Macron abre el debate sobre la ayuda sexual a las personas discapacitadas
El presidente franc¨¦s apela a la dignidad de los afectados, argumento usado tambi¨¦n para defender la prohibici¨®n del proxenetismo y la prostituci¨®n
El presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, ha abiero el debate de si el derecho a disfrutar de una vida sexual forma parte de la ¡°dignidad¡± de la persona y si admitirlo implica facilitar ese tipo de servicios para las personas con discapacidades. Macron present¨® ese dilema, sin especificar su posici¨®n, durante un discurso en la Conferencia Nacional de la Discapacidad, organizada el martes en el Palacio del El¨ªseo.
¡°No debe ser un tab¨² en nuestra sociedad¡±, declar¨® el presidente franc¨¦s. El Gobierno galo ha elevado una consulta al Comit¨¦ Consultivo Nacional de ?tica (CCNE, por sus siglas en franc¨¦s). Otro organismo gubernamental, el Alto Consejo por la Igualdad entre hombres y mujeres (HCE), ha avisado de que ¡°legalizar la compra de servicios sexuales¡± ser¨ªa contrario a la legislaci¨®n que regula la prostituci¨®n en Francia. J¨¦r¨¦mie Boroy, presidente del Consejo Nacional Consultivo para las personas discapacitadas, celebr¨® que se abra la discusi¨®n ¡°m¨¢s all¨¢ de las caricaturas con frecuencia escuchadas y le¨ªdas¡±.
El debate no es nuevo. En 2011, la entonces ministra de la Solidaridad y la Cohesi¨®n Social, Roselyne Bachelot, elev¨® una consulta similar a CCNE. En un dictamen publicado en 2012, y apoy¨¢ndose en el principio de que el cuerpo humano no es una mercanc¨ªa, este organismo neg¨® la existencia de un ¡°deber y obligaci¨®n¡± por parte de la sociedad de suministrar servicios sexuales a los discapacitados.
Legalizar a los asistentes sexuales
En un comunicado, el Alto Consejo para la Igualdad describi¨® la posible legalizaci¨®n de los asistentes sexuales como ¡°una forma de legalizaci¨®n de la prostituci¨®n¡±.
Este organismo se opone ¡°con firmeza¡± a cualquier propuesta en ese sentido. El Consejo ¡°exhorta¡± al Gobierno franc¨¦s a ¡°disociar¡± la ¡°leg¨ªtima¡± aspiraci¨®n de toda persona a una vida sexual, de la explotaci¨®n de los seres humanos y la mercantilizaci¨®n de los cuerpos¡±.
La pol¨¦mica qued¨® aparcada. Hasta ahora. La actual secretaria de Estado Sophie Cluzel, despu¨¦s de tomar nota de ¡°la evoluci¨®n de la sociedad desde el dictamen de 2012¡±, envi¨® el 8 de febrero una carta a Jean-Fran?ois Delfraissy, presidente del CCNE, con una nueva consulta sobre ¡°si se puede o no reivindicar la libertad de recurrir a servicios sexuales¡±. Cluzel tambi¨¦n pidi¨® la apertura de un ¡°debate ciudadano¡± sobre la cuesti¨®n.
En Francia la ley penaliza a los clientes de la prostituci¨®n y a los proxenetas. Todo el debate es si la asistencia sexual a personas en situaci¨®n de discapacidad puede incluirse en este marco legal y en consecuencia supondr¨ªa un atentado a la dignidad humana o si, al contrario, el derecho a una vida sexual forma parte de la dignidad humana.
El dictamen de 2012 abord¨® esos dilemas. Los expertos constataron que ¡°todas las organizaciones¡± que apoyan a las personas discapacitadas insisten ante todo en el hecho de que se trata de un colectivo que sufre con frecuencia una gran soledad¡±. Se?alaban, adem¨¢s, que ¡°el disfrute sexual es una libertad de la que ning¨²n ser humano deber¨ªa sentirse excluido¡±.
Al mismo tiempo, los expertos avisaban de que ¡°a toda libertad no corresponde un derecho que la colectividad deba asumir¡±. Y a?ad¨ªan: ¡°Cabe constatar que numerosas personas, sin discapacidad alguna, tienen dificultades en su vida afectiva y sexual, y que esto no abre ning¨²n deber de la sociedad respecto a ellas¡±.
El comit¨¦ explicaba tambi¨¦n que un reconocimiento de la asistencia sexual ¡°profesionalizada, reconocida y remunerada¡± requerir¨ªa cambios en la legislaci¨®n que proh¨ªbe el proxenetismo. Cluzel recuerda que en algunos pa¨ªses ¡ªcita Suiza, Holanda y Dinamarca¡ª ya existe una asistencia sexual organizada que consiste en permitir, a petici¨®n de estas, el acto sexual a dos personas que no puedan realizarlo sin ayuda. Y se pregunta: ¡°?C¨®mo conciliar este derecho a entrar en una relaci¨®n ¨ªntima manteniendo el principio de no utilizaci¨®n de cuerpo humano como mercanc¨ªa?¡±.?
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