?Qu¨¦ dijo la supermodelo Karen Mulder en aquel plat¨® de televisi¨®n para que se destruyesen las grabaciones?
Una de las modelos m¨¢s legendarias de los noventa cumple hoy cincuenta a?os alejada de los focos y todav¨ªa cargando con el misterio de la entrevista que, en el a?o 2001, llev¨® al canal de televisi¨®n franc¨¦s a decidir no emitirla y acab¨® con la modelo en un psiqui¨¢trico
31 de octubre de 2001. La famosa modelo Karen Mulder acude como invitada a un programa de la cadena de televisi¨®n France 2 llamado Tout le Monde en Parle (Todo el mundo est¨¢ hablando de esto). Durante la entrevista, relata que ha sido violada de forma continuada desde que ten¨ªa dos a?os hasta el anterior mes de abril. Afirma que tanto ella como otras modelos han sufrido explotaci¨®n sexual sistem¨¢tica por parte de su agencia ¨Cla prestigiosa Elite¨C, y extiende sus acusaciones a todo tipo de personalidades de la sociedad francesa, pol¨ªticos, polic¨ªas, empresarios, incluido el pr¨ªncipe Alberto de M¨®naco, con el que se la hab¨ªa relacionado en el pasado, y al que acusa de haberla violado.
Asegura que la han obligado a consumir drogas, que ejecutivos la hipnotizaron para abusar de ella y que la coaccionaron para mantener relaciones sexuales a cambio de conseguir mejores contratos. ¡°Despu¨¦s de cinco minutos me di cuenta de que estaba enferma¡±, declarar¨ªa el presentador, Thierry Ardisson, al diario Lib¨¦ration. ¡°Detuve la entrevista y decidimos no emitirla, incluso si eso significa ser acusados de censura. Hubiera sido una superexclusiva. Quiz¨¢s hab¨ªa algunas cosas verdaderas en su testimonio, pero era obvio que no estaba en su estado normal. Cuando se fue, me dijo: ¡°T¨² tambi¨¦n eres parte del complot¡±.
¡°Detuve la entrevista y decidimos no emitirla, incluso si eso significa ser acusados de censura. Hubiera sido una superexclusiva. Quiz¨¢s hab¨ªa algunas cosas verdaderas en su testimonio, pero era obvio que no estaba en su estado normal. Cuando se fue, me dijo: 'T¨² tambi¨¦n eres parte del complot¡±
Karen no se encontraba all¨ª por casualidad ni el tema de los abusos surgi¨® por sorpresa. El objetivo del programa era debatir un pol¨¦mico documental de la BBC rodado dos a?os atr¨¢s en el que se denunciaba la explotaci¨®n sexual que sufr¨ªan modelos muy j¨®venes, muchas adolescentes, por parte de figuras prominentes de la agencia Elite. Mulder era un testimonio de peso que conoc¨ªa de primera mano el mundo de la moda en general y el funcionamiento de Elite en particular por una condici¨®n de la que muy pocas personas en la tierra pod¨ªan presumir: haber sido una supermodelo.
Nacida en Holanda el 1 de junio de 1970, siendo apenas una adolescente Karen fue finalista del prestigioso concurso de belleza Elite Model Look. Fich¨® por la agencia y comenz¨® a trabajar para ellos con gran ¨¦xito: antes de cumplir los 18 ya estaba desfilando para las grandes marcas de la industria, de Versace a Yves Saint Laurent. Apodada ¡°la rubia con clase¡±, protagoniz¨® portadas de diferentes cabeceras internacionales de Vogue o Elle y logr¨® dos hitos que marcaban la diferencia entre las modelos de primera clase y las del mont¨®n: salir en el n¨²mero de ba?adores de Sports Illustrated y desfilar como uno de los ¨¢ngeles de Victoria¡¯s secret.
El auge de su carrera hab¨ªa coincidido un momento muy concreto que supuso la aparici¨®n del fen¨®meno de las supermodelos. A principios de los noventa, la industria de la moda se puso de moda, nunca mejor dicho; las anteriores casi an¨®nimas maniqu¨ªes se hab¨ªan aupado hasta convertirse en celebridades globales, famosas al nivel de actores o cantantes, y con ellas, su estilo de vida, identificado como lujoso, glamouroso y divertido, hab¨ªa pasado a ser un objeto de deseo para miles de personas por todo el planeta. Karen hab¨ªa formado parte del exclusiv¨ªsimo grupo de las m¨¢s buscadas, solicitadas y mejor pagadas junto a Naomi Campbell, Cindy Crawford, Christy Turlington, Linda Evangelista, Stephanie Seymour o Claudia Schiffer. Decidi¨® dejar de forma voluntaria dejar de desfilar en pasarelas en el 1997 y de forma sorpresiva, abandon¨® del todo la profesi¨®n en a?o 2000.
Durante esa ¨¦poca, las sombras de una profesi¨®n en la que se juntaban grandes cantidades de dinero con mujeres muy j¨®venes, a menudo menores de edad, que se ganaban la vida con su aspecto f¨ªsico hab¨ªan ido encendiendo algunas alarmas, y el documental de la BBC que se debat¨ªa aquella noche en la televisi¨®n francesa era muestra de ello. Grabado en 1999, el documental afirmaba, sin ambages, que modelos adolescentes eran explotadas sexualmente por ejecutivos de Elite. Dos trabajadores de la empresa fueron despedidos, pero tras varias demandas de la agencia por difamaci¨®n, la cadena tuvo que admitir que pod¨ªa haber tergiversado las declaraciones de algunos de los empresarios grabados y que hab¨ªan presionado a alguno de ellos para obtener el tipo de material que buscaban.
Entre desmentidos, acusaciones cruzadas y discusiones sobre periodismo de investigaci¨®n sospechoso en un tema morboso de por s¨ª, hab¨ªa sin duda mucho que debatir con Karen Mulder en Tout le Monde en Parle, pero el resultado excedi¨® las expectativas. Adem¨¢s de no emitir jam¨¢s el fragmento en el que la antigua modelo lanzaba sus potentes acusaciones, la cinta fue destruida. Sin embargo, el programa se grababa con p¨²blico en directo, y aunque se les conmin¨® a guardar silencio sobre lo que hab¨ªan presenciado, pronto comenzaron a circular rumores por Internet y llegaron correos electr¨®nicos a las redacciones donde se explicaba lo ocurrido.
¡°Todos los que me traicionaron eran gente a la que quer¨ªa mucho. Luego me di cuenta de hasta d¨®nde llegaba la conspiraci¨®n. Estaba metida gente del gobierno y de la polic¨ªa, que utilizaban a chicas de Elite¡±
Tres d¨ªas despu¨¦s de la conversaci¨®n abortada, un periodista consigui¨® entrevistar de nuevo a Mulder. A ¨¦l le repiti¨® todo lo que hab¨ªa dicho en el programa, empezando con que una persona de su entorno familiar hab¨ªa abusado sexualmente de ella cuando ten¨ªa dos a?os, y que en su familia hab¨ªa varios ped¨®filos que la emplearon como esclava sexual. Aseguraba que al poco de llegar a Par¨ªs dos fot¨®grafos la hab¨ªan violado y tras su denuncia, fueron despedidos, y repet¨ªa sus argumentos contra Elite dando todo tipo de detalles escabrosos. Medios como Paris Match declinaron comprar la entrevista, pero la revista VSD acept¨® y las palabras de la modelo vieron la luz la primera semana de enero de 2002. As¨ª fue como el esc¨¢ndalo se hizo masivo.
Durante la charla con el periodista, Mulder daba nombres tanto de los familiares como de los ejecutivos a los que acusaba, pero la revista no los reproduc¨ªa para evitar cualquier tipo de conflicto legal, aunque seg¨²n algunos las fotograf¨ªas que ilustraban el reportaje dejaban poco lugar a las especulaciones. Hab¨ªa frases estremecedoras, pero a la vez todo era tan extremo que algunos lectores entendieron que se trataba de obvios delirios de alguien con una enfermedad mental. ¡°Todos los que me traicionaron eran gente a la que quer¨ªa mucho. Luego me di cuenta de hasta d¨®nde llegaba la conspiraci¨®n. Estaba metida gente del gobierno y de la polic¨ªa, que utilizaban a chicas de Elite¡±, aseguraba Karen Mulder, adem¨¢s de mencionar que hab¨ªan usado ¡°trucos hipn¨®ticos¡± y ¡°sistemas de rociadores¡± contra ella.
¡°Han tratado de secuestrarme y envenenarme¡±, dec¨ªa en un momento. ¡°Todas las personas que mi familia frecuentaba eran ped¨®filas¡±, denunciaba en otro. ¡°Ahora me doy cuenta de que hay toda una trama a mi alrededor, es enorme. Se trata de personas en el gobierno y en la polic¨ªa que usan chicas de agencias de modelos, incluso las m¨¢s conocidas... Yo era un juguete que todos quer¨ªan tener¡±. Clamar que todo era una conspiraci¨®n en su contra sonaba a argumento de persona paranoica, algo que parec¨ªa confirmarse porque horas despu¨¦s de entrevistarse con el periodista, Mulder fue ingresada en un hospital psiqui¨¢trico a petici¨®n de su hermana Saskia, tambi¨¦n modelo de Elite, con el permiso de sus padres.
Cuando el n¨²mero de VSD vio la luz, todo esto se hab¨ªa hecho p¨²blico y hab¨ªa estallado el ¡°caso Karen Mulder¡±. Muchos criticaron a la revista, acus¨¢ndola de aprovecharse del fr¨¢gil estado mental de una persona para vender m¨¢s ejemplares con declaraciones escandalosas sin sentido. El director de VSD aseguraba que Mulder estaba consciente y cuerda y sab¨ªa muy bien lo que dec¨ªa. En torno a esta diatriba se desarrollar¨ªa toda la pol¨¦mica posterior: ?estaba Karen Mulder desequilibrada por todo lo que le hab¨ªa sucedido o estaba desequilibrada a secas y se lo hab¨ªa inventado todo?
No todo eran testimonios en televisi¨®n o revistas. La modelo tambi¨¦n acudi¨® a la brigada antiproxenetismo de la polic¨ªa francesa, donde realiz¨® una declaraci¨®n formal repitiendo lo mismo que hab¨ªa contado ante los medios. Pero la investigaci¨®n judicial no lleg¨® a ninguna conclusi¨®n. El caso de Karen Mulder, con las posibles implicaciones de turbios tejemanejes en la industria de la moda que pudiese tener, qued¨® empa?ado para convertirse en otra ca¨ªda libre de personaje que se derrumba por fases ante los ojos del p¨²blico.
Para empezar, estuvo cinco meses ingresada y sedada en el hospital Montsouris. En un giro sorpresivo de los acontecimientos, las facturas del centro las pag¨® Gerald Marie, ex marido de Linda Evangelista y tambi¨¦n el ex presidente de Elite que hab¨ªan figurado en el reportaje de la BBC por ofrecer dinero a una modelo quincea?era a cambio de sexo. Algunos medios apuntaban a que era uno de los hombres a los que Karen hab¨ªa acusado de violaci¨®n. El padre de Mulder manifest¨® que la culpa de todo se deb¨ªa al consumo de coca¨ªna de su hija y a la presi¨®n que hab¨ªa experimentado en su vida profesional.
El videoclip de 'I am what I am', un tema de m¨²sica disco que Karen Mulder public¨® poco despu¨¦s del esc¨¢ndalo.
Cuando sali¨® del psiqui¨¢trico, Karen se retract¨® de todo lo expuesto ¨Cexcepto de los abusos sufridos de ni?a¨C y recuper¨® la carrera musical que hab¨ªa iniciado en el 97, al retirarse de las pasarelas, sacando el tema I am what I am. Su ¨¦xito como canci¨®n veraniega fue mediano, y la promoci¨®n incluy¨® de nuevo una visita al plat¨® de Tout le Monde en Parle en la que solo se mencion¨® de pasada lo sucedido menos de un a?o atr¨¢s. En diciembre de 2002 la historia tomaba un cariz todav¨ªa m¨¢s tr¨¢gico: Mulder fue encontrada en coma en su apartamento de Par¨ªs tras ingerir una sobredosis de barbit¨²ricos. Fue su expareja, Jean-Yves Le Fur, el que dio la voz de alarma. ?ste hab¨ªa saltado a la fama a principios de los noventa como primer novio formal de la princesa Estefan¨ªa de M¨®naco hasta que se public¨® que era un ¡°sinverg¨¹enza y un cazadotes sin estudios¡± que hab¨ªa estado en prisi¨®n por estafa.
Los siguientes a?os de la modelo permanecieron casi en el anonimato. Tuvo una hija, Anna, de paternidad nunca revelada al p¨²blico y volvi¨® a subir a las pasarelas de forma ocasional, pero la siguiente ocasi¨®n en la que volvi¨® a copar titulares fue por otro motivo triste: agredir a su cirujana pl¨¢stica en 2009. Desde entonces, se la ha fotografiado en Saint Tropez o Saint Barth, en im¨¢genes que se vendieron con el gancho ¡°Karen Mulder irreconocible¡±, aunque teniendo en cuenta el tiempo que ha pasado desde sus a?os como supermodelo y su lozano aspecto general, ser¨ªa discutible la aseveraci¨®n de que ha cambiado tanto.
Apenas se recuerda lo que ocurri¨® hace casi veinte a?os, y si se menciona, es como un ejemplo de derrumbe emocional o de trastorno mental asociado al siempre exigente y conflictivo mundo de la moda. Pero lo cierto es que en su discurso tal vez inconexo y f¨¢cilmente ridiculizable hab¨ªa unas cuantas verdades inc¨®modas. La explotaci¨®n que algunos personajes de la industria ejerc¨ªan de forma sistem¨¢tica sobre mujeres j¨®venes y muchas veces inexpertas siempre ua hab¨ªa sido denunciado d¨¦cadas antes del movimiento #MeToo. En 1988, en el segmento American Girls in Paris del programa estadounidense 60 minutos, varias maniqu¨ªes, algunas menores, denunciaban haber sido drogadas y violadas por empresarios como Claude Haddad y Jean-Luc Brunel, al frente de prestigiosas agencias.
Aparec¨ªa tambi¨¦n la sempiterna acusaci¨®n de ser coaccionadas para mantener sexo con hombres ricos y mayores a cambio de trabajar con marcas m¨¢s prestigiosas. Y, sin entrar en el proceloso asunto del abuso de modelos en general (v¨¦ase lo que ocurri¨® con el documental de la BBC), los apartados m¨¢s concretos de su discurso concordaban de lleno con los de otras mujeres que hab¨ªan estado en su misma situaci¨®n. La joven sueca Ebba Karlsson atestigu¨® que Gerald Marie hab¨ªa abusado de ella durante un casting en Par¨ªs, y la tambi¨¦n famosa modelo Carr¨¦ Otis asegur¨® en su biograf¨ªa que cuando ten¨ªa 17 a?os hab¨ªa sido violada por el mismo Marie, entonces prometido de Linda Evangelista.
Puede esgrimirse que todo esto no son acusaciones investigadas y probadas por la justicia, sino testimonios de algo delictivo que sucedi¨® a?os atr¨¢s, pero si algo ha ocurrido en los ¨²ltimos a?os gracias a casos como el de Harvey Weinstein o Jeffrey Epstein es que las din¨¢micas de poder profundamente desiguales que se dan en ciertas ambientes provocan que las v¨ªctimas de abusos hayan estado del todo desprotegidas. El hecho mismo de denunciar era conflictivo porque ten¨ªan mucho m¨¢s que perder si hablaban que si guardaban silencio. Resulta dif¨ªcil discernir qu¨¦ hab¨ªa de fidedigno en las declaraciones de Karen Mulder y qu¨¦ era fruto de una grave crisis de ansiedad, pero la sospecha de que lo que se tild¨® como delirios de una desequilibrada escond¨ªa algo mucho m¨¢s siniestro y perverso permanece hoy con m¨¢s fuerza que nunca.
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