Puercoespines
Son el s¨ªmbolo de nuestros d¨ªas: procuran arrimarse unos a otros para darse calor, pero si se acercan demasiado se pinchan con las p¨²as y deben guardar sus distancias

En mi ni?ez, que dur¨® hasta la edad en que hoy los chicos se arrepienten de su primer estupro, nada me gustaba m¨¢s que coleccionar cromos de animales. Me aprend¨ªa sus caracter¨ªsticas, su h¨¢bitat, su dieta y hasta su nombre en lat¨ªn seg¨²n Linneo. A¨²n veo el asombro de mi profesor de Ciencias Naturales cuando, con la ingenua pedanter¨ªa de mis 11 a?os, le informaba de que en ?frica viven b¨²falos, Syncerus caffer, y elefantes, Loxodonta africana... Uno de mis predilectos era el pangol¨ªn, Manis pholidota, que me imaginaba enorme, como una especie de estegosaurio acorazado, pero que se alimentaba de hormigas, lo cual hubiera debido alertarme de que muy grande no pod¨ªa ser. Cuando me enter¨¦ del tama?o del pangol¨ªn fui perdiendo inter¨¦s por ¨¦l (me ha pasado tambi¨¦n con seres humanos a los que empec¨¦ admirando), aunque le guardo cierta simpat¨ªa. Nunca pude imaginar que tantos a?os despu¨¦s volviese a mi vida como amenaza...
Pero el bicho m¨¢s simb¨®lico para quienes vivimos en cuarentena es otro antiguo favorito m¨ªo: el puercoesp¨ªn, Hystrix cristata, que Schopenhauer puso como ejemplo de nuestra sociabilidad. Seg¨²n el sabio pesimista, la sociedad humana es como la de los puercoespines en invierno. Procuran arrimarse unos a otros para darse calor, pero si se acercan demasiado se pinchan con las p¨²as y deben guardar sus distancias. Ni demasiado lejos, porque se mueren de fr¨ªo, ni tan cerca como para hacerse sangrar. Es la paradoja de nuestra reclusi¨®n: las epidemias son males sociales y no se atajan sino dejando nosotros de serlo; aunque sin apoyo humano tampoco lograremos sobrevivir. Por eso nos piden que seamos solidarios alej¨¢ndonos de los dem¨¢s... pero sin perder el v¨ªnculo con ellos. La conclusi¨®n filos¨®fica es no comer pangolines e imitar al puercoesp¨ªn.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.