Ordenadores contra la violencia de g¨¦nero
En Ben¨ªn se utiliza la inform¨¢tica como excusa para empoderar a las j¨®venes y darles herramientas para luchar contra la discriminaci¨®n y los abusos
¡°Son muchos los mitos y tradiciones que mantienen la desigualdad de g¨¦nero y el dominio del hombre sobre la mujer aqu¨ª en Ben¨ªn, y muy especialmente en una zona rural como esta de Nikki¡±, comenta Abdel Kader Madougou, representante de la ONG OAN International en el pa¨ªs. "Entre estos mitos est¨¢n algunos muy integrados en el d¨ªa a d¨ªa de nuestra poblaci¨®n, tanto entre mujeres como entre hombres, y son utilizados por estos para subyugar a las primeras. Repiten que el var¨®n es responsable del hogar y tiene todo el poder de decisi¨®n sobre su familia y sobre su esposa; que debe administrar la econom¨ªa, incluidos los ingresos generados por la mujer... Ella, incluso cuando es v¨ªctima de violencia de g¨¦nero, tiene que saber que ese es su destino y no puede abandonar el hogar. Tambi¨¦n creen que la que rechaza la poligamia de su marido es una mala mujer".
¡°Son ideas preconcebidas, sustentadas en la tradici¨®n y apoyadas por la presi¨®n social en pleno siglo XXI, que mantienen a las mujeres sumisas y no favorecen su desarrollo o empoderamiento¡±, a?ade Karamatou Issa, de 17 a?os, una de las beneficiadas del proyecto de apoyo a la emancipaci¨®n de las mujeres de la comuna de Nikki, en el norte del pa¨ªs, desarrollado e implementado por la organizaci¨®n espa?ola en uni¨®n con la beninesa JEDES Besen Sia y con financiaci¨®n de la Fundaci¨®n Salvador Soler.
La mayor¨ªa de las mujeres beninesas declaran ser o haber sido v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero. No hay datos oficiales actualizados, pero en 2011 el Ministerio de Familia, Asuntos Sociales, Solidaridad Nacional, Discapacidad y Ancianos llev¨® a cabo una encuesta nacional que concluy¨® que el 69% de las mujeres hab¨ªa sido v¨ªctima de violencia de g¨¦nero al menos una vez en su vida. M¨¢s de la mitad de las encuestadas (51,5%) experiment¨® sufrimiento f¨ªsico o psicol¨®gico al menos una vez en su vida. El 72% estuvo expuesta a violencia verbal, el 32,8% a amenazas de divorcio, insultos (22,6%), violencia sexual (28,5%), violaci¨®n de ni?as de dos a 14 a?os (1,4%), abducci¨®n (8,5%) y mutilaci¨®n genital femenina (15%). Los resultados de este estudio promovieron la adopci¨®n por la Asamblea nacional de la Ley de prevenci¨®n y represi¨®n de la violencia contra las mujeres de 2012.
La falta de voluntad pol¨ªtica para hacer efectiva esa norma y el peso que la tradici¨®n tiene, sobre todo, en las zonas rurales, hacen muy dif¨ªcil terminar con esta lacra. En 2015, con la adhesi¨®n de Ben¨ªn a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), surgieron algunas ONG con el prop¨®sito de hacer realidad el ODS 5: Lograr la igualdad de g¨¦nero y el empoderamiento de todas las mujeres y ni?as. Sin embargo, muchas de estas organizaciones incluyen en la categor¨ªa de violencia de g¨¦nero tanto la que sufren las mujeres como los hombres, y no definen claramente sus objetivos.
El proyecto de emancipaci¨®n que llevan a cabo las dos organizaciones que trabajan en Nikki parte de los cursos de inform¨¢tica para dotar a las mujeres de autonom¨ªa. ¡°Queremos que entiendan la importancia que tiene hoy d¨ªa la inform¨¢tica para cualquier trabajo o conocer el uso de Internet para hacer b¨²squedas y aprovechase de sus posibilidades. Y que puedan acceder a ese gran mundo sin ayuda de nadie¡±, explica el formador Abdou-Hadi Karim. Este aprendizaje es un valor a?adido y un gancho para atraer a las beneficiarias y conducirlas hacia el coraz¨®n de esta iniciativa integral de empoderamiento: dotar a las j¨®venes de las herramientas necesarias para luchar y denunciar la violencia de g¨¦nero. ¡°Es importante que las mujeres est¨¦n informadas sobre cuales son sus derechos y que tengan la posibilidad de denunciar cualquier agresi¨®n. Que sepan qu¨¦ pueden hacer si un hombre les molesta, si son v¨ªctimas de una violaci¨®n o de un matrimonio infantil y c¨®mo se pueden evitar este tipo de cr¨ªmenes¡±, afirma Zoulkarna?ne Yinde, de JEDES Besen Sia.
El primer paso es ayudar a las participantes a reconocer e interpretar las distintas formas que adopta la violencia de g¨¦nero, para luego clarificar las dudas que puedan tener. Igualmente, se habla de c¨®mo la divisi¨®n de roles entre el hombre y la mujer en la sociedad tradicional es una forma m¨¢s de sumisi¨®n de la mujer, entre otras cuestiones.
Deconstruir la red
En esta formaci¨®n es muy importante deconstruir toda la red que la tradici¨®n y la cultura popular han tejido en torno a las mujeres. As¨ª, se les invita a reflexionar sobre las im¨¢genes positivas y negativas creadas y presentadas por canciones populares, proverbios, refranes, cuentos e historias. Pero sin olvidar tampoco que esos estereotipos se mantienen en canciones actuales, pel¨ªculas o anuncios.
¡°Este tipo de formaci¨®n es fundamental. Por ejemplo, en esta zona, muchas familias no ven la ventaja de escolarizar a sus hijas. Tambi¨¦n tenemos casos de profesores que violan a las chicas que les piden ayuda en sus estudios. Pero si ellas tienen la capacidad de luchar por sus derechos o rechazar esas proposiciones y denunciarlas, esto ser¨ªa muy importante y empezar¨ªan a cambiar muchas cosas aqu¨ª¡±, explica Yinde.
El programa de emancipaci¨®n de la mujer, se dirige a dos grupos de beneficiarias: aquellas que acuden al instituto de educaci¨®n secundaria y las que aprenden un oficio como costura, cocina o artes similares o tienen un peque?o negocio. Tanto a unas como a otras se las instruye para que diseminen la formaci¨®n recibida entre sus compa?eras y sirvan tambi¨¦n de puntos focales en donde otras chicas puedan buscar informaci¨®n, consejo y apoyo.
Para mejorar la independencia econ¨®mica de las mujeres que realizan oficios o tienen negocios y crear una red de solidaridad entre ellas, el programa les ha facilitado la obtenci¨®n de microcr¨¦ditos. Para ello se ha negociado con una entidad financiera un tipo de inter¨¦s m¨¢s bajo que el habitual. Luego, se acompa?a a las beneficiarias en el proceso de devoluci¨®n de los cr¨¦ditos. Igualmente se les ofrece formaci¨®n, tres veces al mes, sobre gesti¨®n econ¨®mica y marketing, adem¨¢s de los temas de igualdad de g¨¦nero. A este grupo se le hace especial hincapi¨¦ en las ventajas que el uso de Internet puede tener para conseguir ventas mayores o atraer nuevos clientes.
¡°No tengo mucha esperanza de que la vida de estas mujeres cambie¡±, confiesa D¨¦bora Nadeni, una de las animadoras del programa. ¡°Pero un proyecto como este tiene mucho sentido. Es dif¨ªcil que estas mujeres cambien el tipo de relaci¨®n que tienen con sus maridos y su rol en las tareas del hogar, pero s¨ª pueden cambiar la educaci¨®n que den a sus hijas e hijos, y tenemos que trabajar para que sus hijas tengan una vida diferente¡±.
Karamatou Issa afirma que la formaci¨®n inform¨¢tica recibida le ayudar¨¢ mucho en sus estudios futuros. Tienen planeado acudir a la Universidad de Parakou el pr¨®ximo curso para comenzar filolog¨ªa hisp¨¢nica. Ya habla un poco de espa?ol y le gusta practicarlo cuando tienen ocasi¨®n. Pero, sobre todo, est¨¢ contenta porque ahora se siente fuerte, conoce mucho mejor sus derechos y sabe defenderse. "Ya no veo normal que por ser chica un hombre pueda acosarme en la calle o un profesor pueda pedirme favores sexuales. Ahora s¨¦ qu¨¦ tengo que hacer en un caso como ese: denunciar".
Chakira Ali, de 15 a?os, afirma que con lo que ha aprendido podr¨¢, como m¨ªnimo, trabajar como secretaria y as¨ª ser independiente, aunque su sue?o es poder llega a la universidad y estudiar Medicina. A ella le ha entusiasmado conocer el manejo de las redes sociales. Algo que ha ense?ado a otras amigas. Juntas han creado un chat en el que comparten dudas de sus estudios. Ahora intenta que los profesores tambi¨¦n participen en ¨¦l. "As¨ª las chicas no tienen que buscarles despu¨¦s de clase para resolver dudas, una forma de evitar que puedan abusar de nosotras", comenta.
Karamatou, Chakira y sus compa?eras se graduaron a finales de febrero en una ceremonia en la antes de recibir sus diplomas representaron un par de obras de teatro escritas por ellas mismas en las que expon¨ªan algunas de sus reflexiones tras recibir la formaci¨®n. En la primera recog¨ªan el caso de una mujer que tiene su propio negocio y que se enfrenta a las cr¨ªticas de otras mujeres por estudiar inform¨¢tica y ella les relata las ventajas de adaptarse a los nuevos tiempo y expandir sus negocios. ¡°?Y qu¨¦ dir¨¢n nuestros maridos?¡±, pregunta una de las oponentes. ¡°?Por qu¨¦ tienen que negarse ellos a nuestro progreso?¡±, responde ella. En la otra, una mujer contaba que ha sido despedida de su trabajo por rehusar acostarse con su jefe y el consejo que le dan sus amigas es denunciar.
Lentamente, la situaci¨®n de la mujer cambia en Nikki, as¨ª lo constata Madougou que se?ala que las respuestas que han obtenido a lo largo de la formaci¨®n "son muy sorprendentes". Y agrega: "Poco a poco, a medida que tomaban conciencia de sus derechos y de su situaci¨®n, las chicas han comenzado a cuestionar las tradiciones que las oprimen como mujeres y que siempre se evocan para mantenerlas en un segundo plano en la sociedad".
Tras la graduaci¨®n, comienza la formaci¨®n un nuevo grupo de j¨®venes en el que participan las antiguas alumnas como apoyo de las monitoras. Esta es una forma de que se integren m¨¢s en el proyecto y poder llegar, as¨ª, a muchas m¨¢s mujeres.
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