Cooperar¨¦ (sin prejuicios) para seguir viviendo

Gloria Gaynor o El D¨²o Din¨¢mico lo entendieron y le pusieron m¨²sica. Casi nada nos mueve tanto como el instinto de supervivencia. El esp¨ªritu de Resistir¨¦ es natural, porque como seres vivos queremos salir adelante.

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Y tambi¨¦n es eso lo que puede acabar con nosotros como individuos y especie.

El Resistir¨¦ nos da ¨¢nimo y, a la vez, nos ciega. Nos induce a acaparar papel higi¨¦nico o a hacer viajes sin sentido que expanden el virus por todas partes. En los ¨²ltimos tiempos, ya hubo algo de Resistir¨¦, por ejemplo, en el voto a favor del Brexit, para el que la creencia de que los inmigrantes robaban el trabajo y la identidad de los locales fue clave. O la historia del America, first; los dem¨¢s, despu¨¦s. O la cerraz¨®n de casi toda Europa? ¡ªincluidos los pa¨ªses del sur¡ª para resistir ante la llegada de refugiados de guerra en 2015 y acoger al m¨ªnimo n¨²mero de personas posible.

Hoy nos confinamos por una emergencia real, con razones s¨®lidas, pero el aislacionismo empez¨® antes.

?Y asumiremos por fin que el c¨®mo y el qu¨¦ consumimos afecta a nuestro ecosistema?

Para salir de esta crisis, que ninguna persona merece, ojal¨¢ hayamos entendido hasta qu¨¦ punto dependemos los unos de los otros y de la salud del planeta. Ning¨²n ser humano puede vivir al margen de la suerte de las dem¨¢s personas y del ecosistema. A Boris Johnson, Carlos de Inglaterra o Carmen Calvo, contagiados todos, les afecta lo que ocurri¨® hace meses a personas en el otro extremo del globo.

Cooperar sin prejuicios

Es hora de reconsiderar nuestros prejuicios. A la velocidad de esta revoluci¨®n, no resisten ni medio telediario. Entonces, ?para qu¨¦ seguir aliment¨¢ndolos? Solo nos agotan y nos impiden colaborar entre los siempre dif¨ªciles seres humanos.

Os invito a una ronda de prejuicios fuera, y hay para todos y todas:

Quienes adoramos la privacidad, ?haremos concesiones para que la ciencia y la tecnolog¨ªa trabajen mejor contra la pandemia?

Quienes relativizan la precariedad aqu¨ª y en Marruecos, ?cambiar¨¢n al ver que ese malvivir puede cronificar nuestra crisis sanitaria?

Quienes consideran que las empresas son el mal, ?comprender¨¢n que, aunque no sean perfectas, poco se puede hacer sin ellas?

Quienes intuyen intereses oscuros en todo lo que hagan los Estados, ?ceder¨¢n un poco en tiempos de emergencia?

Quienes creen en las barreras al comercio internacional, ?valorar¨¢n lo que nos cuestan?

Quienes culpan de esto a las migraciones y el turismo, ?entender¨¢n que lo mismo ocurri¨® ya a inicios del siglo XX y en la Edad Media, sin globalizaci¨®n?

Quienes difunden estereotipos nacionales, ?ver¨¢n que los problemas de unos son el riesgo de todos?

Qui¨¦nes a¨²n no se han planteado qu¨¦ hace su banco con su dinero y solo buscan las mejores condiciones, ?entender¨¢n que pueden ser c¨®mplices de la especulaci¨®n financiera y de poner las cosas a¨²n m¨¢s dif¨ªciles a la mayor¨ªa?

Quienes mantenemos nuestro ¨¢nimo vivo con cultura, ?aceptaremos dejar de infrapagarla?

?Y asumiremos por fin que el c¨®mo y el qu¨¦ consumimos afecta a nuestro ecosistema?

S¨ª, mis propios prejuicios tambi¨¦n est¨¢n ah¨ª.

De una forma u otra, lo esencial es que en una emergencia no hay m¨¢s salidas que un m¨ªnimo entendimiento o una derrota colectiva.

En este momento hist¨®rico muchos se preguntan qu¨¦ sociedad nos va a quedar. Y hay casi tantos estudios y encuestas como marcas de suavizante. Quiz¨¢ nos baste con tener presente que el ma?ana no est¨¢ escrito. Depender¨¢ de las dosis de Resistir¨¦ y Cooperar¨¦ en la mezcla que surja de tu forma de actuar, la m¨ªa y la de los dem¨¢s vecindarios terr¨ªcolas.

Tendremos un futuro de lucha cruda por la supervivencia y agravamiento de las desigualdades, que afectar¨¢ a todos, o un porvenir en el que, a pesar de los pesares, la cooperaci¨®n amortig¨¹e nuestros contratiempos.

Que nuestra distancia sea solo f¨ªsica.