?De verdad necesitamos esto de algunas ONG?

Asisto con estupor a la pol¨¦mica que se ha abierto entre las ONG del sector social y las de cooperaci¨®n a cuenta del reparto de las subvenciones p¨²blicas. No les aburro con los detalles, que pueden encontrar aqu¨ª, pero todo el problema se deriva en un reajuste de los porcentajes asignados a cada sector, y de una interpretaci¨®n ex¨®tica del criterio de ¡°inter¨¦s social¡± que, seg¨²n algunos, excluye la cooperaci¨®n y el medio ambiente.

L¨ªbreme San Cucufato de frivolizar sobre un asunto del que dependen, literalmente, las vidas de muchas personas. Pero, visto desde fuera, este debate recuerda al del Frente Popular de Judea, en La Vida de Brian. Las ONG espa?olas pele¨¢ndose en p¨²blico por la miseria que consiguen ara?ar cada a?o de las administraciones, en vez de enfrentar a la sociedad y a sus gobernantes a las limitaciones de un modelo de filantrop¨ªa perfectamente adolescente y a una cultura del compromiso con lo p¨²blico que refleja el mundo de hace cuatro d¨¦cadas.

La paradoja del sector no gubernamental espa?ol es que seis de cada 10 euros de sus presupuestos provienen de los fondos p¨²blicos, de acuerdo con los datos m¨¢s recientes. Los espa?oles estamos enterrados en el puesto 59 del escalaf¨®n del World Giving Index, que mide el compromiso econ¨®mico y personal de las sociedades en actividades filantr¨®picas. Muy por detr¨¢s de casi cualquiera de los pa¨ªses de nuestro entorno y a a?os luz de nuestro potencial.

Nos encanta contarnos lo contrario, pero somos una sociedad que ha declinado su responsabilidad a la hora de completar, apuntalar y fiscalizar a las administraciones en la gesti¨®n de los asuntos de inter¨¦s p¨²blico. Empezando por garantizar derechos sociales universales que est¨¢n siendo ignorados por esas mismas administraciones dentro y fuera de nuestro pa¨ªs.

Con la que ya tenemos y la que se nos viene encima con la covid-19, ?de verdad creen las ONG que la prioridad es darse codazos por la miseria que este y los anteriores gobiernos han decidido concederles? ?No merecer¨ªa la pena unir fuerzas y promover un terremoto social que movilice a los donantes privados? ?Que reclame a los gobiernos incentivos fiscales reales y no estas deducciones cicateras que imponen los ministerios de hacienda? ?Que consiga aprobar la dichosa Ley de Mecenazgo? ?Que saque a las empresas de su abulia filantr¨®pica? ?Que estimule la creatividad colaborativa que ha revolucionado la financiaci¨®n de sectores como el de la salud global?

Algo m¨¢s: me alarma profundamente el contexto de polarizaci¨®n galopante que estamos viviendo. Y tengo la certeza de que arrimar el hombro al bien com¨²n puede llegar a ser un poderos¨ªsimo pegamento social. Un aglutinador de la generosidad colectiva y el encuentro, m¨¢s all¨¢ de la puerta de entrada ideol¨®gica o religiosa de cada uno. Las ONG son mucho m¨¢s que el proveedor de servicios al que han quedado reducidas por esta dependencia infantil de los poderes p¨²blicos. A ver si lo demuestran de una santa vez.