Te?ir y cortar
Me da que las peluquer¨ªas son de los pocos negocios que pueden tener la recuperaci¨®n en uve que pregonan los ilusos
La tarde del martes, al tiempo que Pedro S¨¢nchez abr¨ªa la veda a los servicios con cita previa, mi peluquera arranc¨® su plan de reconstrucci¨®n por la v¨ªa ejecutiva. Agarr¨® el m¨®vil. Cre¨® un grupo de clientas habituales. Salud¨® con un ¡°hola, chicas¡± y, como pastora que es del reba?o, nos puso en fila como una sola oveja para te?irnos y trasquilarnos en orden cronol¨®gico filtrado por su docto criterio en cuanto le dejen abrir el chiringo. Nosotras, ni rechistamos. Al rev¨¦s, dijimos am¨¦n, se?ora, y cantamos sus alabanzas, no fuera a ser que nos expulsara del sal¨®n de su reino. Ella sabe mejor que nadie qui¨¦n necesita qu¨¦, d¨®nde, c¨®mo y cu¨¢ndo. Para eso nos conoce como si nos hubiera parido. Quien m¨¢s, quien menos, le hemos contado nuestros partos y legrados. Nuestras bodas y divorcios. Nuestros cuernos y cornadas. Nuestros polvos, lodos y sue?os les hemos contado a ella y sus sacristanas al amor de la laca y el per¨®xido. A todo eso da tiempo en las tres horas largas que tardan en degradarte unas mechas, esculpirte unas capas y deshacerte unas ondas hasta lograr esos pelos de reci¨¦n follada con doble orgasmo que queremos todas y que solo se consiguen sin coyunda previa con una profesional a los mandos.
Me da que las peluquer¨ªas son de los pocos negocios que pueden tener la recuperaci¨®n en uve que pregonan los ilusos. No solo porque a todos nos crece el pelo, y las canas, sino porque sus servicios no se pueden descargar, ni suplir con ning¨²n tutorial, ni pedir por Glovo. Son de persona a persona. Las feligresas tambi¨¦n sabemos la vida y milagros de la pastora. Que tuvo mal de amores. Que volvi¨® a empezar de cero con el coraz¨®n roto y una pierna quebrada por subirse a poner sola el r¨®tulo de su nueva vida. Que tiene unos ovarios a prueba de pandemias. Y nuestra autoestima en sus mu?ecas. El lunes, si el BOE quiere, iniciar¨¢ la subida de la uve a destajo. Rezo para que me toque pronto.
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