¡®Unorthodox¡¯ en la vida real
Eli Rosen creci¨® en una comunidad satmar de Nueva York, pero decidi¨® romper con la religi¨®n. Convertido en actor y traductor de yidis, fue el asesor sobre juda¨ªsmo que dio rigor a la exitosa serie sobre los jud¨ªos jas¨ªdicos
A diferencia de la mayor¨ªa de hogares jas¨ªdicos de su barrio, el de Eli Rosen s¨ª ten¨ªa televisi¨®n. Se les permiti¨® tenerla ya que su abuela padec¨ªa alzh¨¦imer, pero en cuanto muri¨® qued¨® bajo llave en el s¨®tano. Rosen, entonces adolescente, se escapaba a hurtadillas para encontrar su ventana al mundo y empez¨® a imaginarse un destino diferente para s¨ª mismo. Pero un d¨ªa vio en esa misma tele Una extra?a entre nosotros (Sidney Lumet, 1992), que retrataba su mundo, y no daba cr¨¦dito: ¡°Todo estaba mal. El vestuario, el idioma, las costumbres¡ Me qued¨¦ horrorizado, en shock. La televisi¨®n era mi cable con el mundo exterior y me di cuenta de que no me pod¨ªa fiar. ?C¨®mo pod¨ªa saber si lo que cre¨ªa que sab¨ªa era correcto?¡±.
Eli Rosen tiene hoy 40 a?os, es licenciado en Derecho, actor y traductor de yidis-ingl¨¦s. Y tambi¨¦n consultor para la industria del entretenimiento, de manera que se encarga de que no se vuelvan a repetir patinazos como los de aquella pel¨ªcula con Melanie ?Griffith y que tambi¨¦n ha detectado en, por ejemplo, Los Soprano. El primer gran proyecto que ha contado con ¨¦l ha sido la serie de Netflix Unorthodox, basada en el libro autobiogr¨¢fico de Deborah Feldman. En ella se muestra con todo lujo de detalles, y en la lengua original de la comunidad jud¨ªa askenaz¨ª, el claustrof¨®bico mundo de la comunidad jas¨ªdica de Williamsburg, en Nueva York. ¡°Ten¨ªan un compromiso tan fuerte con el rigor de la historia que me implicaron en la escritura del guion y me tuvieron tambi¨¦n en el rodaje, en el dise?o de vestuario, en el c¨¢terin, me fui de compras con la directora de arte y estuve en la sala de montaje. Es parte de una tendencia que veo en toda la industria: que sea todo m¨¢s naturalista, que la lengua que se ve en la pantalla es la que los personajes hablar¨ªan en realidad¡±.
Rosen, que hace un papel de rabino en la serie y hasta canta temas tradicionales, comparte con la protagonista, Esty Shapiro (Shira Haas), esa huida instintiva pero no necesariamente furiosa de la vida jas¨ªdica. ?l no viv¨ªa en Williamsburg, sino en otra comunidad satmar, en Borough Park. Sus padres hab¨ªan sido educados en ingl¨¦s y ten¨ªan t¨ªtulos universitarios, por lo que s¨ª dejaron que sus hijos (¡°somos una familia relativamente peque?a, solo cinco hermanos¡±) estudiaran algo m¨¢s que la Tor¨¢. Fue al cursar sus estudios de Derecho en la Cardozo School of Law (un campus ortodoxo, pero una Facultad laica) cuando Rosen avanz¨® la metamorfosis que inici¨® la tele. ¡°Me identificaba m¨¢s con gente de color, con gente queer, con gente progresista que con los que presuntamente eran como yo¡±. Primero se pas¨® de la comunidad satmar a la Chabad-Lubavitch, m¨¢s moderna, pero todav¨ªa jas¨ªdica. Y a los 32 a?os parti¨® peras con la religi¨®n y entr¨® en crisis de identidad. ¡°Tampoco era feliz como abogado, sent¨ª que necesitaba hacer algo m¨¢s con mi vida. Un d¨ªa, dos actrices me contactaron por temas legales. Mencionaron un taller de teatro experimental para actores exjas¨ªdicos que hablaran yidis. Si eso no era una se?al del universo, ?qu¨¦ otra cosa pod¨ªa ser?¡±, recuerda. En ese taller se alinearon los planetas: estaba dirigido por Mil¨¦na Kartowski-A?ach, experta en teatro pol¨ªtico y teatroterapia, y el ¨²ltimo d¨ªa apareci¨® David Mandelbaum, el director art¨ªstico del Yiddish Rep, que produce teatro en esta lengua en pleno Manhattan. Ocho a?os despu¨¦s, Rosen ha actuado en varias obras y ha traducido Rinoceronte, de Eug¨¨ne Ionesco, o Awake And Sing!, de Clifford Odets. Cumple as¨ª su misi¨®n de abrir horizontes a todos aquellos que solo lean yidis y es ya miembro de honor de los ¡°yidistas¡±: el brazo laico de esta cultura que ha hecho posible que una serie tan cr¨ªtica con la comunidad jas¨ªdica haya podido ser rodada con actores de calidad en una lengua tan minoritaria y con un rigor casi acad¨¦mico. Sintiendo que hab¨ªa encontrado su sitio, Rosen se mud¨® al Bronx y hoy reside en la casa donde viv¨ªa la poetisa y compositora Beyle Schaechter-Gottesman.
Rosen lamenta que la comunidad jas¨ªdica de Estados Unidos coquetee con la derecha. ¡°En general les gusta Trump, apoyan casi todo lo que hace, y es ir¨®nico porque ser¨ªa l¨®gico pensar que apoyar¨ªan el ideario dem¨®crata. Son familias grandes que viven cerca del umbral de la pobreza, se benefician de todo tipo de ayudas sociales, son hijos de emigrantes, no tienen educaci¨®n superior¡ Pero, por alguna raz¨®n, hasta los m¨¢s pobres se ven a s¨ª mismos como clase alta¡±, asegura. Con sus padres hace tiempo que no habla de pol¨ªtica y nunca aceptaron su volantazo profesional. ¡°No entienden que, si me separ¨¦ de la religi¨®n, siga tan interesando en la cultura¡±, asegura.
Rosen explica as¨ª la diversidad dentro de la ortodoxia: ¡°Est¨¢n los modernos, que llevan la kip¨¢ pero no se visten de manera tradicional. Mantienen las reglas, observan el sabbat y comen kosher, pero creen en la ciencia, van a la universidad y participan en el mercado. No hablan yidis, sino ingl¨¦s. Los ultraortodoxos son los que visten de manera tradicional, es m¨¢s probable que hablen yidis y no van a la universidad. Dentro de la ultraortodoxia, los jas¨ªdicos son los m¨¢s fundamentalistas. Si ves a alguien con tirabuzones largos y chaqueta larga, es bastante probable que lo sea¡±.
Unorthodox se centra en lo m¨¢s extremo de la ultraortodoxia, pero Rosen niega que est¨¦ reforzando opiniones negativas. ¡°Los antisemitas no lo son porque sepan demasiado sobre juda¨ªsmo, sino porque no saben nada¡±. Las cr¨ªticas internas a la serie tampoco han faltado, como era de esperar. ¡°Han sido en una parte peque?a, pero mucha gente de la comunidad s¨ª me ha dicho que les ha encantado, que se han sentido representados y escuchados¡±, asegura.
Para saber m¨¢s sobre la ultraortodoxia, Rosen recomienda dos comedias rom¨¢nticas: la franco-canadiense Felix et Meira (Maxime Giroux, 2014) y la israel¨ª Fill The Void (Rama Burshtein, 2012). Y sobre los riesgos de esta pasi¨®n pop por lo jas¨ªdico que convierte los barrios satmar de Nueva York en carne de gira tur¨ªstica opina: ¡°A la comunidad no le gusta, pero ?sabes d¨®nde van en vacaciones? A ver a los ?amish, y se r¨ªen de que no tengan tel¨¦fono¡±. ¡ªeps
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