El viejo Papa se despide de casi todo
El viaje de Benedicto XVI a Alemania para visitar a su hermano enfermo y la publicaci¨®n de una biograf¨ªa simbolizan el ¨²ltimo tramo vital del ¨²nico Pont¨ªfice que renunci¨® en 600 a?os.
El papa em¨¦rito Benedicto XVI es una fuente inagotable de sorpresas. Su conocido apego a la tradici¨®n oculta un esp¨ªritu independiente. Lo demostr¨® en febrero de 2013 al presentar su dimisi¨®n. Toda una papeleta para el Vaticano, que no se hab¨ªa enfrentado a la renuncia de un Pont¨ªfice en los ¨²ltimos 600 a?os. Y lo ha vuelto a demostrar ahora, en peque?a escala, embarc¨¢ndose a los 93 a?os de edad en su primer viaje internacional como em¨¦rito.
Benedicto, que vive recluido en un peque?o monasterio dentro de los Jardines Vaticanos, se prodiga bien poco en p¨²blico. Para la Santa Sede no debi¨® de ser f¨¢cil organizarle un nuevo estatus que no hiciera demasiado absurda la coexistencia de dos papas. De ah¨ª el perfil baj¨ªsimo del alem¨¢n.
Pero terminado el confinamiento, el 18 de junio, Joseph Ratzinger, vestido con su impecable sotana papal, tom¨® un vuelo con destino a M¨²nich. En su perfecto atuendo solo desentonaban unas sandalias negras en lugar de sus famosos mocasines rojos. Em¨¦rito pero Papa al fin, la Rep¨²blica italiana puso a su disposici¨®n la aeronave, y la Santa Sede, un peque?o s¨¦quito (una religiosa, m¨¦dico y enfermero y el vicecomandante de la Gendarmer¨ªa vaticana), para reforzar a su fiel secretario Georg G?nswein.
Si en 2013 nadie entendi¨® su dimisi¨®n, todo el mundo ha comprendido ahora los motivos de su viaje. Su hermano mayor, Georg, agonizaba en un hospital de Ratisbona. Ratzinger quer¨ªa despedirse de quien, seg¨²n confesi¨®n propia, le ha servido siempre de gu¨ªa. Pocos d¨ªas despu¨¦s del encuentro, Georg fallec¨ªa a los 96 a?os. Director del coro infantil de la catedral de Ratisbona, su imagen se vio empa?ada en 2017 cuando se destap¨® un esc¨¢ndalo de malos tratos y abusos sexuales en la escuela del coro que no hab¨ªa sido capaz de detectar.
El viaje, de apenas cuatro d¨ªas, ha proporcionado adem¨¢s a Ratzinger la ocasi¨®n de despedirse de su Baviera natal. Hacer un ¨²ltimo peregrinaje a la casa donde naci¨®, al cementerio donde est¨¢n enterrados sus padres y su hermana. Volver a pisar la catedral y, quiz¨¢s, la universidad en la que fue catedr¨¢tico de Teolog¨ªa Dogm¨¢tica. Una despedida oficializada por la nueva y monumental biograf¨ªa (Benedicto XVI, una vida) del escritor Peter Seewald que se acaba de publicar en Alemania. Un volumen de 1.200 p¨¢ginas que, seg¨²n declaraciones de Seewald al peri¨®dico National Catholic Register, incluye entrevistas in¨¦ditas con el Pont¨ªfice en las que insiste en que su dimisi¨®n no tuvo nada que ver con el esc¨¢ndalo Vatileaks ¡ªla difusi¨®n de cartas y documentos robados al Papa llevada a cabo por su mayordomo¡ª que amarg¨® el ¨²ltimo tramo de su pontificado. La decisi¨®n la tom¨® porque le faltaban las fuerzas necesarias para seguir dirigiendo la Iglesia. Benedicto XVI, que prepara un testamento doctrinal que solo ver¨¢ la luz a su muerte, asegura mantener excelentes relaciones con el papa Francisco.
Algunas voces cr¨ªticas han lamentado lo hagiogr¨¢fico del libro. Adem¨¢s de ser su bi¨®grafo oficial, Seewald admira al Papa alem¨¢n. Pero ¨²ltimamente los elogios no le llegan solo del campo conservador. La escritora y periodista Christine Pedotti, coautora de un dur¨ªsimo libro sobre el legado de Juan Pablo II, reconoc¨ªa en el diario Le Monde el gran nivel de te¨®logo del Papa em¨¦rito y sosten¨ªa que Ratzinger estaba ¡°mucho mejor armado intelectualmente¡± que Wojtyla. Y si el Papa polaco demostr¨® su temple recorriendo el mundo casi paralizado por la enfermedad, Benedicto, tambi¨¦n minado por la edad, ha sido capaz de imitarlo en este ¨²ltimo viaje.
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