?Va a acabar la pandemia con las oficinas?
Lo sab¨ªamos, pero hab¨ªa que demostrarlo. Hoy est¨¢ claro que trabajar no es calentar la silla. La covid-19 nos ha puesto en nuestro sitio
La oficina ha muerto. Esa forma vetusta de concentrar y organizar el trabajo llevaba languideciendo al menos un par de d¨¦cadas y la covid-19 le ha dado el golpe de gracia. La han matado las circunstancias, pero estaba a punto de morir de inercia y de aburrimiento. Es lo que defienden int¨¦rpretes de la realidad tan visionarios como la periodista brit¨¢nica Catherine Nixey, autora de un art¨ªculo en The Economist dedicado a la defunci¨®n de este reducto ¡°del sopor y la rutina convertidos en sin¨®nimo de eficiencia¡±.
El texto de Nixey parte de una carta escrita en 1822 por un tal Charles Lamb, funcionario de la Compa?¨ªa de las Indias Orientales, a su ¨ªntimo amigo, el poeta William Wordsworth. En ella, confiesa que en la oficina se siente ¡°sepultado entre cuatro paredes, consumido por el tedio¡±, y que solo aspira a retirarse para ¡°disfrutar de un breve par¨¦ntesis de vida entre el trabajo y la muerte, que en el fondo vienen a ser lo mismo¡±. Partiendo del pesimismo existencial de este oficinista, Nixey traza un retrato despiadado de una instituci¨®n que naci¨® tras la Revoluci¨®n Industrial, se consolid¨® en el periodo entre las dos guerras mundiales y se convirti¨® en hegem¨®nica en torno a la d¨¦cada de 1950.
La decadencia habr¨ªa empezado a manifestarse a partir de 1990 y la habr¨ªan acelerado las sucesivas revoluciones digitales del siglo XXI. Estos d¨ªas, la covid-19 ha evidenciado la crisis del modelo. Durante el confinamiento, al menos un tercio de los espa?oles en n¨®mina han realizado jornadas laborales completas desde casa, demostrando que el ritual de reunir a diario a toda la plantilla en un mismo espacio no es imprescindible y tal vez no sea ni siquiera la opci¨®n m¨¢s eficiente. Laszlo Bock, gur¨² internacional de los recursos humanos, presume estos d¨ªas de la alta productividad de su empresa, Humu, durante la pandemia global, algo que atribuye a que ¡°hemos consolidado una cultura de la eficiencia perfectamente compatible con el teletrabajo¡±. Lo dicho: ?la oficina ha muerto?
¡°La oficina atraviesa un periodo de transformaci¨®n profunda que le permitir¨¢ adaptarse mejor a las nuevas necesidades del mercado laboral¡±, Jos¨¦ Mar¨ªa Peir¨®
¡°Los muertos que ustedes matan gozan de muy buena salud¡±, bromea Jos¨¦ Mar¨ªa Peir¨®, catedr¨¢tico en Psicolog¨ªa del Trabajo e investigador residente en el Instituto Valenciano de Investigaciones Econ¨®micas, ¡°la oficina est¨¢ atravesando m¨¢s bien un periodo de transformaci¨®n profunda que le permitir¨¢ adaptarse mejor a las nuevas necesidades del mercado laboral¡±. Peir¨® traza un futuro de ¡°jornadas flexibles, tanto en espacios como horarios, y equipos que trabajar¨¢n por objetivos sustituyendo cada vez m¨¢s la cultura del control por la de la cooperaci¨®n, la implicaci¨®n y la confianza¡±. En este contexto, es de prever que ¡°seguir¨¢ existiendo un espacio f¨ªsico de reuni¨®n y puesta en com¨²n de proyectos y objetivos, pero lo que cada vez tiene menos sentido y va camino de desaparecer es el profesional anclado a su escritorio con un horario r¨ªgido y sometido a jerarqu¨ªas abusivas y normas arbitrarias que atentan contra su bienestar, su salud y su productividad¡±. Es decir, que lo que est¨¢ en v¨ªa de desaparici¨®n son ¡°los aspectos m¨¢s nocivos de la cultura de oficina¡±, empezando por ¡°los espacios hacinados, poco confortables y no optimizados desde el punto de vista energ¨¦tico¡±.
Peir¨® cree que nos asomamos a un mucho m¨¢s estimulante futuro de ¡°oficinas paisaje (landscape offices), con espacios abiertos, ¨¢reas comunes de reuni¨®n o relax, confort y gasto energ¨¦tico optimizado¡±. En ese contexto, trabajo a distancia y peri¨®dicas reuniones en esta nueva ¨¢rea com¨²n tender¨¢n a coexistir ¡°en el marco de una nueva cultura de la flexibilidad y la confianza en la organizaci¨®n de equipos¡±.
?ngel El¨ªas, decano de la Facultad de Relaciones Laborales y Trabajo Social de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, prev¨¦ que la existencia o no de futuras pandemias que lleven a nuevos periodos de aislamiento forzoso ser¨¢n las que determinen el ritmo al que se seguir¨¢ generalizando el teletrabajo. ¡°Pero las oficinas seguir¨¢n existiendo, al menos, durante una fase intermedia¡±. Para El¨ªas, el coronavirus ha acelerado un proceso que ya se estaba produciendo, al generalizar ¡°el uso de herramientas y formas organizativas que anteriormente hab¨ªan sido poco practicadas¡±.
Sin embargo, en opini¨®n del decano, ¡°tambi¨¦n ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad del actual sistema econ¨®mico basado en las reglas del mercado, donde la deslocalizaci¨®n ha impedido dar respuesta a necesidades urgentes. Adem¨¢s, la aparici¨®n de la covid-19 ha demostrado que caben otras formas de organizaci¨®n que permiten superar la situaci¨®n de emergencia clim¨¢tica en que nos hallamos¡±.
¡°Desarrollar un v¨ªnculo con una mesa de trabajo y sentir que eso da sentido a tu vida puede ser enfermizo¡±, Jes¨²s Castells
Pese a todo, considera que Espa?a no est¨¢ preparada para teletrabajar de manera masiva: ¡°Much¨ªsimas empresas no tienen los medios adecuados y, especialmente, muchas personas no cuentan con las condiciones para realizar los trabajos desde sus hogares, tanto por la inexistencia de espacios adecuados en los mismos como por la imposibilidad de concentrarse y atender debidamente el trabajo, al convivir con otras personas¡±. El¨ªas advierte, adem¨¢s, que ¡°los humanos somos seres sociales y las personas necesitamos sentirnos parte de un equipo, para lo que la coincidencia en el lugar de trabajo es muy importante¡±.
Jes¨²s Castells, autor de irreverentes ensayos sobre el mercado laboral, la brecha digital y los recursos humanos como Josdeputaaa! Me han echao o Emprender a hostias, se siente un pionero ¡°a su pesar¡± de la transici¨®n de la cultura de oficina a la del teletrabajo: ¡°Soy uno de tantos profesionales mayores de 45 a?os que se cayeron de la rueda y tuvieron que reinventarse en precario. Ahora ejerzo de analista y de mentor de profesionales que quieren reorientar sus carreras y, adem¨¢s, soy padre y marido a tiempo completo, lo que me llena de orgullo, aunque a veces sienta un vac¨ªo en el est¨®mago al consultar mi cuenta corriente¡±.
Castells extra?a la interacci¨®n social que le ofrec¨ªan las oficinas, pero considera que ¡°el futuro pasa por crear proximidad a distancia, sentirte parte de un equipo aunque sus integrantes est¨¦n dispersos y, sobre todo, no perder de vista que tu entorno laboral no es un edificio, sino una serie de gente¡±. Para Castells, ¡°desarrollar un v¨ªnculo con una mesa de trabajo y sentir que eso da sentido a tu vida puede ser enfermizo, compartir proyectos e ideas con otras personas es lo que de verdad da una dimensi¨®n humana al trabajo y hace que pueda ser f¨¦rtil y enriquecedor¡±. De su etapa de directivo en varias multinacionales, dice, solo a?ora una cosa: ¡°La n¨®mina¡±.
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