Impulso a la lectura

Ni habr¨¢ entrega del Premio Cervantes, ni Catalu?a se llenar¨¢ de libros y rosas, ni el resto del pa¨ªs celebrar¨¢ hoy la lectura como lo lleva haciendo desde hace largo tiempo. El coronavirus ha pegado tambi¨¦n una dentellada a esta cita, pero lo que resulta m¨¢s grave es que le ha asestado otro golpe m¨¢s a un tejido industrial que lleva sometido a un profundo estr¨¦s desde que las nuevas tecnolog¨ªas modificaron radicalmente la relaci¨®n del lector con lo que lee. Queda la certeza de que el libro, sea en el formato que sea, sigue ah¨ª como una herramienta esencial de conocimiento, de compa?¨ªa, de placer, de formaci¨®n, de ayuda, de encuentro con los grandes interrogantes que llenan la existencia humana.

El confinamiento, al que ha obligado a millones de personas la crisis sanitaria derivada de la pandemia de la covid-19, ha permitido que la lectura recupere parte del espacio del que llevaba siendo apartada por el ritmo vertiginoso de una sociedad que exalta cualquier gratificaci¨®n inmediata. El libro tiene algunas exigencias, y no es la menor la de disponer de tiempo y sosiego para ir descubriendo las posibilidades que ofrece. De ah¨ª deriva una de sus mayores fortalezas, la de seguir siendo una eficaz herramienta para transmitir conocimiento e informaci¨®n, y tambi¨¦n entretenimiento. Es eso lo que le ha permitido al sector aguantar la tempestad que cay¨® sobre esta industria con la generalizaci¨®n del uso de Internet. El modelo de negocio cambi¨® entonces, de manera que la idea de reinventarse ha sido el latiguillo que llevan repiti¨¦ndose las profesiones y oficios que sostienen ese largo proceso que se inicia cuando alguien escribe la primera palabra de lo que terminar¨¢ convirti¨¦ndose en un libro. Autores, editores, distribuidores, libreros y cuantos usan el libro como una herramienta esencial para desempe?ar sus cometidos ¡ªcolegios, universidades, centros de investigaci¨®n¡ª han buscado estrategias para conservar los valores del libro en un contexto cambiante. Muchas empresas se han quedado en el camino.

Por eso ha sido oportuna la medida que el Gobierno anunci¨® el martes, que recoge una larga reivindicaci¨®n tanto del gremio de editores de libros como de las empresas period¨ªsticas, de reducir al 4% el IVA de los productos digitales frente al 21% vigente. Esta equiparaci¨®n pone fin a una injustificada discriminaci¨®n negativa hacia los productos electr¨®nicos y atiende al principio general de que independientemente del soporte en el que se pongan a disposici¨®n del p¨²blico, el contenido es el mismo y, por tanto, la tributaci¨®n debe ser equivalente. El impulso a la lectura no solo pasa por la celebraci¨®n de citas como las del D¨ªa del Libro, sino tambi¨¦n por esas medidas que ayudan a sostener un tejido industrial maltrecho y que es imprescindible.