Otra normalidad
A las 7.30 suena el despertador. Lo apago y dejo que entren en la habitaci¨®n los sonidos de la calle. El canto de diferentes p¨¢jaros es la melod¨ªa que domina el barrio, alg¨²n coche que pasa no logra acallar ese canto. Me asomo a la ventana y veo un cielo limpio. Las voces humanas est¨¢n ausentes. Miles de coches permanecen inm¨®viles en las calles, liberando nuestro aire de sus contaminantes gases. Peque?as muestras de otra cara del confinamiento.
Cuando regresemos a la normalidad en nuestras vidas, en nuestras ciudades, todo esto desaparecer¨¢. Tal vez deber¨ªamos mantener todo esto en nuestra mente para hacer otro futuro diferente.
Antonio M. de R¨¦gil Arteaga. Madrid
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