Philippe Jaroussky, entre la sombra de los 'castrati' y la ruptura de estereotipos
Hablamos con el contratenor m¨¢s famoso del mundo, un franc¨¦s que lleg¨® al canto por vocaci¨®n y que defiende el valor pol¨ªtico de la m¨²sica cl¨¢sica
Que las palabras ¡°vocaci¨®n¡± y ¡°vocal¡± tengan la misma ra¨ªz es algo que Philippe Jaroussky (Yvelines, Francia, 1978) tiene claro desde hace 24 a?os, cuando alguien le llev¨® a un recital de un contratenor en Par¨ªs. ¡°Fue un impacto enorme¡±, recuerda. ¡°Me impresion¨® mucho, y pens¨¦ que tal vez yo podr¨ªa hacer lo mismo. Mi madre siempre recuerda que desde peque?o yo ya cantaba un poco con voz de cabeza¡±. La voz de cabeza que caracteriza al contratenor es sustancialmente distinta a la de pecho, que es la que emplea un tenor o un bar¨ªtono. M¨¢s aguda, con un color distinto, permite a un hombre alcanzar notas y sonoridades de mezzosoprano, contralto o soprano, habitualmente reservadas a las mujeres. Algo as¨ª como un falsete, pero con una t¨¦cnica que exige a?os de entrenamiento. Jaroussky, por ejemplo, sigue hoy trabajando con la misma maestra de canto con la que comenz¨® a los 18. ¡°En las primeras lecciones, me dijo que no ten¨ªa muy claro que pudiera llegar a contratenor¡±, explica. ¡°Le ped¨ª que confiara en m¨ª. Ten¨ªa una intuici¨®n¡±.
La intuici¨®n result¨® acertada. A los 20 Jaroussky cant¨® su primera ¨®pera. Hoy se las escriben a ¨¦l, su nombre encabeza carteles y protagoniza recitales como los que, en principio, le traer¨¢n a Barcelona, Murcia y Madrid, respectivamente (la cancelaci¨®n devido a la pandemia del covid-19 no es por ahora oficial). Es una estrella de la m¨²sica l¨ªrica y uno de los responsables de que la voz del contratenor haya dejado de ser una rareza para conquistar una posici¨®n respetada en el mundo de la cl¨¢sica. ¡°Bueno, uno nunca est¨¢ contento del todo¡±, bromea, ¡°pero s¨ª estoy orgulloso de haber aportado algo¡±.
¡°Para m¨ª, hay algo pol¨ªtico en el hecho de abordar algo que se piensa que un hombre no puede hacer. Hay una lucha contra los estereotipos¡±
Durante a?os el p¨²blico acud¨ªa a escuchar a los contratenores como quien asist¨ªa a un prodigio de la naturaleza, a un formidable ruise?or de voz inveros¨ªmil sobre el que planeaba el fantasma de los castrati, los cantantes castrados del barroco cuya voz, imposible de reconstruir hoy, imaginamos semejante a la de los contratenores, que son capaces de cantar el mismo repertorio sin mutilaci¨®n de por medio. ¡°Es una relaci¨®n pasional, de amor y odio¡±, responde el franc¨¦s cuando le preguntamos por el peso que el mito de los castrati tiene hoy a¨²n en su carrera. ¡°Cuando empec¨¦ a cantar me fascinaron y le¨ª mucho sobre ellos, sobre su historia, su vida y su relaci¨®n con los grandes compositores¡±, explica.
Su primer trabajo discogr¨¢fico fue un homenaje a Carestini, un divo del siglo XVIII que estren¨® obras de Haendel, Porpora o Gl¨¹ck. En la cubierta del ¨¢lbum, un jovenc¨ªsimo Jaroussky enfundado en un traje negro mira al espectador a trav¨¦s de una m¨¢scara negra de plumas. Transformismo pop para un alarde de arqueolog¨ªa musical. ¡°S¨¦ que mucho de lo que he logrado ha sido bajo esa fascinaci¨®n por los castrati¡±, reconoce. ¡°Es un repertorio que me ha dado mucho, me gusta y me emociona. A trav¨¦s de la m¨²sica escrita para ellos se percibe el amor que los compositores sintieron por esos grandes cantantes¡±.
En todo caso, desde hace a?os Jaroussky intenta escapar de vez en cuando de ese repertorio, muy exigente t¨¦cnicamente, que siempre se mueve en notas altas y en melod¨ªas endiabladamente acrob¨¢ticas. Ha interpretado composiciones francesas del siglo XIX y m¨²sica contempor¨¢nea demostrando el peso espec¨ªfico que puede llegar a tener una voz como la suya. Ahora que el debate sobre el g¨¦nero y la masculinidad ha llegado al mundo de la ¨®pera, le preguntamos por la dimensi¨®n pol¨ªtica de su trabajo. ¡°No creo que la voz del contratenor tenga nada de femenino, pero s¨ª creo que es una voz masculina que muestra una sensibilidad diferente¡±, concede. ¡°Para m¨ª, hay algo pol¨ªtico en el hecho de abordar algo que se piensa que un hombre no puede hacer. Hay una lucha contra los estereotipos¡±.
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