Hacia las ciudades 100% comestibles
Los ¡®Guerrilla Grafters¡¯ injertan ramas de ¨¢rboles frutales en los ornamentales para conseguir que la ciudad produzca mucha comida sana y accesible a todos
?Para qu¨¦ sirve un ¨¢rbol en la ciudad? Desde los despachos municipales seguramente muchos argumentar¨ªan que los ¨¢rboles tienen muchas razones de existir: combaten el cambio clim¨¢tico, brindan sombra en la can¨ªcula y cobijo ante el chaparr¨®n ocasional. Permiten oxigenar el tejido urbano y generan espacios de relax y sosiego para el transe¨²nte estresado entre tanto cemento y asfalto. Sin olvidar que son tambi¨¦n objetos decorativos.
De un tiempo a esta parte m¨¢s y m¨¢s personas y movimientos sociales sostienen que la naturaleza urbana est¨¢ ah¨ª sobre todo por otra raz¨®n de ser: para com¨¦rsela, y m¨¢s en tiempos revueltos como los que nos tocan vivir. Y que ya no son solo los despachos municipales quienes pueden y deben decidir sobre la verdura ciudadana. ?De qui¨¦n es ese parterre del parque p¨²blico? ?Qui¨¦n decide y en base a qu¨¦ criterios sobre las pr¨®ximas plantaciones urbanas? Hablamos hace unos meses de los Jardineros Enmascarados, que se han lanzado a recuperar terreno bald¨ªo en mi peque?a ciudad de Francia y en otras ciudades francesas tambi¨¦n sin permiso de nadie pero sin que nadie tampoco les barra el paso.
Es el mismo esp¨ªritu que impulsa a los Guerrilla Grafters, un movimiento que surgi¨® en San Francisco (EEUU) en el 2012 con el objetivo de promover que personas an¨®nimas injerten ramas de ¨¢rboles frutales en otros ¨¢rboles tambi¨¦n frutales pero solo ornamentales, es decir que no dan fruto. Y as¨ª conseguir que, rama a rama, al final la ciudad produzca mucha comida sana, fruta libre y accesible a todos. Seg¨²n se lee en su p¨¢gina web, tienen por objetivo convertir las ciudades en ¡°bosques de comida¡± y ¡°desarmar la civilizaci¨®n capitalista de rama en rama¡±.
Tienen por objetivo convertir las ciudades en ¡°bosques de comida¡±
De hecho, los injertadores act¨²an en San Francisco y su bah¨ªa a hurtadillas, a menudo de noche. Y es que la ciudad tiene prohibidos los ¨¢rboles frutales para evitar atraer animales o ensuciar a¨²n m¨¢s las aceras, y tambi¨¦n para evitarse los procesos judiciales que podr¨ªan derivarse de todo ello. La masa forestal de la ciudad se compone por lo tanto de ¨¢rboles ornamentales y a lo mejor frutales pero en todo caso est¨¦riles.
La historia dio un tumbo en 2012 gracias a la iniciativa individual de una mujer, Tara Hui, quien quiso en un principio plantar algunos perales, cerezos y otros ¨¢rboles frutales para proporcionar algo de fruta fresca y gratis en su barrio popular, donde no hab¨ªa tiendas de comida. Lo explic¨® por aquel entonces Los Angeles Times, quien titul¨® la historia como ¡°un proyecto secreto da fruto¡±. No creo que Tara Hui pudiera imaginarse hace ocho a?os que el fruto de su peque?a semilla llegar¨ªa tan lejos en el tiempo y en el espacio.
Hui y todos sus seguidores no quieren hacer p¨²blico d¨®nde intervienen por miedo a las represalias de los funcionarios locales, que no ven con buenos ojos que se viole la ley aunque los transgresores tengan en el fondo buenas intenciones. A pesar de la persecuci¨®n local han recibido el aplauso en el exterior: los Guerrilla Grafters participaron por ejemplo en la 13? Bienal de Venecia como parte del pabell¨®n de los EEUU.
Y seg¨²n cuentan en su p¨¢gina de Facebook,?estos ¨²ltimos meses varias personas desde Francia les contactaron pidiendo que tradujeran su material. Y es por eso que el movimiento est¨¢ aterrizando recientemente en Francia gracias a la traducci¨®n al franc¨¦s del texto que explica c¨®mo realizar la susodicha operaci¨®n de injerto.
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