El envejecimiento cerebral es inevitable, pero se puede retrasar
Entender qu¨¦ le ocurre al cerebro con el paso de los a?os puede ayudar a afrontar las ¨²ltimas etapas de la vida con una actitud m¨¢s positiva
El envejecimiento es un proceso dif¨ªcil de aceptar para muchas personas, incluso hay quien lo rechaza e intenta evitarlo. Sin embargo, se trata de un fen¨®meno completamente natural que forma parte del ciclo de la vida. De hecho, desde la Organizaci¨®n Mundial de Salud (OMS) se nos invita a envejecer bien.
Dado que el cerebro dirige toda nuestra actividad vital, es muy importante entender qu¨¦ le ocurre con el paso de los a?os. Este conocimiento nos puede ayudar a afrontar las ¨²ltimas etapas de la vida con una actitud m¨¢s positiva.
?Por qu¨¦ envejecemos?
Esta pregunta, que ha intrigado a la humanidad desde la antig¨¹edad, tiene f¨¢cil respuesta si consideramos el cuerpo como un simple envoltorio para nuestros genes. Una vez alcanzamos la madurez sexual y transmitimos nuestra herencia (genes) a nuestros descendientes, el cuerpo pierde su funci¨®n principal. En ese momento entra en juego el envejecimiento para poner fin al envoltorio, pero no a la vida en sentido amplio, que contin¨²a a trav¨¦s de esa descendencia.
Hay muchas causas que provocan el envejecimiento. Una de las m¨¢s importantes es el ac¨²mulo de radicales libres. Lo que sucede es que nuestras c¨¦lulas no dejan de trabajar en ning¨²n momento a lo largo de toda nuestra vida. Como consecuencia de esta intensa actividad se producen unas mol¨¦culas muy inestables, los radicales libres, que tienen la capacidad de alterar y da?ar nuestras c¨¦lulas. Entramos entonces en un c¨ªrculo vicioso en el que estas alteraciones producen nuevos radicales libres incesantemente.
No todos los animales envejecen igual
La forma de envejecer no es igual en todos los animales. Los humanos envejecemos de manera lenta y progresiva. Gracias a eso, los individuos mayores a¨²n pueden cuidar de su descendencia (genes). Por el contrario, el salm¨®n del Pac¨ªfico sufre un envejecimiento brusco y una muerte prematura tras su ¨²nica oportunidad de reproducci¨®n.
En el extremo opuesto est¨¢ la rata topo desnuda, un curioso roedor resistente a algunos tipos de dolor. Raramente padece c¨¢ncer, y envejece a una velocidad extremadamente lenta. De hecho, su riesgo de muerte no aumenta con la edad.
El cerebro es muy sensible frente al envejecimiento
El cerebro controla todas las funciones del cuerpo humano, por lo que su envejecimiento afecta a todo el organismo. Solo representa el 2% del peso corporal, pero es el principal consumidor de ox¨ªgeno y glucosa. Eso implica que tiene una tasa metab¨®lica muy alta y acumula muchos radicales libres, responsables directos del envejecimiento. De hecho, estudios cient¨ªficos recientes sugieren que el envejecimiento cerebral pueda comenzar ya a la temprana edad de 25 a?os.
Adem¨¢s, durante el envejecimiento cerebral ocurren otras muchas alteraciones. El cerebro pierde peso y neuronas, a la par que disminuye la velocidad de transmisi¨®n del impulso nervioso. Tambi¨¦n se acumulan algunos pigmentos (lipofuscina) y prote¨ªnas (¦Â-amiloide) que pueden producir muerte y desconexi¨®n entre neuronas. Estas alteraciones se acent¨²an cuando aparecen enfermedades asociadas a la edad, como el p¨¢rkinson o el alzh¨¦imer.
Al final, todos estos fen¨®menos acaban afectando a las neuronas, esto es, las c¨¦lulas principales del sistema nervioso. Por suerte, no todas mueren, son muchas las que permanecen en buen estado, mientras otras pierden algunas de sus ramificaciones. Esta p¨¦rdida implica menos conexiones entre neuronas y menor velocidad de transmisi¨®n del impulso nervioso.
Nuestro estilo de vida puede retrasar el envejecimiento cerebral
Afortunadamente, podemos desarrollar estrategias para tener un envejecimiento cerebral m¨¢s saludable. Se puede fomentar la socializaci¨®n, ya que los lazos sociales pueden ayudar a retrasar el envejecimiento cerebral. Otra estrategia consiste en intentar evitar la exposici¨®n a contaminantes ambientales, aunque hay que admitir que no depende exclusivamente de cada individuo, sino de la sociedad en general.
M¨¢s f¨¢cil (e individual) es tratar de mejorar nuestro estilo de vida, fundamentalmente controlando nuestra dieta y actividad f¨ªsica. Se ha demostrado que una actividad f¨ªsica ligera, como caminar, puede evitar la p¨¦rdida de volumen cerebral asociada al envejecimiento. Junto al ejercicio f¨ªsico adecuado, una dieta equilibrada puede reducir el ac¨²mulo de los ya mencionados radicales libres. Estas medidas pueden fortalecer nuestras defensas y retrasar el deterioro cerebral y la aparici¨®n de enfermedades.
Concretamente existen varios alimentos que mantienen el cerebro fuerte frente al envejecimiento. Es el caso de los flavonoides del cacao, que se relacionan con una mejor circulaci¨®n sangu¨ªnea y memoria.
Por otro lado, el consumo de h¨ªgado y yema de huevo, ricos en fosfatidilserina y ¨¢cido fosfat¨ªdico, ayudan a mejorar la memoria en personas mayores sanas y enfermas. Sin olvidar que la ingesta de alimentos ricos en colina ¨Ccomo el bacalao, el huevo cocido o el h¨ªgado de ternera¨C favorece los sistemas de comunicaci¨®n en el cerebro y lo protege disminuyendo el dep¨®sito de prote¨ªnas da?inas. Los ¨¢cidos grasos omega-3 y omega-6 tambi¨¦n refuerzan las conexiones entre neuronas y le paran los pies al envejecimiento de la sesera.
Visto todo lo anterior, hay que dejar de relacionar el envejecimiento exclusivamente con la enfermedad o la falta de productividad. Lo podemos ver desde una perspectiva m¨¢s optimista y natural. Recordemos al gran Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez cuando dec¨ªa que ¡°¡uno envejece m¨¢s r¨¢pido en los retratos que en la vida real¡±.
Santos Blanco Ruiz es profesor sustituto interino en el ¨¢rea de Biolog¨ªa Celular de la Universidad de Ja¨¦n; ?ngeles Peinado? es profesora de Biolog¨ªa Celular en la misma universidad y Raquel Hern¨¢ndez Cobo es profesora titular de Biolog¨ªa Celular tambi¨¦n en la Universidad de Ja¨¦n.
Este art¨ªculo fue publicado en The Conversation. Aqu¨ª puede ver el art¨ªculo original.
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