Venezuela: pandemia y hambruna
Ante los bajos n¨²meros de contagios y muertes en el pa¨ªs, los epidemi¨®logos se?alan que , aun d¨¢ndolas por buenas, las cuentas del Gobierno solo atestiguan la casi nula capacidad de diagn¨®stico del dispositivo p¨²blico de salud

Las cifras de contagio y mortalidad que ofrecen Maduro y sus voceros son quiz¨¢ las m¨¢s halagadoras del mundo, despu¨¦s de las de Nueva Zelanda, cuya primera ministra ha anunciado oficialmente haber detenido por completo el contagio.
Desde que fue impuesta la cuarentena, hace ya m¨¢s de un mes, el ¨²nico laboratorio autorizado por el Gobierno que sirve al pa¨ªs de 27 millones de habitantes ( casi cinco millones emigraron en los ¨²ltimos tres a?os) ha certificado 325 infecciones y solo 10 decesos. Nuestros dos pa¨ªses vecinos, Brasil y Colombia, reportan en conjunto casi 69.000 contagios; Brasil ha confirmado?4.543 fallecidos y Colombia 244.
La parvedad de las cuentas que, con bata y semblante de m¨¦dico asesino, imparte d¨ªa a d¨ªa el tenebroso siquiatra Jorge Rodr¨ªguez, ministro de Informaci¨®n, buscan persuadirnos de que la Revoluci¨®n Bolivariana ha hecho de Venezuela, seg¨²n la ufana expresi¨®n de Nicol¨¢s Maduro, un ¡°inexpugnable basti¨®n hemisf¨¦rico¡± contra el que se ha estrellado el coronavirus, tan avasallante en otras partes del mundo.
La refutaci¨®n ofrecida por la medicatura independiente no invoca cifras contrastantes, aunque es presumible que las tenga: divulgarlas puede acarrear un aparatoso arresto, m¨¢s bien un secuestro con desaparici¨®n forzada que se habitualmente se resuelven en una acusaci¨®n ante un tribunal abierto las 24 horas por instigaci¨®n al odio y traici¨®n a la patria.
Sin embargo, al juzgar los n¨²meros del doctor Rodr¨ªguez, epidemi¨®logos muy acreditados se?alan que, aun d¨¢ndolas por buenas, las cuentas del Gobierno solo atestiguan la casi nula capacidad de diagn¨®stico del dispositivo p¨²blico de salud.
Es mucho lo que a¨²n se ignora del insidioso coronavirus; la ciencia todav¨ªa no puede ofrecer seguridades acerca de una vacuna o una cura definitiva y el lapso de un a?o de que se ha hablado es solo una sugerencia. Por eso no creo desde?able una hip¨®tesis que, repitamos, dando por buenas las cifras de Maduro, han formulado en privado muy respetados m¨¦dicos venezolanos para explicarlas : el virus? sugieren los doctores? no prospera en organismos desnutridos; se dir¨ªa que un nivel de hemogoblina elevado es un dato relevante para ¨¦l.
Seg¨²n el informe divulgado la semana pasa por el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el organismo de asistencia humanitaria de la ONU, Venezuela entr¨® en cuarentena con m¨¢s de 8 millones de sus habitantes por completo carentes de inventario de alimentos en casa, sin capital, sin posibilidades de salir a la calle a batallar en la econom¨ªa informal, un cuadro que el PMA define como de ¡°inseguridad alimentaria severa¡±.
Una nutricionista venezolana, experta internacional en asistencia humanitaria, la admirable Susana Raffalli, traduce el lenguaje del PMA a una imagen lancinante: son familias que, con suerte, apenas consumen una raci¨®n de pl¨¢tano y arroz una vez al d¨ªa y que ya han agotado sus medios de subsistencia. En una entrevista para Radio Caracas Radio, Raffali dijo la semana pasada que tratar la pandemia de la codiv-19 como una crisis sanitaria y no como una gran emergencia humanitaria es una irresponsabilidad may¨²scula.
Se requerir¨ªa m¨¢s bien, dice Raffali, abrirse sin demora a la ayuda humanitaria internacional masiva pues la pandemia fatalmente ha de complicarse con una situaci¨®n alimentaria que pone a Venezuela en el mismo grupo que integran pa¨ªses como Yemen, Sud¨¢n del Sur, Etiop¨ªa, Siria, Afganist¨¢n, Rep¨²blica del Congo, Nigeria o Hait¨ª.
Es el grupo de pa¨ªses que han visto por completos destruidos sus aparatos productivos y en los que gran parte de la poblaci¨®n sencillamente ha sido expulsada de la vida econ¨®mica, en algunos casos debido a conflictos b¨¦licos internos. En Venezuela la destrucci¨®n ha estado a cargo del socialismo del siglo XXI.
Maduro y los suyos, sin embargo, achacan la depauperaci¨®n generalizada del pa¨ªs a las sanciones econ¨®micas impuestas por Washington desde comienzos de 2018. Un vistazo a los cuadros que acompa?an el informe del PMA deja ver que el declive que hoy configura una grav¨ªsima situaci¨®n humanitaria comenz¨® en Venezuela hace ya muchos a?os, entre 2012 y 2013.
Raffalli llama la atenci¨®n hacia Ir¨¢n y Zimbabue, pa¨ªses que aun estando sujetos a sanciones comparables a las que cercan a Maduro y sus secuaces, no se vieron jam¨¢s en situaci¨®n tan cr¨ªtica como la que atraviesa mi pa¨ªs, fruto de la ineptitud gubernamental y del saqueo masivo de su riqueza.
No es Raffalli la ¨²nica autoridad en la materia que juzga imperioso que Maduro se abra a la ayuda masiva alimentaria que solo podr¨ªa brindar el Programa Mundial de Alimentos. Esto entra?ar¨ªa, claro est¨¢, desistir de usar la pandemia y la distribuci¨®n centralizada de alimentos como tenaza de control pol¨ªtico y aceptar el concurso de todos los sectores del pa¨ªs sin excepci¨®n, algo impensable para la acorralada camarilla narcomilitar que tiraniza al pa¨ªs.
Raffalii a?ade que las magras transferencias directas de que se ufana el r¨¦gimen ? el ¨²ltimo bono anunciado es de menos de un d¨®lar con veinte centavos ¨C deber¨ªan elevarse, idealmente , a 60 d¨®lares por familia. Seg¨²n el informe, la crisis de la covid-19 doblar¨¢ los registros de 2019, elevando a 265 los millones de personas expuestas la inseguridad alimentaria en todo el mundo.
Una hambruna de ¡°proporciones b¨ªblicas¡±, vaticina l¨²gubremente David Beasly, director ejecutivo del PMA. Venezuela deber¨¢ afrontarla en bancarrota, bajo una dictadura y en los d¨ªas finales de su siglo petrolero.
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