?Qui¨¦n masturba a mi hijo si ¨¦l no puede?
La diversidad funcional condiciona la vida sexual de afectados y familiares
Por la implicaci¨®n de organismos, autoridades y ministerios, parece que la vida sexual de las personas con diversidad funcional fuera una entelequia.
Somos medianamente conscientes de lo que supone vivir con una discapacidad que condicione tu vida desde que te levantas hasta que te acuestas. Pero no siempre caemos en todas sus necesidades. Sabemos que es muy dif¨ªcil sortear obst¨¢culos en las ciudades; entendemos que los edificios sean accesibles, pero pocas veces nos planteamos que esas personas, como todas, desean y son deseados. A estas personas no les sucede su diversidad de vez en cuando. No es una dolencia que ocurra a veces. Es el d¨ªa a d¨ªa con todas sus consecuencias. Las personas con diversidad funcional, como bien se muestra en el documental Yes, We Fuck, buscan la manera de satisfacer sus propios deseos y los de las personas que aman.
Pero esto, a veces, afecta a terceros.
"Mi padre siempre tuvo el pesar de que ¨¦l conduc¨ªa cuando tuvimos el accidente que me dej¨® en la silla de ruedas". Amancio lleva m¨¢s a?os en esa silla que andando. Ten¨ªa 12 a?os cuando se rompi¨® la C4. Una cervical que, al quebrarse, paraliz¨® sus piernas. "Su relaci¨®n conmigo es extra?a. Siempre quiere agradarme. Siempre se preocupa de que est¨¦ bien. Quiz¨¢s demasiado, porque ¨¦l no es responsable de lo que me pas¨®, pero siente la carga encima". Por eso Amancio no se extra?¨® cuando su padre le pregunt¨®, al cumplir los 17 a?os, si quer¨ªa que le pagara los servicios de una prostituta. "Me pill¨® de sorpresa porque no lo esperaba. Evidentemente, sab¨ªa lo que era el sexo. Sab¨ªa que mi sexualidad era diferente, pero estaba justo descubri¨¦ndola. No supe encajar muy bien que fuera mi padre el que me ofreciera el servicio. Me sent¨ª como un cr¨ªo al que malcr¨ªan". El padre de Amancio hizo este ofrecimiento con toda la buena intenci¨®n del mundo, pero no supo gestionar c¨®mo facilitar la sexualidad de su hijo.
Las personas con diversidad funcional necesitan un acompa?amiento determinado a la hora de plantear su sexualidad. "Intentamos que todos los procesos pasen a trav¨¦s del cuerpo. Que cada persona con un cuerpo diferente, una sexualidad diferente, una mentalidad diferente y un deseo diferente experimente en su propio ser todo lo que desea". Charo Ricart est¨¢ al frente de sexualidadfuncional.es. M¨¦dico, sex¨®loga y con una diversidad funcional que le impide alcanzar con las manos todas las partes de su cuerpo, certifica que la sexualidad es personal e intransferible. Cada caso es un mundo. "Las personas que nacemos con una malformaci¨®n crecemos con ella", subraya. "Lo que hace que tambi¨¦n aprendamos a darnos placer. Roz¨¢ndonos, acariciando las partes a las que llegamos, se deja el sexo coitocentrista para aprender otro tipo de sexualidades en las que, quiz¨¢s, los genitales a los que no llegas, no sean lo m¨¢s importante de tu placer", explica.?
Masturbadores para personas con diversidad funcional, como tal, apenas hay. Algunas marcas publicitan modelos muy sencillos de manejar, similares al m¨ªtico Hitachi magic band, masajeador de ¨¦xito rotundo en la teletienda. S¨ª encontramos un modelo espec¨ªfico de silla, Intimate Rider, que facilita poder tener relaciones sexuales, mediante movimientos de balanceo. Una vez que farmacol¨®gicamente se solventa el problema de la erecci¨®n, la movilidad con la pareja est¨¢ garantizada. Pero m¨¢s all¨¢ de eso, pocos. Precisamente porque cada cuerpo es diferente, eso nos hace diversos, los masturbadores tambi¨¦n deber¨ªan serlo. Pero eso no solo pasa con las personas con diversidad funcional. Quien m¨¢s y quien menos tiene alg¨²n modelo en la cabeza de gran ¨¦xito que fue un aut¨¦ntico fracaso en su caso. Yo, por ejemplo, no le pillo la gracia al succionador de cl¨ªtoris, ya lo siento. Y miren que lo he intentado...
Ana Alonso Caballo, psic¨®loga, insiste en la necesidad de que no sean los familiares de la persona con diversidad funcional los que se responsabilicen de satisfacer su sexualidad. " Yo empezar¨ªa por la obligaci¨®n. Obligaci¨®n, evidentemente, no hay. Las personas con diversidad funcional tienen derecho a disfrutar de su vida lo m¨¢s completamente posible y, por eso, adaptamos la vida para que sea m¨¢s c¨®moda para ellos. Tienen derecho a disfrutar de la vida sexual, pero sin que sea una obligaci¨®n para sus familiares".? Una tercera persona es la soluci¨®n. Encontrar esa tercera persona es lo complicado, porque el tema de los asistentes sexuales no es f¨¢cil. Mientras Francia trata de encontrar acomodo a este trabajo al margen de la prostituci¨®n, en Espa?a, apenas unas pocas asociaciones se preocupan de ello. Asistenciasexual.org es una. Pensar que ya est¨¢ todo conseguido es un error: a los asistentes sexuales hay que pagarles por su trabajo, lo que limita su asistencia a los que tienen dinero.
Una vez m¨¢s, el placer y la satisfacci¨®n, solo para unos pocos.
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