La noche del cometa

Escribo este post de noche y a vuelapluma, tan feliz como un ni?o que acabase de descubrir a su primer amor. Vengo de ver una maravilla ef¨ªmera: el cometa Neowise C/2020 F3, uno de los m¨¢s brillantes de la ¨²ltima d¨¦cada, a pesar de que ahora se mueve a m¨¢s de 103 millones de kil¨®metros de la Tierra. Neowise debe su nombre a la misi¨®n Near-Earth Object Wide-field Infrared Survey Explorer de la NASA, que lo descubri¨® en marzo de 2020 (justo cuando se dispar¨® la pandemia de coronavirus, aparentemente dando la raz¨®n a quienes, en la Antig¨¹edad y en la Edad Media, asociaban la aparici¨®n de cometas con cat¨¢strofes y calamidades). Se ha podido ver en julio desde todo el hemisferio norte, y aunque ahora ya se aleja del sistema solar y no volver¨¢ hasta dentro 6.800 a?os, todav¨ªa se puede contemplar a simple vista: un breve trazo de tiza blanca en el firmamento nocturno, sobre los campos de girasoles.

Hay que elegir lugares sin contaminaci¨®n lum¨ªnica. Este fin de semana hay Luna Nueva, lo que favorece la observaci¨®n. Aplicaciones gratuitas como Google Sky Map sit¨²an e identifican en el cielo nocturno (aunque tambi¨¦n funciona de d¨ªa o con el cielo nublado) planetas, galaxias, estrellas, cometas y constelaciones.Se recomienda buscarlo despu¨¦s de la puesta de Sol, hacia el Noroeste y justo encima del horizonte.

Entre Polaris y la Osa Mayor

A lo largo de la historia, la humanidad ha organizado la b¨®veda celeste asignando unas agrupaciones arbitrarias a las estrellas, que llamaron constelaciones. La imaginaci¨®n permiti¨® asociar los dibujos que formaban con animales o figuras mitol¨®gicas, diferentes seg¨²n la civilizaci¨®n que observaba el cielo nocturno. Algunas estrellas, como Polaris ¡ªla estrella polar, que marca el Norte¡ª, y las constelaciones cercanas a ellas como la Osa Mayor, pueden verse toda la noche y durante todo el a?o. Justo entre ambas anda estos d¨ªas Neowise.

Vega, Deneb y Altair

En el hemisferio norte, la V¨ªa L¨¢ctea, nuestra galaxia, alcanza una posici¨®n muy alta las noches estivales, atravesando el conocido como Tri¨¢ngulo de Verano, un patr¨®n formado por tres de las estrellas m¨¢s brillantes del firmamento ¡ªVega, Deneb y Altair¡ª. Este se puede ver en la parte superior del cielo (mirando hacia el Sur), junto a sus tres constelaciones asociadas: Lyra, Cygnus y Aquila. Tambi¨¦n se pueden distinguir hacia el sur otras constelaciones como Casiopea, Sagitario y Escorpio con su palpitante coraz¨®n: la s¨²per gigante roja Antares, o los planetas J¨²piter, Saturno o Marte, que ahora est¨¢ en oposici¨®n con la Tierra (a unos 55 millones de kil¨®metros de distancia en l¨ªnea recta, frente a los 225 millones de kil¨®metros de media) y es visible toda la noche como una bolita roja. Todos los planetas, al igual que las constelaciones del zodiaco, se alinean siguiendo una l¨ªnea imaginaria llamada ecl¨ªptica (el plano por el que orbitan los planetas).

Pide un deseo

Otro cometa, el 109P/Swift-Tuttle (descubierto independientemente por Lewis Swift el 16 de julio de 1862 y por Horace Parnell Tuttle el 19 de julio de 1862), es el responsable de una de las mayores lluvias de estrellas del a?o: las Perseidas, o l¨¢grimas de San Lorenzo, atraviesan el cielo nocturno entre los meses de julio y agosto, con un pico de m¨¢xima actividad entre el 12 y el 13 de agosto, la noche de San Lorenzo, cuando la Tierra cruza la ¨®rbita del cometa. Su radiante est¨¢ en la constelaci¨®n de Perseo. Seg¨²n la mitolog¨ªa, este h¨¦roe griego era hijo del dios Zeus, que baj¨® del Olimpo en forma de lluvia de oro para poseer a la bella D¨¢nae. Las Drac¨®nidas (por su radiante en la constelaci¨®n del Drag¨®n) aparecen cada a?o a principios de octubre y tienen su origen en la nube de part¨ªculas que dej¨® el cometa 21P/Giacobini-Zinner la ¨²ltima vez que se acerc¨® a la tierra, a finales del siglo XIX. En 2011, la lluvia de Drac¨®nidas alcanz¨® una intensidad de un meteoro por minuto. Entre el 15 y el 21 de noviembre surcan el cielo, dejando una bonita estela de color verde: las Le¨®nidas, llamadas as¨ª por su aparente origen en la constelaci¨®n de Leo.