El coronavirus ataca al modelo energ¨¦tico
La crisis sanitaria refuerza la oportunidad de Gobiernos y empresas para acelerar hacia un sistema m¨¢s moderno, limpio y resiliente
Tras la pandemia por la covid-19?el mundo no va a ser igual.?Esto se da por hecho. Lo que no se sabe con certeza es cu¨¢n diferente ser¨¢. ?Cambiar¨¢ mucho la forma en que nos relacionamos, movemos, educamos y trabajamos? ?Volver¨¢ a ser todo como antes una vez que haya un tratamiento efectivo o una vacuna, o viviremos atentos a la aparici¨®n de un nuevo coronavirus? Despu¨¦s de todo, la covid-19 es el s¨¦ptimo virus de su tipo y uno de los tres potencialmente mortales aparecidos desde 2002. ?Qu¨¦ puede hacer el mundo para evitar que aparezcan m¨¢s enemigos como este? Aunque a¨²n hay muchas m¨¢s preguntas que respuestas, una certeza es que el maltrato al medio ambiente, en todas sus formas (desde la contaminaci¨®n del aire, pasando por la deforestaci¨®n, hasta la caza furtiva), favorece la aparici¨®n de nuevos y letales pat¨®genos. Muchos sectores econ¨®micos pueden contribuir a frenar el deterioro ecol¨®gico para evitar futuras pandemias y, de entre todos, el de la energ¨ªa es crucial.
La covid-19 ya ha impactado sobre esta industria: el efecto m¨¢s evidente es que la escasez de consumo de carburantes por el confinamiento ha desplomado el precio del petr¨®leo a niveles de hace 20 a?os. Hist¨®ricamente, una ca¨ªda tan significativa de la cotizaci¨®n del barril autom¨¢ticamente sol¨ªa echar por tierra las inversiones en proyectos de energ¨ªas renovables. Sin embargo, esta vez el mundo ¡ªy, m¨¢s a¨²n, los pa¨ªses desarrollados¡ª tienen la oportunidad de romper esa maldici¨®n. Y si hay una certeza en el sector de la energ¨ªa, es que para aprovechar este momento y dar un salto cuantitativo hacia un planeta m¨¢s limpio hace falta la voluntad y el entendimiento de las empresas y de los Gobiernos.
De momento, las grandes compa?¨ªas europeas han mantenido su compromiso de reforzar la transici¨®n de su cartera de negocios hacia energ¨ªas m¨¢s limpias. En diferentes comunicados, los presidentes o consejeros delegados de grandes grupos como la brit¨¢nica BP, la anglo-holandesa Royal Dutch Shell, la francesa Total o la italiana Eni han reafirmado sus planes de inversi¨®n en renovables. Shell, por ejemplo, tiene previsto destinar al menos 1.000 millones de d¨®lares en ampliar su cartera de renovables este a?o y alcanzar un m¨¢ximo de 3.000 millones para finales de 2021. La espa?ola Repsol, por su parte, inici¨® en pleno estado de alarma la construcci¨®n del primero de sus tres parques fotovoltaicos presupuestados con una inversi¨®n de unos 600 millones de euros.
Para las grandes compa?¨ªas petroleras, la crisis tiene un doble filo. Por un lado, tienen que hacer frente a la ca¨ªda del precio del barril de crudo, que en solo tres meses ha pasado de 67 a 20 d¨®lares. Por otro, el negocio de refino y venta de carburantes se ha frenado por el par¨®n de la actividad econ¨®mica e industrial en los principales mercados del planeta. En la ¨²ltima Gran Recesi¨®n, en 2008, por ejemplo, el consumo de carburantes descendi¨® notablemente, pero el barril nunca lleg¨® a bajar de los 40 d¨®lares. En esta crisis sanitaria, el doble frente para el sector petrolero amenaza con dejar su cuenta de resultados en el peor nivel de los ¨²ltimos dos decenios.
Menos contaminaci¨®n
La parte positiva de la ca¨ªda del uso de combustibles f¨®siles ha sido la reducci¨®n de los niveles de contaminaci¨®n del aire. Sin embargo, el desaf¨ªo es desacoplar la actividad econ¨®mica de las emisiones, no que ambas caigan al mismo tiempo. Por esto, la estrategia de los Gobiernos, con una clara apuesta por estas energ¨ªas facilitando su expansi¨®n con medidas administrativas, fiscales y crediticias, ser¨¢ decisiva para la transici¨®n hacia la generaci¨®n verde. Desde Bruselas, el vicepresidente primero de la Comisi¨®n y encargado del Pacto Verde, Frans Timmermans, declar¨® que Europa tiene que asegurarse de que los fondos para la recuperaci¨®n est¨¦n encaminados hacia un modelo econ¨®mico m¨¢s sostenible. "Si no, estaremos dando dinero a la vieja econom¨ªa, que ser¨¢ restaurada m¨¢s o menos, pero no tendr¨¢ los medios para transformarse y estaremos perdiendo dos veces. Esto es inaceptable y tenemos que evitarlo a toda costa", declar¨® Timmermans ante la comisi¨®n de Medio Ambiente del Parlamento Europeo. El vicepresidente de la Comisi¨®n ha reiterado que mantendr¨¢ "al m¨¢ximo" la agenda clim¨¢tica puesta en marcha por Bruselas y ha insistido en que sigue con sus planes de presentar en septiembre el proyecto para el horizonte 2030 que ampl¨ªa el recorte de emisiones europeas hasta un 50% con respecto a niveles de 1990.
"Los Gobiernos desempe?ar¨¢n un papel importante en la reconfiguraci¨®n del sector energ¨¦tico tras la crisis de la covid-19", recalca el reciente informe Global Energy Review 2020 de la Agencia Internacional de la Energ¨ªa (AIE). "En particular", dice el organismo, "en el dise?o de medidas de es?t¨ªmu?lo que vinculen los esfuerzos de recuperaci¨®n econ¨®mica con la energ¨ªa limpia". Gonzalo Escribano, analista del Real Instituto Elcano, cree que "las regulaciones ambientales ya en vigor y otras en curso, adem¨¢s de la presi¨®n de los ciudadanos por una econom¨ªa m¨¢s sostenible, no van a desaparecer, especialmente en Europa y otros pa¨ªses avanzados. Puede ser que a corto plazo haya retrasos en nuevas subastas de renovables y en la reforma de pol¨ªticas energ¨¦ticas, pero a medio y largo plazo las renovables seguir¨¢n o incluso acelerar¨¢n su despliegue".
Una de las razones clave para mantener el compromiso con la transici¨®n hacia fuentes m¨¢s limpias es que la demanda de energ¨ªa ya es mucha y solo va a m¨¢s. Cuando uno ve las fotos de las calles vac¨ªas y los cielos despejados de las grandes urbes del mundo, tiene la sensaci¨®n de que apenas se consume energ¨ªa; y, sin embargo, la demanda mundial de combustibles f¨®siles se reducir¨¢ menos de un 10% y la de electricidad un 5% este a?o, seg¨²n la AIE. Solo en el primer trimestre, con China a medio gas y Europa ya tocada casi de lleno por la crisis sanitaria, el consumo global se redujo casi un 4%. Es decir, que a pesar del confinamiento, la paralizaci¨®n de las industrias y del transporte (que consume m¨¢s del 80% de los combustibles), las necesidades energ¨¦ticas siguen siendo enormes.
Doble prop¨®sito
Por esto, salir de esta crisis con un mayor porcentaje de fuentes renovables ser¨¢ determinante para conseguir que la econom¨ªa tenga la energ¨ªa que necesita y los gases de efecto invernadero se mantengan a la baja. "Aunque la demanda de electricidad ha bajado, las renovables han seguido generando energ¨ªa a ritmos normales, y esta in¨¦dita situaci¨®n provocada por la pandemia nos brinda una oportunidad ¨²nica para analizar y comprender el impacto de los sistemas renovables en la econom¨ªa. Seg¨²n los datos que ya tenemos, podemos decir que el futuro ser¨¢ muy cr¨ªtico para las centrales nucleares y de carb¨®n a medida que la generaci¨®n renovable aumente. Todo esto nos orientar¨¢ para planificar los futuros mercados y sistemas e incluso nos brindar¨¢ herramientas para acelerar la transici¨®n energ¨¦tica", explica Matti Rautkivi, director de estrategia y desarrollo de la empresa energ¨¦tica de origen finland¨¦s W?rtsil?.
Aparte de contar con m¨¢s apoyo social y pol¨ªtico, las energ¨ªas limpias son hoy 10 veces m¨¢s competitivas en costes tecnol¨®gicos y de generaci¨®n que durante la Gran Recesi¨®n de 2008-2009. Este es un factor clave a la hora de competir con las fuentes f¨®siles en un momento en que las bajas cotizaciones invitan a echar mano del petr¨®leo o el carb¨®n para alimentar las centrales el¨¦ctricas.
Aqu¨ª representar¨¢n un papel clave el gas natural y los gases licuados. Si bien contamina, existe cierto consenso sobre que el gas es una fuente crucial para satisfacer la demanda mientras se avanza en la transici¨®n energ¨¦tica. Per Magnus Nysveen, jefe de analistas de la consultora noruega Rystad Energy, una de las primeras en publicar un estudio sobre los efectos de la covid-19 en el sector, cree que "los bajos precios del gas frente a los del carb¨®n aumentar¨¢n el uso de esta energ¨ªa menos contaminante. A corto plazo esto reducir¨¢ las emisiones y a m¨¢s largo acelerar¨¢ la transici¨®n hacia los sistemas limpios".
Si bien el precio del petr¨®leo ha sido el m¨¢s golpeado por la crisis sanitaria, el gas natural licuado (GNL) es el siguiente en la fila. Mientras que se prev¨¦ que el suministro global de GNL alcanzar¨¢ los 380 millones de toneladas (Mt) en 2020, 17 millones m¨¢s que en 2019, la demanda estar¨¢ por lo menos 20 millones de toneladas por debajo. El continente europeo tiene sus reservas de GNL casi al m¨¢ximo de su capacidad de almacenamiento, por lo que la regi¨®n tiene margen para seguir comprando GNL y destinar parte de esos excedentes a la producci¨®n de electricidad o la industria. "La combinaci¨®n del gas barato con el debilitamiento de la demanda han llevado a que los precios de la energ¨ªa el¨¦ctrica disminuyan entre un 30% y un 50% en algunos grandes mercados liberalizados. Los precios de la electricidad se han desplomado en Estados Unidos y en varios pa¨ªses de Europa, incluyendo B¨¦lgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Suecia y Suiza.
El gas es clave
"Cuando la demanda de electricidad se recupere tras el impacto del coronavirus, las energ¨ªas limpias volver¨¢n a ser una prioridad, pero seguir¨¢n acarreando las mismas incertidumbres. En ese escenario, los bajos precios del gas natural facilitar¨¢n que la transici¨®n energ¨¦tica pueda darse con las garant¨ªas necesarias para los consumidores y a unos precios competitivos que permitan la recuperaci¨®n econ¨®mica y no obliguen al resto de sectores econ¨®micos a lastrarse con los costes de la transici¨®n", explica Antonio Merino, jefe de estudios de Repsol.
No obstante, el mercado del gas tambi¨¦n representa un doble filo para la industria, ya que, de no producirse un equilibrio mayor entre la demanda y los precios, muchas actividades dentro del sector estar¨¢n abocadas al cierre. Una disminuci¨®n ca¨®tica de la oferta de gas natural y de petr¨®leo, que no deja de ser vital para cualquier econom¨ªa, se volver¨¢ en contra de la recuperaci¨®n econ¨®mica tras la pandemia. Tanto la industria de la energ¨ªa como organizaciones internacionales y analistas alertan de la necesidad de que los Gobiernos est¨¦n preparados para las futuras amenazas en el suministro de combustibles f¨®siles que a¨²n sean necesarios para los consumidores particulares, las industrias y la generaci¨®n de electricidad.
El sector energ¨¦tico va a sufrir enormes cambios a ra¨ªz de la crisis derivada de la covid-19. Muchas empresas no sobrevivir¨¢n y es m¨¢s que probable que se avecine otra oleada de fusiones y adquisiciones de dimensiones como la de 2015, cuando por entonces la Royal Dutch Shell compr¨® British Gas por casi 65.000 millones de euros. Es verdad que l¨ªneas de negocio como las renovables, menos expuestas a los vaivenes del mercado, tienen muchas papeletas para salir mejor paradas cuando se repartan las futuras inversiones. Sin embargo, a la hora de pisar el acelerador hacia un sector energ¨¦tico m¨¢s moderno, limpio y resiliente ser¨¢ fundamental que los Gobiernos y las empresas hallen la velocidad adecuada para hacer esa transici¨®n sin afectar el suministro.
Efectos sobre el mapa geoestrat¨¦gico
La Organizaci¨®n de Pa¨ªses Exportadores de Petr¨®leo (OPEP) cumplir¨¢ 60 a?os en septiembre y, con sus m¨¢s y sus menos, ha sido a lo largo de su historia el cartel m¨¢s exitoso a la hora de fijar los precios para su producto. Hay bastante disparidad entre los expertos que creen que esta crisis del coronavirus acabar¨¢ o dejar¨¢ herida de muerte a la organizaci¨®n y los que piensan que saldr¨¢ reforzada.
Entre los que no descartan esto ¨²ltimo est¨¢ Antonio Merino, jefe de estudios de Repsol: "La OPEP puede salir reforzada porque EE UU, primer productor del mundo, puede tener inter¨¦s en que funcione como mecanismo estabilizador, o puede ocurrir que los americanos se a¨ªslen energ¨¦ticamente. Quiz¨¢ no se recuerde, pero EE UU tuvo un sistema de cuotas de importaci¨®n de petr¨®leo y productos desde 1959 a 1973. La ¨²nica l¨ªnea donde parece haber consenso es que, despu¨¦s de unos a?os de baja inversi¨®n, la recuperaci¨®n de la demanda traer¨¢ subidas de precios, pero nadie se atreve a decir a qu¨¦ niveles. En mi opini¨®n, la clave es si China finalmente apostar¨¢ por reducir la utilizaci¨®n del carb¨®n".
Quienes comparten cierto optimismo acerca de la supervivencia de la OPEP ven en el reciente acuerdo del cartel con Rusia y otros moment¨¢neos aliados para reducir la oferta en casi 10 millones de barriles diarios como una se?al de que los 13 pa¨ªses de la organizaci¨®n son capaces de pactar con su rival comercial m¨¢s encarnizado con tal de reflotar los precios.
Este pacto incluso le viene bien a EE UU como gran productor y exportador, por eso Washington, que anta?o sol¨ªa renegar de los pactos de la OPEP porque era m¨¢s dependiente de las importaciones, en este caso calla y otorga. Su producci¨®n local (sobre todo el fracking) requiere una cotizaci¨®n mucho m¨¢s alta del crudo para permanecer viable.
La duda sobre el ¨¦xito de la OPEP viene por otras dos razones: porque grandes productores, entre ellos M¨¦xico, no est¨¢n dispuestos a cerrar mucho la espita, y porque hay temor de que el recorte no sea suficiente y deba alargarse por mucho tiempo para impulsar los precios. En este caso puede que las cuentas p¨²blicas y los sectores energ¨¦ticos de muchos pa¨ªses productores no aguanten el envite y sucumban al s¨¢lvese quien pueda. Entonces puede romperse la OPEP.
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