente gratis para conseguir un buen n¨²mero de followers y fidelizarlos; despu¨¦s, ya puedes subir tus v¨ªdeos y te pagan por estos, cuanto m¨¢s fotos y videos ¨Cpornogr¨¢ficos¨C subas, m¨¢s dinero ganas. Esto est¨¢ generando una fuente de ingresos para algunas mujeres en este momento. Supuestamente sin riesgo, porque no hay un ¡°t¨² a t¨²¡± y no puede haber contagio, por tanto, todo es inocuo y sin v¨ªctimas.
?No hay peligro?
Desafortunadamente, de lo que no son conscientes muchas de las mujeres o j¨®venes que ven en la prostituci¨®n 2.0 una oportunidad para poder salir adelante, es que esta acci¨®n tendr¨¢ muchas consecuencias a la larga. ?D¨®nde van esos videos? Una vez en l¨ªnea, son imposibles de recuperar y las mujeres ver¨¢n despu¨¦s que su intimidad es violada una y otra vez. Estos contenidos audiovisuales no solo ser¨¢ muy dif¨ªcil, por no decir casi imposible, que desaparezcan, sino que en muchos casos se compartir¨¢n una y otra vez sin el consentimiento de ninguna de ellas.
De la precariedad y la necesidad de muchas mujeres y j¨®venes har¨¢n su agosto las webs y p¨¢ginas de contenidos para adultos, muchas de estas como la famosa PornHub, el portal porno m¨¢s grande de Estados Unidos, con una media de 115 millones de visitas al d¨ªa, que ofrece porno en tubo, gratis, y con entrada libre, no produce sus contenidos, sino que es una especie de YouTube del porno, donde cada cual sube lo suyo. Durante el confinamiento, esta p¨¢gina ofrece completamente gratis incluso sus contenidos Premium.
El negocio webcam se ha demostrado como espacio propicio para otros delitos como la trata de personas, la inducci¨®n a la prostituci¨®n e incluso la pornograf¨ªa infantil
Internet est¨¢ jugando un papel crucial en esta distop¨ªa, una puerta ¡°m¨¢gica¡± al mundo de las oportunidades durante la cuarentena. A las j¨®venes se les est¨¢ ofreciendo tambi¨¦n la posibilidad de ser chicas webcam y ganar mucho dinero desde sus casas, conectadas a un ordenador desde donde se atienden las demandas de los usuarios. Aqu¨ª tampoco hay contacto f¨ªsico y supuestamente no hay peligro¡ Pero el dinero se lo llevan mayoritariamente los intermediarios, que son los que se lucran de esta explotaci¨®n sexual virtual.
Largas sesiones de grabaci¨®n, peticiones de los usuarios que suelen ser aberrantes y peligrosas, y desde luego, tambi¨¦n aqu¨ª los videos se quedan alojados en servidores, y as¨ª los pueden usar no solo para venderlos una y otra vez como material de pornograf¨ªa, sino que tambi¨¦n los pueden utilizar para chantajear a las mujeres. El negocio webcam se ha demostrado como espacio propicio para otros delitos como la trata de personas, la inducci¨®n a la prostituci¨®n e incluso la pornograf¨ªa infantil.
Lo que est¨¢ claro con todo esto, y lo estamos viendo, es que nos encontramos ante una mutaci¨®n de la prostituci¨®n de este siglo en estos desconocidos lugares. Con esto se difuminan los espacios f¨ªsicos y eso nos obliga a caminar hacia las fronteras digitales para poder ayudar y rescatar a muchas mujeres y ni?as de esta nueva forma de explotaci¨®n.
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